Durante la administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo, las extorsiones se dispararon con un incremento del 833 por ciento, en tanto que los homicidios dolosos crecieron 88 por ciento y los feminicidios 57 por ciento, como una muestra del fracaso de la actual administración, principalmente en materia de seguridad pública.
No son, sin embargo, los únicos delitos que se dispararon en la tierra de Emiliano Zapata. El robo de vehículos creció en 56 por ciento en la actual administración, en tanto que el robo a negocios aumentó en 33 por ciento.
Se trata de datos del Centro de Investigación Morelos Rinde Cuentas, en su balance de la administración gubernamental 2019 a 2024, en los que también da a conocer que la Comisión Estatal de Seguridad Pública ejerció un presupuesto de nueve mil 645 pesos en este mismo lapso de tiempo.
Y a esto debe sumarse el crecimiento del número de cárteles del crimen organizado que paulatinamente ha impuesto su ley en Morelos. Ya son 16, según refiere la Comisión Estatal de Seguridad Pública. Se trata tanto de las grandes organizaciones criminales como sus células, así como los grupos de delincuentes locales, inmersos en una batalla por la ambicionada plaza que es nuestro estado, por su estratégica ubicación.
En su estudio denominado “A dónde va Morelos”, en Centro de Investigación refiere que de octubre de 2018 a junio de 2024 los homicidios dolosos alcanzan ya la cifra de seis mil 28, en tanto que en los feminicidios registra 212, en secuestros 226, en los despojos suma seis mil 710 y los robos de vehículos se dispararon hasta los 24 mil 149.
Después de la pérdida de vidas humanas, que son lo más doloroso para las familias morelenses, por su alto impacto social, las extorsiones repercuten en la economía de la entidad porque implican el cierre de negocios, la cancelación de fuentes de empleo, la causa por la que no se abren nuevos establecimientos y que tampoco lleguen nuevas empresas.
No es fortuito que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador haya reconocido en una de sus conferencias matutinas que el gobierno de la República no pudo contener los casos de extorsión en el país, y desafortunadamente Morelos es un ejemplo de que en ese rubro la batalla se perdió, porque lo mismo líderes transportistas de caña, que comerciantes establecidos y hasta vendedores en sus humildes puestos callejeros han padecido este lacerante problema que los obliga a cerrar y, debido a las amenazas criminales, hasta salir de Morelos por su seguridad, muchas veces después de que se ha atentado contra sus establecimientos o sus vidas.
Morelos Rinde Cuentas, además de ofrecer una radiografía de la realidad delictiva que enfrenta nuestra entidad, también ha ofrecido una serie de recomendaciones, en aras de mejorar la seguridad. Entre ellas figuran el fortalecimiento de la policía, mejorando sus sueldos hasta llegar a 20 mil pesos, aumentar 30 por ciento el número de uniformados, establecer el orden y operación entre los C4 y el C5, lo mismo que mejorar la coordinación, mediante un plan maestro de seguridad, crear un área de coordinación del sistema de justicia penal, así como la participación ciudadana en las Mesas de Seguridad, aumentar la inversión en el sector de seguridad, transparentar el uso de recursos y evaluar el costo-efectividad, además de fortalecer la Unidad Antisecuestros en su estructura, equipamiento y capacitación, lo mismo que mejorar los mecanismos de denuncia.
