De las 56 estaciones que existen en toda la Ciudad de México, el Edomex, Morelos, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala, sólo 20 miden las partículas suspendidas de 2.5 micras (PM 2.5), consideradas como uno de los principales indicadores de la contaminación urbana y que, en su mayoría, provienen de vehículos en circulación. La mayoría de las estaciones que operan correctamente se ubica en la capital. Rodolfo Lacy, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aseveró que todas las entidades que conforman la megalópolis requieren homologar sus sistemas e incluir la medición de dichas partículas. "Son sumamente dañinas porque penetran hasta los bronquiolos y, una vez que están dentro de nuestro cuerpo, ya no salen", advirtió. El ozono y las PM 2.5 son los contaminantes secundarios más importantes que influyen en la calidad del aire de la Ciudad de México y pueden ser "importadas" desde la cuenca atmosférica que componen las entidades aledañas. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios estima que se producen alrededor de 22 mil muertes al año a causa de estos contaminantes. "Si uno está expuesto durante más de 10 años a este tipo de contaminantes, las probabilidades de que a uno le dé cáncer son muy altas. "Por eso, la Organización Mundial de la Salud considera el aire urbano como un tóxico contaminante cuando no existen sistemas de control de la contaminación", remarcó el funcionario de la Semarnat