Incognitapro

El Universal/ Élmer Mendoza

¿Abrazos, señor Presidente?

Vamos, señor Presidente. Con todo respeto, a trabajar más y a hablar menos, porque este país lo necesita y tiene muy poco de imaginario

“Abrazos, no balazos”. Como podría decir el maestro Catón: Hágame usted el refabrón cabor, señor Presidente. ¿Cómo pudo proponer eso? ¿Acaso no le han dicho cómo han evolucionado las bandas de delincuentes? Aunque en Culiacán, mi tierra, parece que ocurrió al revés: balazos y luego abrazos. Aquí no ha pasado nada, que siga la fiesta.