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VIDA POLÍTICA

LOS UNIVERSITARIOS, LE TOCAN LAS GOLONDRINAS A GRACO RAMIREZ

La huelga de hambre iniciada por el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera Jiménez, deja un mensaje político y social que ya es innecesaria e inútil la presencia de Graco Ramírez dentro de la entidad y, por lo tanto, debe pedir ya licencia al cargo.

No hay discurso que valga ni sustento que tenga el señor Ramírez para confrontar a más de 42 mil estudiantes universitarios, quienes reclaman su derecho humano y universal a la educación por una irresponsabilidad cometida por el actual jefe del Ejecutivo local.

Unos minutos antes de pedir licencia al cargo de gobernador Jorge Carrillo Olea, confió a uno de sus más cercanos colaboradores: “Si aquí ya no me quieren para qué sigo, vale más mi dignidad de hombre que el salario”.

Graco Ramírez sabe que ya en Morelos está de más, que su paso por el gobierno estatal fue una negociación electoral, en la que estuvieron involucrados varios personajes como Manuel Martínez Garrigós al formar parte de los grandes negocios que hizo Rodrigo Gayosso Cepeda con varias empresas particulares como MIFEL, que los habitantes de Cuernavaca tienen que pagar por servicios nunca otorgados.

Los estudiantes universitarios, durante su manifestación de ayer demostraron la fuerza electoral, política y social que hoy tienen, porque dentro de sus aulas saben la mejor educación es la cívica.

Su grito de “fuera Graco” no fue sin sentido, sino de que hoy desde los 12 años el buen adolescente está preparado para cuestionar, preguntar y entender la problemática social que vive su comunidad, porque los preparatorianos como universitarios tienen mucha conciencia.

En la marcha de ayer, convocada por la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos (FEUM), las expresiones de sus afiliados, fue de evitar el paro total de labores.

La posición de Israel Reyes Medina, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos (FEUM), fue una postura exigida por el Consejo de Representantes quienes al interior de la organización tienen su peso y la calidad moral para establecer el destino de la organización.

Los viejos dirigentes de la FEUM, por mencionar un ejemplo, Alejandro Pacheco Gómez, tuvo que obedecer al Consejo de Representantes en varias disposiciones de su época como la toma de la UAEM, el secuestro de autobuses para evitar el alza del pasaje y reconocer a la organización como una representación oficial.

Es por ello que la posición del rector Alejandro Vera Jiménez de iniciar una huelga de hambre tuvo eco entre la comunidad universitaria, porque no hay una pelea por asuntos particulares, de familia ni de partidos políticos.

Tanto así que el dirigente estudiantil de la Universidad de Guadalajara, Alberto Galarza, mantuviera su compromiso de apoyar hasta el final a la UAEM, sin pretextos ni condicionamientos.

La huelga de hambre del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera Jiménez, no es un asunto partidista ni electorero como es manejado desde ciertas oficinas oficiales, tiene sentido y es por el salario como las prestaciones sociales de más de ocho mil familias, que afectan a más de 42 mil estudiantes.

Son asuntos que conoce a la perfección el gobernador Graco Ramírez, como el secretario de gobierno, Matías Quiroz Medina, porque les fue dado a conocer desde el año pasado. Sin embargo, ambos callaron.

En respuesta, iniciaron una campaña de denostación en contra de la comunidad universitaria, quien con fecha cinco de enero, 15 de enero, 17 de enero, dos de febrero, 17 de febrero, 26 de febrero, en marzo durante tres ocasiones, abril el cuatro y mayo en tres veces, sobre la irresponsabilidad en que incurrió el Ejecutivo de Morelos, encabezado por Graco Luis Ramírez Garridos Abreu, de entregar más de 472 millones de pesos para su operación para concluir el año 2016.

A cambio la respuesta del Ejecutivo fue de amenazas, de una campaña de hostigamiento, mala fe y represión hacia las autoridades universitarias.

En respuesta, el Consejo Universitario respondió con diversos oficios de llamado al diálogo al Poder Ejecutivo local, que quedaron en la oficina del secretario de gobierno, Matías Quiroz Medina, que nunca respondió y al momento los hechos lo dejan como un mitómano.

Hoy, ya no es la huelga de hambre del rector de la UAEM, que circula en las redes sociales y principales páginas de los diarios internacionales, sino la irresponsabilidad y omisión de un gobernador mitómano como es Graco Ramírez para responder a un pueblo que hace cuatro años lo eligió.

Actualmente, la administración estatal dejó de tener credibilidad al nivel local, nacional e internacional también en señalada como la gran corrupta, al tener que esconder 117 cadáveres de las fosas de Tetelcingo por cuestiones de imagen personal.

Y como lo dice Jorge Carrillo Olea: “a mí me corrieron por omisiones menores en asuntos personales, pero jamás mentí, no robé y salgo a la calle tranquilamente. Ojalá y el señor Graco lo pueda hacer”.

 

 

 

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