En materia de competitividad sólo 19 de 102 ciudades mexicanas se encuentran dentro de un grupo con evaluación alta, mientras que únicamente 36 tienen una nota aprobatoria. Sin embargo, el promedio nacional es reprobatorio con un total de 55.4 puntos, en una escala de 0 a 100, de acuerdo con el Índice de Competitividad de las Ciudades Mexicanas (ICCM) 2016 de la consultora aregional.
La muestra consta de 59 zonas metropolitanas (ZM) y 43 ciudades de más de 90,000 habitantes, las cuales suman un total de 80.4 millones y representan 67.2% del total de la población. El ICCM se compone de nueve indicadores: acceso a educación superior; incubación e impulso empresarial; innovación y desarrollo tecnológico; financiamiento empresarial; calidad de empleo; políticas económicas; seguridad y ausencia de violencia; infraestructura y conservación ambiental.
El grupo alto está compuesto por las 19 ciudades más competitivas, encabezado por la Zona Metropolitana del Valle de México con 76.6 puntos; a ésta le sigue la ZM de Monterrey con 76.8 y Querétaro con 73.3, este grupo contempla las ciudades con una calificación mayor a 65 puntos.
En el caso específico del Valle de México, Erika Peralta Báez, coordinadora de Competitividad y Desarrollo Urbano Regional de aregional, dijo que una de sus fortalezas es el elevado nivel de educación media superior y superior, tiene un alto nivel de infraestructura de vivienda y de salud, “esto ha impulsado la generación de recursos humanos altamente capacitados”.
Mientras que Monterrey ha tenido una importante penetración en telecomunicaciones, “es la más avanzada en materia de telecomunicaciones, ocupa el tercer lugar en impulso a la educación superior, además de que es el primer desarrollador de patentes en México, eso es Monterrey”, dijo la especialista.
En el caso de Querétaro, la especialista indicó que la entidad tiene un importante dinamismo de crecimiento empresarial, ya que en los últimos cinco años las empresas de este estado han tenido un ritmo de crecimiento de 8.3 por ciento. “Ocupa el primer lugar en el tema de valor agregado manufacturero, el tercer lugar en la generación de cadenas productivas y es la ciudad donde más firmas se están incorporando al registro nacional de empresas en ciencia y tecnología”.
Según el ICCM, estas urbes comparten algunas características, como un elevado nivel de educación superior en su población, alto nivel de emprendimiento y financiamiento empresarial, incremento de empleo asegurado, paz social y acceso a la infraestructura básica.
En el tema de políticas económicas, cuentan con un significativo crecimiento empresarial, presencia de mercados financieros robustos, especialización productiva enfocada a sectores altamente generadores de divisas e importante atracción de Inversión Extranjera Directa (IED). En esta materia, en promedio las ciudades están reprobadas, ya que sólo cuatro de cada 10 tienen una calificación aprobatoria.
Erika Peralta Báez refirió que es muy importante no sólo enfocar la competitividad en la atracción de inversión extranjera, de financiamiento, sino que es necesario enfocarla también en generar ciudades cada vez más sustentables que mejoren la calidad de vida de quienes en ella habitan. “Si quieren sobrevivir, las ciudades tienen que aportarle al desarrollo y tecnología de nuevas energías limpias”.
Grupo medio: atractivo para inversión en energéticos y automotriz
Las 33 ciudades ubicadas en el grupo de competitividad media, a pesar de que no son las mejor posicionadas, presentan un crecimiento empresarial superior a la media nacional, en donde las que destacan son Mazatlán, la ZM de Tampico, León, Culiacán, Cuernavaca y Cancún.
Estas urbes tienen una fortaleza en la atracción de capitales, especialmente en los sectores energéticos, automotriz, servicios financieros y turismo. No obstante, presentan un estancamiento del crecimiento del valor agregado de sus empresas, la insuficiente capacidad de ahorro y captación bancaria que tienen, así como una falta de autonomía financiera que las hace dependientes de la federación.
“Si bien estas ciudades tienen un alto nivel de producción manufacturera, el problema es que innovan muy poco. Sobre todo tienen problemas en la generación de empresas tecnológicas que propongan cosas nuevas, además de que tienen altos niveles de informalidad”, advirtió Peralta Báez.