“Estamos por asistir a las exequias del Estado de Derecho”, me comentó ayer el constitucionalista Diego Valadés, con quien platiqué para El asalto… que se transmitió anoche y concluirá este martes en MILENIO Tv.
Con otros cinco integrantes del Observatorio ciudadano para analizar el proceso electoral acababa de salir de una reunión —“que amablemente nos concedieron”— con los magistrados Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón.
Solo con ellos, porque se negó a recibirlos el empoderado resto de magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación: la presidenta Mónica Soto y los Felipes De la Mata y Fuentes Barrera.
Deplorable, pésima señal.
Con Valadés acudieron los politólogos especializados en elecciones Jorge Alcocer y Morelos Canseco; el ex magistrado electoral Jesús Orozco, el ex consejero del INE Rodrigo Morales y el ex gobernador de Tabasco por el extinto PRD Arturo Núñez.
Tema obvio y único: la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados que regaló al oficialismo el Instituto Nacional Electoral.
Reconocido por su solidez académica y experiencia en el servicio público, Diego Valadés fue ignorado por siete de los 11 consejeros del INE, a quienes dedicó mensajes que también aplican a los cinco magistrados electorales.
Por ejemplo:
—Decisión crucial, entregar el poder absoluto y sin control a una fuerza política, o mantener un sistema razonable de equilibrios que haga viable el pluralismo.
—Si tienen dudas acerca de compaginar las fracciones I y IV del 54 constitucional, pueden resolver su dilema preguntándose: ¿qué ayuda y qué perjudica a la democracia?
—Cuando se tiene que optar entre dos interpretaciones posibles en materia política caben dos opciones: “in dubio pro cives” (en caso de duda a favor de los ciudadanos) o “in dubio pro potes” (en caso de duda a favor del poderoso”).
—La reforma constitucional contra la independencia judicial solo será adoptada si las autoridades electorales le regalan la mayoría calificada del nuevo partido hegemónico. Tardamos años para superar el autoritarismo; solo se necesitará un mes para restablecerlo.
—Hubo épocas del país en que votar contra el poder significó perder la vida o la libertad, y muchos aceptaron el sacrificio para servir a la patria. Hoy solo cuesta perder el empleo.
—Piensen en la gratitud de la patria; los honrará toda su vida. El insomnio afectará a quienes erigirán un poder despótico. Sepan que los autócratas no agradecen. Lean un buen libro de historia e inspírense en quienes desafiaron al poderoso. A esos se les recuerda como paradigma; inclusive como héroes.
—Recuerden las palabras de Churchill: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”. Deseo que nadie diga de ustedes en el futuro: “nunca tan pocos afectaron tanto a tantos”.
—Cuando voten piensen en algo que los conmueva; denle al país la medalla de oro de la democracia. Habrá una tormenta palaciega que los aturdirá dos horas y una ovación nacional que los acompañará muchos años…