Después de su inesperada captura en julio pasado, las autoridades de Estados Unidos empujaron para que Zambada fuera procesado en la Corte del Distrito Este de Nueva York, el epicentro de la ofensiva judicial contra los carteles mexicanos. El Mayo llegó el pasado 12 de septiembre al Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn, en medio de un fuerte operativo de seguridad. El capo se declaró inocente de una batería de 17 cargos en su contra por narcotráfico, delincuencia organizada, portación ilegal de armas de fuego y lavado de dinero, un día después ante un juez de instrucción. Apareció con el uniforme de la cárcel y se le vio disminuido de salud.
“Afirmamos que El Mayo construyó y dirigió durante décadas la red del Cartel de Sinaloa de fabricantes, asesinos, traficantes y blanqueadores de dinero que son responsables de secuestrar y asesinar gente tanto en Estados Unidos y México, y de importar cantidades letales de fentanilo, heroína, metanfetaminas y cocaína a territorio estadounidense”, declaró Merrick Garland, fiscal general de Estados Unidos. En esa ocasión, la sala estuvo repleta de funcionarios de seguridad estadounidenses para presenciar la llegada de Zambada, un jefe criminal que evadió la cárcel durante más de cinco décadas hasta su caída en un aeropuerto rural de Nuevo México junto a Joaquín Guzmán López, alias El Güero, su ahijado e hijo de su antiguo socio.
En la primera audiencia con Cogan se discutirá un posible “conflicto de interés”. Los fiscales hicieron notar al juez que Frank Pérez, el abogado de El Mayo, también representó a su hijo, Vicente Zambada Niebla. Vicentillo, perfilado durante años como posible sucesor de su padre, acabó colaborando con la justicia estadounidense y fue un testigo clave en el juicio contra El Chapo a finales de 2018. Zambada Niebla habló ampliamente de su papel bajo las órdenes de El Mayo y de la relación de su padre con Guzmán, mientras ambos estaban tras las riendas del cartel.
Vicentillo fue condenado en mayo de 2019 a 15 años de cárcel tras declararse culpable, pero fue puesto en libertad en 2021. La Fiscalía afirma que, como cooperante, Zambada Niebla estaría obligado a declarar contra su propio padre en caso de ser llamado. El papel de Pérez como defensor de ambos resulta problemático para las autoridades y quieren que Cogan se pronuncie sobre el conflicto de interés. El Mayo puede quedarse con Pérez si así lo desea, pero tendría que reconocer el conflicto y aceptar la posibilidad de que su propio representante no comparta información con él que pueda afectar a Vicentillo. Hasta ahora, ambos son sus clientes. Son estas cuestiones las que se desahogan en este tipo de audiencias en este punto del proceso judicial. Aún hay que esperar meses, incluso años, para saber si el caso contra El Mayo llegara a juicio y si habrá lugar a nuevas revelaciones sobre la actualidad del universo criminal en México.
Más allá de la corte de Brooklyn, del otro lado de la frontera, la guerra entre Los Mayos y Los Chapitos ha sembrado el caos en Culiacán, el bastión de histórico de la organización criminal. Los sucesores de Guzmán y de Zambada, viejos socios, luchan por el control del Cartel de Sinaloa, después de que El Mayo acusara a Guzmán López de traicionarlo y entregarlo a Estados Unidos. En el centro del conflicto está Ovidio Guzmán López El Ratón, el hermano menor de El Güero, quien tendrá también una audiencia la próxima semana en Illinois, tras meses de especulaciones sobre una posible negociación con las autoridades a cambio de una pena reducida.
De acuerdo con su ficha, Joaquín Guzmán López ya no está bajo custodia del sistema penitenciario de Estados Unidos desde el pasado miércoles y El Ratón fue reingresado en el Centro Correccional Metropolitano de Chicago, adelantó el periódico Milenio. El movimiento de ambos hermanos ha hecho que las versiones de un supuesto pacto de colaboración cobren fuerza. No ha habido, sin embargo, ninguna confirmación oficial en ese sentido.
La captura de El Mayo, que destapó también las negociaciones secretas entre agencias estadounidenses y Los Chapitos durante años, elevó al máximo las tensiones entre México y Washington. Tras la polémica diplomática y un conflicto que ha dejado decenas de muertos y desaparecidos en Sinaloa, las cuentas pendientes entre las dos familias que han dominado el Cartel de Sinaloa, una de las fuerzas criminales más poderosas del mundo, llegan finalmente a las cortes estadounidenses. Tras imponer cadena perpetua a El Chapo y 38 años de prisión a García Luna, será Cogan, otros de los protagonistas de esta saga, quien tendrá en sus manos el futuro de El Mayo. Todo se desarrollará otra vez bajo las reglas del juego impuestas por Estados Unidos.