La autoridad electoral de Venezuela ignoró el ambiguo y terso llamado del viernes de los presidentes de Brasil, Colombia y México para que muestre los resultados de la votación en las elecciones del 28 de julio que Nicolás Maduro dice haber ganado.
El exhorto es una variante descafeinada del “voto por voto, casilla por casilla” de 2006, cuando el actual primer mandatario fue derrotado por Felipe Calderón.
“Seguimos con mucha atención el proceso de escrutinio de los votos y hacemos un llamado a las autoridades electorales de Venezuela para que avancen de forma expedita y den a conocer los datos desglosados por mesa de votación. Las controversias sobre el proceso electoral deben ser dirimidas por la vía institucional. El principio fundamental de la soberanía popular debe ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados”, dice el comunicado suscrito por Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y AMLO.
Horas antes de conocerse el texto a tres manos, en Caracas y de madrugada, testaferros encapuchados y armados de la dictadura irrumpieron en las oficinas de María Corina Machado y su partido, amagaron al personal, levantaron a un colaborador, causaron destrozos y robaron documentos y computadoras.
Al día siguiente (sábado 3 de agosto), el aludido Consejo Nacional Electoral volvió a dar ganador al tirano sin alguna mínima prueba demostrativa.
Lula, Petro y López Obrador pidieron a los actores políticos venezolanos mantener la paz social, porque “proteger las vidas humanas” debe ser la preocupación prioritaria “en este momento”, y les recomendaron “máxima cautela y contención” en las manifestaciones públicas.
Pero los sicarios de Maduro, en menos de una semana, han asesinado a una veintena de “adversarios” y las fuerzas represoras encarcelado a más de mil 200 venezolanos por exigir que se transparenten los resultados.
Sin tapujos, el déspota advierte que “nunca se aceptará” que sus adversarios gobiernen esa nación y anuncia la construcción de dos “cárceles de seguridad” para quienes insistan en que su reelección es fraudulenta.
AMLO sin embargo sigue impermeable a los atropellos.
¿Será porque su “humanismo” es tan “bolivariano” que su gobierno cobija al lugarteniente venezolano del coautor intelectual de los facciosos nuevos libros de texto gratuitos, el titular de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, que se llama Sady Arturo Loaiza y fue director de proyectos especiales del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales de Venezuela?
De chavismo también están contagiados personajes del lopezobradorismo que han detentado cargos legislativos y partidistas, entre otros Héctor Díaz Polanco (hasta hace dos años presidente de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena), Gerardo Fernández Noroña y Dolores Padierna, quienes vienen impulsando la idea de que México adopte la vía “bolivariana” que encarna el miserable psicópata que, desde luego y con efusividad agradeció el inútil escrito de Lula, Petro y AMLO…