La lista de personalidades invitadas a la toma de protesta a Claudia Sheinbaum se acordó entre la canciller Alicia Bárcena y quien la sucederá en el cargo, Juan Ramón de la Fuente, informó ayer la próxima presidenta.
A través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (no del equipo de transición) se hizo la convocatoria, o sea que la responsabilidad, en rigor, es del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
La cancillería dijo a Reuters que se invitó a los dirigentes de todas las naciones del mundo con las que mantiene relaciones y a los organismos internacionales en que participa México.
Por encima de cualquiera, el invitado que sobresalta es Vladímir Putin, presidente de la Federación Rusa, por ser probable criminal de guerra contra quien, desde marzo de 2023, pesa una orden de captura de la Corte Penal Internacional, bajo la acusación de que perpetró la presunta deportación ilegal de niños ucranianos a Rusia.
El delito que se le imputa lo habría cometido a partir de febrero de 2022, cuando comenzó la invasión a Ucrania.
La detención ordenada se ajusta al Estatuto de Roma que la comunidad internacional adoptó en 1998 y México suscribió en la conferencia que tuvo lugar en la capital de Italia, donde se dispuso la creación de la Corte Penal Internacional.
¿Bárcena y De la Fuente desconocían tan grave acusación?
“Por protocolo”, se dice, fue que se hicieron las invitaciones y también, es de suponerse, deben haberlo hecho con el habitualmente ignorado por la 4T, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski (acusó ya el agravio), el descocado ultraneoliberal Javier Milei o el derechoso Benjamín Netanyahu.
Entre los 208 personajes convidados seguro que figuran tiranos latinoamericanos hermanados con AMLO, en primer lugar Miguel Díaz-Canel, de Cuba (huésped de honor y orador en la ceremonia del 16 de septiembre de 2021), el siniestro Daniel Ortega, de Nicaragua, y el virolo represor Nicolás Maduro (sin demostrarlo asegura que ganó la presidencia), quien a solo diez días de las elecciones encabeza el asesinato de 24 venezolanos, el encarcelamiento de más de dos mil 200 (y anuncia la construcción de dos penales de máxima seguridad para sus detractores quienes “¡nunca nunca ganarán el poder político!”, ha vociferado.
Y pese a que AMLO tiró la primera piedra respaldando y queriendo refugiar a un delincuente, es comprensible que por la violación de la embajada mexicana en Quito no haya sido invitado el de Ecuador… pero tampoco se invitó a la presidenta legítima de Perú, Dina Boluarte.
Eso únicamente se explica porque AMLO la detesta y descalifica la legalidad de su mandato, ya que cree que el bribón Pedro Castillo no es el corrupto ex presidente que quiso dar un autogolpe de Estado.
Lo vergonzoso con la peruana es que se contradice a la cancillería (en que dizque se consideró a los países con que mantiene relaciones) porque, aunque reducido al mínimo, México mantiene su vínculo diplomático con Perú.
¿Del saliente y la entrante, a quién atribuir estos penosos desatinos…?