Al sumarse al precipitado cobijo que el oficialismo ha dado al gobernador morenista de Sinaloa para deslindarlo de cualquier liga con el crimen organizado y desmentir a Ismael El Mayo Zambada, la Fiscalía del estado se ha puesto de pechito para que la General de la República la investigue por el probable encubrimiento del asesinato del ex rector de la Universidad Autónoma y ex diputado electo, Héctor Melesio Cuén Ojeda.
De actuar con genuina autonomía, la investigación que atrajo ya el Ministerio Público Federal no podrá eludir el dato de que un comandante policiaco de la Fiscalía estatal, José Rosario Heras López, formaba parte de la guardia personal del capo, quien asegura que Cuén Ojeda fue asesinado por la mañana y en el sitio de su desafortunado encuentro con Joaquín Guzmán López, lo que de confirmarse querría decir que el video de la ejecución, de noche y en una gasolinera, lo dizque revela es un burdo montaje.
En su explosiva carta, Zambada dice:
“Sé que la versión oficial que dan las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuén fue tiroteado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que ocurrió. Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron…”.
La sola difusión del video por parte de la Fiscalía puede constituir un delito por ser material de una “investigación” supuestamente no concluida, pero esto quizá sea lo de menos porque, lejos de aclarar nada, lejos de desmentir a Zambada, desmorona la versión original de que mataron a Cuén en un intento por despojarlo de su camioneta.
En el video de marras es imposible identificar y ni siquiera percibir las siluetas de quienes viajaban en el vehículo cuando el pistolero abre la portezuela y dispara hacia la parte inferior del asiento.
Queda entonces la probabilidad de que lo que el chofer llevaba en el lugar del copiloto era el cadáver del ex rector que habría transportado desde el “rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, en las afueras de Culiacán”, donde El Mayo afirma que ocurrió el asesinato.
La Fiscalía de Sinaloa insiste en que su carpeta contempla (o contemplaba) como “principal línea” de investigación la tentativa del “robo de vehículo” y se vacuna: “sin descartar ninguna otra que pueda surgir…”.
Para sostener su inverosímil dicho se apoya en la versión “del principal testigo de los hechos, acompañante y amigo muy cercano de la familia de Héctor Melesio Cuén, así como en otras pruebas videográficas y periciales”.
El ansia de apuntalar el respaldo de los presidentes entrante y saliente, y de los gobernadores lopezobradoristas en funciones y electos al gobernador exhibe, cuando menos, la torpeza con que esa fiscalía se conduce, pues difunde el video preciso de un supuesto atentado en que nada induce a creer que se trataba de un asalto.
Dice además que tiene “otras pruebas videograbadas”, pero no se atreve a divulgarlas.
Su comportamiento hiede a complicidad con el crimen organizado.