Morena, PT y Verde en el Senado desestimaron el proceso de elección de la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y con 87 votos impusieron la reelección de Rosario Piedra Ibarra, a pesar de que fue la peor evaluada entre 15 aspirantes y del rechazo de la mayoría de los propios senadores afines a la autollamada Cuarta Transformación.
Asimismo, se negaron a utilizar una mampara —propuesta e instalada por el PAN y MC— para que los senadores oficialistas pudieran ejercer su voto en secrecía y evitar la línea del coordinador, Adán Augusto López Hernández, para votar a favor de Piedra Ibarra.
Con ello, a pesar de tener mejores evaluaciones, quedaron en el camino el resto de la terna conformada por Paulina Hernández Díaz y Nashieli Ramírez Hernández, así como más de una decena de aspirantes a presidir la CNDH con mayores méritos y calificaciones.
Rosario piedra recibe la constancia de presidenta de la CNDH por parte de Gerardo Fernández Noroña. Foto: Diego Israel / EL UNIVERSAL
A pesar de que la oposición logró que no se foliaran las cédulas, como proponía López Hernández, para con ello evitar que se conociera posteriormente el sentido del sufragio de senadores de Morena, PT y PVEM, al final se impuso la mayoría en favor de la actual titular de la CNDH, que seguirá al frente del organismo los próximos cinco años.
Con ello, la incipiente rebelión de un grupo de senadores como Javier Corral, Higinio Martínez y Malú Micher, quienes amagaron con votar contra Piedra Ibarra, fue aplacada al no permitir la secrecía del voto.
Con mayoría calificada, el bloque oficialista avaló la continuidad de la actual ombudsperson, cuestionada por su pobre desempeño, no sólo por la oposición, sino también por legisladores de Morena y por organizaciones de la sociedad civil defensoras de derechos humanos. Y durante la votación le cantaron Las mañanitas a López Obrador.
Con su voto a favor de Piedra Ibarra, Morena, PVEM y PT le dieron la espalda al proceso que condujeron los presidentes de las comisiones de Derechos Humanos, Celeste Ascencio, y de Justicia, Javier Corral.
De nada sirvieron el parlamento abierto, el registro de 48 aspirantes, la comparecencia de 47 de ellos y la evaluación que hicieron los senadores de ambas instancias legislativas, en las que Piedra Ibarra reprobó.
Al final del proceso, valió más el criterio político y la línea que los senadores recibieron desde las más altas esferas de la Cuarta Transformación, concretamente del expresidente Andrés Manuel López Obrador, como reconocieron en privado varios legisladores de Morena.
A decir de senadores del oficialismo —quienes pidieron guardar el anonimato—, el proceso se distorsionó desde el momento en que, aun después de una pésima comparecencia y de haber sido evaluada en último lugar, Piedra Ibarra fue incluida en la terna de finalistas, sin importar los méritos de otras candidatas, “por una decisión política”. La bancada de Morena llegó este martes dividida entre la corriente del coordinador López Hernández, que impulsaba la reelección de Piedra Ibarra, y la mayoría de los senadores que se pronunciaban por un cambio. En esas condiciones, ninguna de las candidaturas de la terna tenía viabilidad, puesto que no alcanzaban los votos de las dos terceras partes. En la reunión del grupo parlamentario, previa a la sesión del pleno, el exsecretario de Gobernación pidió el respaldo de toda la fracción a la actual presidenta de la CNDH. Para convencer a sus senadores, explicó que no se trataba de una decisión arbitraria. “Es una decisión de Estado”, advirtió.
Muchos que se negaban a votar por Piedra Ibarra expusieron sus motivos. “¿Cómo vamos a apoyar algo que va contra nuestros principios, cuando nuestra presidenta Claudia Sheinbaum ha enarbolado el postulado de no reelección?”. Al final, prácticamente todos los senadores del grupo en el poder cedieron y acataron la instrucción de votar por Piedra Ibarra. “No estoy de acuerdo, pero acepto la indicación”, dijeron.
Más tarde, la bancada de Morena se reunió con la ombudsperson para dialogar, expresarle su respaldo y hacerle algunas observaciones en el desempeño de su responsabilidad. La presentación del dictamen con la terna finalista se fue postergando por las dudas de Morena de alcanzar los votos requeridos, al grado que el coordinador de la bancada pidió llamar a Denisse Ortiz, suplente de la senadora Yeidkol Polevnsky, quien está fuera del país, para garantizar la mayoría calificada.
En la discusión del acuerdo para el debate y votación, que fue avalado por 85 votos, senadoras del PAN ingresaron una mampara al pleno, lo cual derivó en jaloneos y el malestar del presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña.
Ante ello, la oposición alertó del fantasma de cédulas ya marcadas para favorecer la reelección de Piedra Ibarra, lo cual rechazó Adán Augusto López. Al final, se impuso el criterio político y se desdeñó el proceso de selección en el que participaron casi 50 candidatos.