De los males nacionales que se avecinan con la aprobación de las reformas presidenciales a la Constitución, el más catastrófico es la invención de la “justicia popular” una vez dinamitado el Poder Judicial, pero también es mucho muy grave la desaparición de órganos autónomos tan importantes como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales —que nos dejará a merced de la opacidad o de los “otros datos” de la 4T—, o del Instituto Federal de Telecomunicaciones, por citar dos de los siete condenados a muerte.
En la iniciativa se asegura que esos entes han servido a “intereses privados” y que su extinción no transgrede las obligaciones de México en el Tratado con Estados Unidos y Canadá.
Para entender lo que perderemos con la eutanasia institucional, conviene saber que el Ifetel, por ejemplo, es el único de los autónomos comprometido en el T-MEC, y que su actuación en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión se ha traducido en beneficios tangibles para los usuarios y las audiencias que sí, claro, son particulares.
–Hoy la población paga 32.1 por ciento menos que hace once años por servicios de comunicaciones.
–En 2013 los usuarios de internet no superaban 45 por ciento y en 2023 subió a 81.2, equivalente a 51 millones de personas que no contaban con el servicio.
–Actualmente 27.7 millones de hogares tienen acceso a internet, cifra que contrasta con los 9.6 millones de casas que disponían del sistema en el primer año del peñato.
–Se asignaron frecuencias para la provisión comercial de servicios de radiodifusión mediante procesos de licitación abiertos y transparentes, por lo que se conformó una nueva cadena de televisión abierta y se cuenta con 244 nuevas estaciones de radio (se transmiten ahora mil 335 canales de programación televisiva, 551 más que en 2013).
–Las concesiones sin fines de lucro se asignan mediante procedimientos claramente establecidos, en los que cualquier persona puede obtener una concesión si cumple con los requisitos y, en caso de concurrencia por una misma frecuencia, existen criterios de desempate transparentes e imparciales.
Desde su creación (10 de septiembre de 2013), el Ifetel ha otorgado mil 762 concesiones para servicios de radiodifusión, de las cuales mil 485 se han otorgado sin fines de lucro; es decir, para uso social, comunitario, afromexicano, indígena o público: 822 a instituciones públicas, 631 a organizaciones de la sociedad civil y particulares sin fines de lucro y 32 a pueblos indígenas (incluida una comunidad afromexicana).
El presupuesto asignado al Ifetel de 2014 a 2023 suma 17 mil 752.1 millones de pesos, cifra que contrasta con los más de 180 mil 917.8 millones, lo que significa ingresos a la Hacienda Pública.
Asusta imaginar que las facultades de este agónico instituto, como las de los otros autónomos en capilla, regresen al faccioso arbitrio del Poder Ejecutivo…