Incognitapro

The New York Times/ Elda Cantú

Los placeres de la carne

¿Tiene sentido una hamburguesa sin carne? ¿Una albóndiga de garbanzo?

La duda no es solo relevante a la hora del almuerzo. También azuza una batalla que trasciende los caprichos de la dieta de moda. Renunciar con virtuosismo a la carne —o aferrarse a ella con los colmillos que nos dio la evolución— es un asunto de dinero, política, cultura y, también, de identidad.

Piensa un número del 1 al 100,000

En grandes cantidades y por sí solas las cifras aturden y confunden. Provistas de contexto pueden resultar tan sorprendentes como sobrecogedoras.

Leemos con asombro que un chico de once años ha dado un giro de 1080 grados (tres vueltas enteras) en patineta o que después de 17 años bajo la superficie las cigarras volverán a caminar sobre la tierra. Nos impacientamos al saber que no habrá vacuna contra el coronavirus en menos de 12 o 18 meses (aunque los científicos nos aseguren que sería de una velocidad inaudita).