Decenas de camiones y autobuses quemados. Enfrentamientos armados entre miembros del Cartel de Sinaloa y elementos del Ejército. Narcobloqueos en las principales vías de acceso y carreteras. La violencia se desató este jueves en Culiacán, la capital de Sinaloa, en medio de las tensiones tras la captura de Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo. Las imágenes despertaron los temores de que se viva un nuevo Culiacanazo, los episodios de caos, pánico y violencia que azotaron a la ciudad tras los dos intentos de captura de Ovidio Guzmán López, otro hijo del capo, en 2019 y 2023. El alcalde, Juan de Dios Gámez, confirmó que hay “acciones de las fuerzas de seguridad del Gobierno Federal” en la zona de Jesús María, al norte de la capital, aunque dijo que los incidentes de inseguridad están “focalizados”. “La situación que ha trascendido, está siendo atendida y se focaliza fuera de la ciudad”, confirmó el gobernador, Rubén Rocha Moya. Las autoridades federales no se han pronunciado.
“Se tiene conocimiento de que personal militar sufrió una agresión en el ejido Peñasco, se está recabando la información sobre estos hechos”, señaló la Secretaría de Seguridad de Sinaloa. También informó de un bloqueo en la carretera México 15, a la altura de El Limón, con dos vehículos quemados. Los videos, que se han hecho virales en redes sociales, muestran el incendio de camiones, grandes columnas de humo y caminos obstruidos para impedir la llegada de las fuerzas de seguridad. También se reporta la instalación de “ponchallantas” en varios puntos de Culiacán, aunque los periodistas locales aseguran que no hay contratiempos en la zona sur y centro de la ciudad.
Rocha aseguró que la agresión de “civiles armados” fue el detonante de la violencia y agregó que durante la tarde hubo una respuesta de las fuerzas del orden. “Se realizó un despliegue coordinado con la participación de las autoridades de los tres niveles de gobierno”, señaló el gobernador, que se pronunció casi tres horas después de que se divulgaran las primeras imágenes. El mandatario pidió evitar especulaciones tras el surgimiento de varias versiones extraoficiales de los hechos, que no han sido verificadas.
La Universidad Autónoma de Sinaloa, con alrededor de 170.000 alumnos en el Estado, suspendió clases por la violencia. También se informa de la suspensión de varias rutas del transporte público y de caos vial por los intentos de la población de guarecerse. Las autoridades estatales y municipales han hecho un llamado a la población a conservar la calma. No hay información oficial sobre muertos, lesionados ni detenidos.
Jesús María, una sindicatura con fuerte presencia de Los Chapitos, la facción del Cartel de Sinaloa dominada por los hijos de El Chapo, fue también la zona cero de la batalla tras la detención de Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, en enero de 2023. La respuesta de la organización criminal, conocida como el segundo Culiacanazo, se saldó con más de 10 horas de fuego, caos y casi una decena de muertos.
Dos de los cuatro chapitos ya están en Estados Unidos. Guzmán López fue extraditado en septiembre del año pasado. Su hermano Joaquín fue detenido el pasado 25 de julio junto a Zambada, después de tantear durante años la posibilidad de entregarse, de acuerdo con el Gobierno estadounidense. Las autoridades mexicanas acusan a Joaquín Guzmán López del secuestro de El Mayo e indagan si Ovidio estuvo involucrado en la traición que acabó con la entrega de Zambada en Sinaloa, de acuerdo con un comunicado de la Fiscalía General de la República.
Los otros dos hermanos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, siguen prófugos en México y son considerados los líderes de la organización por Estados Unidos. Washington los acusa de ser la principal fuente del fentanilo que inunda las calles de ese país y ofrece hasta 10 millones de dólares por información que lleve a su captura. Desde la captura de El Mayo, Sinaloa está en vilo, entre temores de un enfrentamiento dentro del cartel, una guerra contra otras organizaciones criminales y choques con las fuerzas de seguridad. Alrededor de 600 soldados fueron desplegados la semana pasada para reforzar la seguridad en el Estado, bastión histórico del cartel.