“La línea de este gobierno será evitar a toda costa que los funcionarios se beneficien de su posición en cualquier aspecto”, afirmó la gobernadora Margarita González Saravia, en referencia a la presunta compra irregular de terrenos cercanos al lago de Tequesquitengo por parte de funcionarios de la administración anterior.
La mandataria aclaró que no tomará medidas hasta que concluyan los procesos de entrega-recepción, lo cual permitirá realizar las observaciones pertinentes ante las instancias correspondientes.
“Es necesario cerrar todos los procesos pendientes; entonces daremos a conocer cualquier irregularidad y haremos las observaciones debidas. Si se trata de un problema de moral pública, cada quien deberá asumir su responsabilidad ante la sociedad”, señaló.
Las declaraciones surgieron tras revelarse que exfuncionarios de la pasada administración habrían adquirido predios cercanos al lago a través del fideicomiso, presuntamente a precios muy por debajo del valor real.
Entre los nombres de los funcionarios figuran Mónica Boggio, exjefa de la Oficina de la Gubernatura y actual magistrada del Tribunal de Justicia Administrativa; José Luis Galindo Cortez, exsecretario de Desarrollo Sustentable; y Sandra Anaya Villegas, exsecretaria de Administración y actual diputada federal.
En días pasados, Anaya Villegas admitió haber adquirido cuatro terrenos mediante el Instituto de Crédito al Servicio de los Trabajadores del Gobierno del Estado de Morelos (ICSTGEM), sin embargo, aseguró que no hubo irregularidades y que realizó la compra como cualquier trabajador estatal.
Cabe mencionar que la entrega-recepción de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) ha presentado diversas irregularidades, según declaró el nuevo titular, Alan Dupré Ramírez, quien informó que se eliminó información valiosa de las computadoras gubernamentales. Asimismo, Dionisio Álvarez, extitular del fideicomiso de Tequesquitengo, renunció dos semanas antes del fin de la administración.
No apoya cargos de familiares
La gobernadora Margarita González Saravia manifestó su desacuerdo con las aspiraciones de su esposo, Carmelo Enríquez Rosado, de asumir la presidencia del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Morelos, aunque reconoció que la decisión final recae en los consejeros estatales del partido.
“En el caso del partido yo no me meto, creo que todos son militantes y tienen que aperturar el debate, yo de manera general aprovecho para decir que estuve en contra de que Gayosso fuera candidato del partido cuando Graco era gobernador, también que Ulises Bravo fuera el presidente del partido cuando su hermano era gobernador. A mí no me gustaría que un familiar mío fuera presidente del partido, sin embargo, ya son decisiones que el partido tendrá que tomar. Yo como gobernadora estoy metida en lo que es mi trabajo que es hacer el trabajo de la gubernatura”, explicó.
Alfa Peñaloza / alfa.penaloza@diariodemorelos.com

