Consumo en México refleja debilitamiento a mitad del año
El consumo atraviesa por un mal momento, impactado por las remesas, el empleo y la inflación.
El consumo en México atraviesa por un momento de desaceleración y en junio habría anotado una caída de 0.2 por ciento con respecto a mayo, mes en el que tendría un crecimiento de 0.3 por ciento, de acuerdo con el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) del INEGI.
A tasa anual, el consumo también daría señales de un menor crecimiento, del orden de 3.8 por ciento en junio, desde el 4.2 por ciento de mayo, según cifras desestacionalizadas del IOCP, que va de la mano del Indicador Mensual del Consumo Privado (IMCP).
La ralentización del consumo ya había mostrado señales de debilidad en junio; el monitor de BBVA Research reveló un crecimiento de apenas 0.1 por ciento mensual ante el menor gasto en servicios. Además, el pago con tarjetas de crédito y débito creció 8.6 por ciento anual real en junio, su dato más bajo en 40 meses.
La directora de análisis económico de Monex, Janneth Quiroz, dijo que hay varios indicadores que determinan que el comportamiento del consumo pasa por un momento de debilidad, como las remesas y el mercado laboral. “Hemos visto dos caídas en este 2024 de la tasa anual de las remesas, este factor que había estado apoyando al consumo está perdiendo impulso; el repunte de la inflación en los últimos cuatro meses también nos habla que los consumidores están teniendo una pérdida de poder adquisitivo”, dijo Quiroz a El Financiero.
Añadió que las elevadas tasas de interés persistirán ante la elevada inflación, que en junio fue de 4.98 por ciento anual, y también podrían restar dinamismo al consumo.
En tanto, la directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller, recordó que a lo largo de este sexenio el consumo se había acelerado por la apreciación del peso mexicano frente al dólar, pero la depreciación reciente encamina a un enfriamiento.
Coincidió en que “las remesas han ido perdiendo poder adquisitivo, la cartera vencida sigue creciendo a doble dígito y la alta informalidad laboral son factores que no ayudan al consumo”.
Bajo dinamismo en el año
Los datos del IOCP revelan que el crecimiento acumulado del consumo de enero a junio sería de 4.0 por ciento anual, su dato más bajo para un mismo periodo desde el 2020.
Las cifras contrastan con lo que se esperaba, al tratarse de un año electoral, en el que el gasto tendría que haberse mantenido sólido, previo a las votaciones y desacelerarse hasta este segundo semestre.
“Esto es preocupante porque en año de elecciones México crecía más en la primera mitad… y ante una desaceleración económica, se espera que para todo el año veamos una fuerte desaceleración, sobre todo si es en la parte del consumo porque es el componente principal del PIB”, explicó Siller.
Quiroz también manifestó que es algo preocupante y se espera que continúe en desaceleración, como ocurre de manera estacional cada seis años con el cambio de gobierno.
El impulso
La debilidad observada en el año podría provocar que se acentúe todavía más en el 2025, que ya luce con un menor crecimiento de la economía mexicana.
Sin embargo, las expertas señalaron qué factores pueden ayudar a que la moderación no sea tan marcada; Quiroz destacó que la inflación ceda y lleve a una mayor flexibilización de la política monetaria, y que la economía de EU se reactive e impulse a la mexicana.
Otro de los factores a los que habrá que estar atentos y que pueden impulsar el consumo, son los nuevos programas sociales que planea implementar el próximo gobierno federal, que, si bien pueden ser un catalizador, podrían generar un impacto para las finanzas públicas.