Son muchos males los que aquejan a la sociedad del XXI, sin embargo, la depresión y el Burnout son dos patologías mentales que van en ascenso.
En los círculos familiares, donde se manifiesta sigilosamente, están haciendo estragos creando conflictos y relaciones disfuncionales que los integrantes de la familia no pueden explicar ni comprender, pero los afecta severamente. La depresión se puede notar en los jóvenes y familiares jubilados; el síndrome de Burnout en los padres que están trabajando.
Hace algunos años Byung Chul Han escribió un libro “La sociedad del cansancio” en el cual afirma que vivimos en una sociedad narcisista, en la que se fomenta el culto al cuerpo, a la imagen, a la fama y al éxito personal. Este narcisismo nos aísla, nos impide relacionarnos con los demás y nos hace perder el sentido de la realidad.
Me parece que este punto de vista de Chul Han, es un buen diagnóstico de una de las causales que está generando las patologías de la depresión y del síndrome de Burnout, las cuales tienen vasos comunicantes y urge ser atendidas.
La depresión es más compleja porque tiene diferentes causas que la originan, pero sin duda, todas pasan, en mayor o menor grado, por manifestaciones de estrés y ansiedad.
El síndrome de Burnout, mejor conocido por estrés laboral es el que más daño está ocasionando, ya que tres de cada cuatro personas que laboran lo padecen y ni siquiera se han dado cuenta de ello. Cuando llegan a dar cuenta es porque están materialmente quemados y ya padecen alguna enfermedad.
México ocupa el primer lugar en el mundo de estrés laboral arriba de Estados Unidos y China. El gobierno de la 4T tiene la palabra. Ya que el estrés laboral está afectando la productividad, fundamentalmente, de las instituciones públicas y gubernamentales.