México encara un cierre de año vertiginoso en materia económica. La posible aprobación de las reformas del Gobierno de López Obrador, entre las que sobresalen los cambios al sistema judicial y la desaparición de los órganos autónomos, ha derivado en un nerviosismo financiero y un debilitamiento del peso frente al dólar hasta llegar a 20 unidades por dólar, su peor desempeño desde 2022. La directora de Análisis Económico de Banco Base, Gabriela Siller Pagaza (Monterrey, 48 años), reconoce que el panorama para el último tramo de este sexenio no es alentador. La experta anticipa que de aterrizarse estos cambios, aunado al debilitamiento de la economía estadounidense, México se situará en la antesala de una recesión económica en 2025.
La también profesora del Tecnológico de Monterrey advierte que 2025, el primer año de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum, será uno de muchos retos económicos. Además de la batería de reformas que podrían aprobarse en septiembre, la próxima inquilina de Palacio Nacional deberá hacer frente a la abultada deuda de la paraestatal Pemex y a un déficit presupuestario de 5,9% —un nivel no visto desde hace más de 30 años—.
Pregunta. En plena vorágine interna por la discusión de la reforma del Poder Judicial y con el peso situado en las 20 unidades por dólar, ¿continuará la volatilidad financiera el resto de 2024?
Respuesta. En el caso de que la reforma judicial se llegara a aprobar, creo que el tipo de cambio daría un salto de 50 centavos, primero hacia los 20,50 pesos y luego hacia los 21 pesos por dólar, pero, si las agencias calificadoras recortan la calificación de México el tipo de cambio se podría ir más arriba. Ahorita hay optimismo de que la reforma no se va a aprobar, sería lo mejor, porque, aunque en México sí se necesita una reforma al Poder Judicial, es algo de gran escala y, por lo tanto, tiene que ser bien pensado y bien reflexionado.
Ahora, la reforma al Poder Judicial no es el único factor que genera aversión al riesgo en los inversionistas, está también la posible desaparición de los organismos autónomos, en donde directamente habría violaciones al TMEC y se podría deteriorar la relación comercial con Estados Unidos. Con la desaparición de los organismos autónomos podrían venir controversias comerciales y la economía mexicana podría deteriorarse muy rápidamente. Con la aprobación de la reforma al Poder Judicial y con la desaparición de los organismos autónomos podría darse una recesión en México el siguiente año, e inclusive, un estancamiento económico muy largo. Este año vamos a crecer 1,3% y siempre el primer año de una Administración hay una desaceleración económica. El costo de la reforma judicial, por año, sería de alrededor del 1,9% del PIB, si eso se le resta al crecimiento de este año resulta en una caída de 0,6%, entonces, no estamos tan lejos de una recesión.
P. ¿En el ámbito externo, cuáles son las presiones al tipo de cambio?
R. Hubo un mal reporte de empleo en Estados Unidos. La economía de Estados Unidos se está desacelerando y ya hay claras señales de que esta puede convertirse en una leve recesión, por ejemplo, se destruyeron empleos en informática y manufactura, sectores en donde típicamente hay altos ingresos, lo que supone una señal de que la economía de Estados Unidos no va tan bien y eso es lo que ha subido el tipo de cambio arriba de 20 pesos por dólar y, como tercer punto, está el menor atractivo para hacer posiciones de carry trade, el yen se había estado apreciando y esto le resta atractivo al peso mexicano.
P. Al ser el principal socio de México, ¿cuál será el efecto de los resultados de las elecciones presidenciales en EE UU en la economía mexicana?
R. Creo que haría más ruido que ganara Trump, pero sería menos malo para la economía mexicana, porque con Trump terminamos ganando por la oportunidad del nearshoring y por la guerra comercial del republicano con China. Trump es un negociador muy duro, inicia golpeando, pero no materializa todas las amenazas y los demócratas son de un estilo distinto, además a Kamala Harris no la conocemos.
P. A nivel interno, otro de los puntos clave serán la próxima entrega del proyecto de Presupuesto de Egresos para 2025, ¿qué tanto le preocupa el déficit presupuestario y el nivel de deuda con el que cierra este Gobierno?
R. Se está proyectado un déficit presupuestario equivalente al 5,9% del PIB para este año y eso que en la Secretaría de Hacienda están esperando un crecimiento de 2,5% del PIB. Con esto, el déficit presupuestario como porcentaje del PIB es el mayor desde 1988, esto lo van a tener que recortar porque si no luego pueden venir recortes a la calificación crediticia de la deuda soberana. Este es otro reto más que le dejan a la Administración de Claudia Sheinbaum, por eso todos estamos a la expectativa de cuál será la estructura de gasto del siguiente año.
P. Sheinbaum ya ha prometido un recorte del déficit público al 3% del PIB, para el próximo año ¿esta meta es viable sin una reforma fiscal?
