La reacción internacional al anuncio de la victoria de Nicolás Maduro por parte del poder electoral controlado por el chavismo ha sido inmediato. Estados Unidos, Chile y España han sido algunos de los países que han cuestionado los resultados electorales. Venezuela. El secretario de Estado de Joe Biden, Antony Blinken, manifestó desde Tokio, donde se encuentra de gira, las “serias preocupaciones” de la Casa Blanca de que “los resultados anunciados no reflejen la voluntad o los votos del pueblo venezolano”. “La comunidad internacional está observando esto muy de cerca y responderá en consecuencia”, advirtió.
“Es de vital importancia que cada voto sea contado de forma justa y transparente”, dijo Blinken. Apenas pasadas las 00.00 horas en Caracas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela otorgó a Maduro el triunfo con el 51,2% de los votos, contra el 44,2% del opositor Edmundo González.
El primero en reaccionar al cuestionado triunfo ha sido el presidente chileno, el izquierdista Gabriel Boric, que advirtió que no cree en los resultados difundidos por el CNE. “El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el Gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable”, escribió en sus redes sociales.
La respuesta venezolana llegó minutos después, a través de su canciller, Yvan Gil. “Quizás su incompetencia es la causa de desconocer que los hijos de Bolívar y de Chávez no necesitamos su devaluado reconocimiento, aquí si derrotamos el fascismo con votos y con apoyo popular, y además somos libres de tutelajes, cosa que lastimosamente su Gobierno no puede decir jamás. ¡Ocúpese de sus problemas!”, escribió el ministro.
A primera hora de la mañana del lunes, hora española, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, también se pronunció para pedir “total transparencia” sobre el resultado de las elecciones. En declaraciones a la Cadena SER, ha pedido que “se hagan públicas las actas de las mesas electorales una por una para que los resultados puedan ser verificados”.
El jefe de la diplomacia española se ha mostrado muy cauto, asegurando que solo se conocen “datos en bruto” y ni siquiera se han contabilizado todos los votos, por lo que no ha querido pronunciarse sobre el ganador de los comicios. Ha recordado la presencia en Venezuela de observadores internacionales, como el Centro Carter y Naciones Unidas, cuyos informes espera conocer el Gobierno español, y ha subrayado que la oposición ha exigido acceso a información detallada de los resultados, informa Miguel González. El ministro español, que ha asegurado estar en contacto con el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, y con cancilleres latinoamericanos, ha asegurado que España no tenía ningún candidato en estos comicios y que trabajará para que el proceso se desarrolle como calma, tranquilidad y libertad, como ha asegurado se vivió la jornada electoral del domingo.
Precisamente el jefe de la diplomacia europea pidió en la mañana de este lunes en un mensaje de la red social X que se garantice “la total transparencia del proceso electoral, incluyendo el conteo detallado de los votos y el acceso a las actas de votación de mesas electorales”. En el la votación de este domingo, no hubo observadores de la Unión Europea después de que Venezuela les revocara la invitación.
Por su parte, el canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, emitió en la madrugada de este lunes un comunicado, en el que pidió una auditoría independiente de los resultados electorales: “Hacemos un llamado para que, a la mayor brevedad, se proceda con el conteo total de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente”, escribió en la red social X. Desde que llegó Gustavo Petro al poder, el Gobierno de Colombia ha querido tener un rol de mediación en la crisis política del país vecino.
Perú, Uruguay y Costa Rica hablan de fraude
Otros países como Perú, Uruguay y Costa Rica han hablado de fraude. El Gobierno de la peruana de Dina Boluarte advirtió que no reconocerá el triunfo de Maduro. El ministro de Exteriores, Javier González-Olaechea, condenó “la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del gobierno de Venezuela”. El funcionario anunció que había decidido llamar a consultar a su embajador en Caracas. Junto con Uruguay y Costa Rica fueron algunos de los países que hablaron abiertamente de “resultados fraudulentos”.
Horas antes de que se conociesen los resultados difundidos por el CNE, los cancilleres de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay habían pedido en un comunicado que se respetase el voto de los venezolanos. “Consideramos indispensable que se cuente con garantías de que los resultados electorales respetarán a cabalidad la voluntad popular expresada por el pueblo venezolano en las urnas. Eso solo podrá conseguirse mediante un conteo de los votos transparente, que permita la verificación y control de veedores y delegados de todos los candidatos”.
Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras felicitan a Maduro
También hubo felicitaciones desde los países que integran el llamado informalmente como eje bolivariano. Los presidentes de Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras, todos afines ideológicamente al chavismo, felicitaron en la madrugada de este lunes a Nicolás Maduro. “Conversé con el hermano Nicolas Maduro para transmitirle calurosas felicitaciones a nombre del Partido, el Gobierno y el pueblo cubanos por el histórico triunfo electoral logrado, tras una impresionante demostración del pueblo venezolano. Le reafirmé la solidaridad de Cuba”, escribió el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en la red social X. ”Hoy triunfó la dignidad y el valor del pueblo venezolano sobre presiones y manipulaciones”, agregó
Por su parte, la pareja presidencial nicaragüense conformada por Daniel Ortega y Rosario Murillo envió a Maduro una carta que fue publicada por el canciller venezolano Yvan Gil, en la que saludan la “gran victoria” que el “pueblo heroico entrega al comandante eterno [como se refieren a Hugo Chávez] en su cumpleaños”.
También se refirieron a Chávez en su felicitación los presidentes de Bolivia, Luis Arce, y Honduras, Xiomara Castro. “Felicitamos al pueblo venezolano y al presidente Nicolás Maduro por la victoria electoral de este histórico 28 de julio. Gran manera de recordar al Comandante Hugo Chávez. Hemos seguido de cerca esta fiesta democrática y saludamos que se haya respetado la voluntad del pueblo venezolano en las urnas”, escribió el boliviano en X. El expresidente boliviano Evo Morales dijo que Maduro había ganado “contra todas las adversidades externas, pero con el apoyo del pueblo venezolano que es lo verdaderamente importante”.
La mandataria hondureña envió una “felicitación y saludo democrático, socialista y revolucionario al presidente Nicolas Maduro y al valiente pueblo de Venezuela por su inobjetable triunfo, que reafirma su soberanía y el legado histórico del comandante”.
El silencio de Brasil
Frente a la cascada de reacciones internacionales una vez que el CNE hizo su anuncio, hay dos países que se mantienen en silencio: México y Brasil, la nación sobre el que hay más miradas puestas en estos momentos por dos motivos: su canciller, Celso Amorim, es uno de los observadores internacionales que ha participado en el proceso desde el terreno como parte del Grupo de Puebla, del que también han formado parte el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el dominicano Leonel Fernández.
Además, la semana pasada, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva instó a Maduro, un tradicional aliado del brasileño, a respetar el proceso electoral y a irse en caso de perder en unas declaraciones poco usuales en las que reconoció que sintió “miedo” al escuchar a su homólogo venezolano decir, en un vídeo que supuestamente fue difundido en redes sin su consentimiento, que una victoria del candidato opositor, Edmundo González, podría derivar en “un baño de sangre” o “una guerra civil fratricida”.