R. Se va a frenar la economía, definitivamente. Este año soltaron el gasto porque fueron elecciones y luego todos esos programas sociales están haciendo una bola de nieve. Pareciera que nos estamos encaminando a una política económica como la de Argentina, en donde mucho del crecimiento económico se da por las transferencias que otorga el Gobierno a distintos grupos de la población. La siguiente Administración va a tener que hacer un recorte en el gasto público y, después, si pudiera haber algunos cambios en los impuestos, además creo que el Gobierno va a estar más atento a que las empresas grandes paguen puntualmente sus impuestos.
P. En esta bola de nieve del gasto público también se incluyen las transferencias directas a Pemex…
R. Pemex es un problema para las finanzas públicas y el Gobierno federal lo va a tener que seguir ayudando porque no hay de otra, dado que la petrolera no tiene cómo hacer frente a sus obligaciones financieras. Sin embargo, aunque el Gobierno debe apoyarla, también es cierto que debe haber ciertos requerimientos para que el modelo de negocios de Pemex cambie y, eventualmente, vaya saliendo de este estrés financiero. Si no se hace así, simplemente va a seguir siendo un barril sin fondo. Qué es lo que se tiene que hacer, pues dejar a un lado en donde se pierde dinero, es decir, la parte de refinación, vender activos que no son tan importantes y con eso pagar parte de la deuda. Actualmente, Pemex sigue siendo una de las petroleras más endeudadas a nivel global, su pasivo laboral sigue creciendo, el pasivo con proveedores también es una bomba de tiempo.
P. ¿Vislumbra un viraje en la dirección de esta paraestatal para el próximo año?
R. Si descongelan la reforma energética, esto podría darle también un respiro a Pemex y al Gobierno, yo tengo cierta expectativa o esperanza de que se pueda cambiar de rumbo en la nueva Administración.
P. Respecto a la política monetaria, ¿anticipa un mayor recorte de tasas por parte del Banco de México, pese a una inflación en niveles del 5,16%?
R. Los recortes en la tasa de interés —ahora en 10,75%— van a seguir, tan es así que aunque el banco central aumentó el pronóstico de inflación general, recortó la tasa. Yo creo que el Banco de México va a ir a la par de la Reserva Federal con los recortes este año y en 2025 van a ser más agresivos, aprovechando que habrá una desaceleración o recesión en México.
P. Sin embargo, un recorte a las tasas de interés ¿no provocará un alza en la escalada de precios?
R. La tasa de interés aún está a niveles restrictivos y por eso creo que este año solamente harán dos recortes más, aún hay margen de maniobra. Desde Banco Base, nuestro pronóstico de inflación para 2024 es del 4,6% o 4,7% y, el siguiente año, podría bajar al 3,9%.
P. La expectativa de crecimiento económico en Hacienda es de 2,5% para este año, mientras que el banco central acaba de recortar su pronóstico a 1,5% ¿en qué parte del espectro se sitúa su cálculo?
R. En Banco Base tenemos una expectativa de crecimiento económico para este año de 1,3%. Para el siguiente año somos más conservadores, creemos que el PIB, bajo un escenario central, crecerá en 0,8%, pero si se aprueba la reforma al Poder Judicial es muy posible una recesión y que inclusive veamos una contracción del PIB muy fuerte.
P. ¿Cuáles son los factores que más han lastrado la economía este año?
R. La cautela de los consumidores y empresarios y un gasto público mal ejercido. La inversión fija bruta se ha desacelerado significativamente y aunque ha habido un mayor otorgamiento de crédito, también ha subido la cartera vencida.
P. ¿La ansiada bonanza del nearshoring a México está llegando?
R. El nearshoring [relocalización de empresas] sigue siendo una oportunidad que estamos desaprovechando y cada vez la estamos desaprovechando más, sobre todo, con el paquete de reformas actualmente en discusión y el nerviosismo de los empresarios por las mismas. Las empresas están deteniendo sus proyectos de inversión hasta ver qué es lo que va a pasar. La oportunidad del nearshoring es de 300.000 millones de dólares anuales y en México estamos aprovechando menos del 5%.
P. ¿Cuál es su balance económico del Gobierno de López Obrador?
R. Los principales errores de este Gobierno fueron el haber generado incertidumbre respecto a la política económica interna, la inseguridad pública que subió y que frenó el crecimiento económico y tratar de que el crecimiento se diera a través del Gobierno y a las transferencias gubernamentales. Entre los aciertos figura la Ley del Mercado de Valores, que acaban de hacer las leyes secundarias, pero falta ver cómo funciona en la práctica y también otro de los grandes errores de esta Administración fue el no haber dado una política fiscal contracíclica durante la pandemia y esto ocasionó una caída libre del PIB