El presidente asegura a La Razón que si hoy tuviera que decidir de nuevo, sería distinto; reitera que buscó a ambos candidatos de EU para cuidar los intereses del país
El presidente Enrique Peña califica como muy acelerada la decisión que tomó de reunirse con el candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, y sostiene que si hoy tuviera que tomarla de nuevo sería distinta. Sin embargo, “el hubiera no existe, y asumo la responsabilidad de la decisión y el costo que esto representó para el Presidente, para mi gobierno”, señala. En esta entrevisa realizada en la residencia oficial de Los Pinos, el mandatario habló de éste y otros temas como el proceso electoral en 2018, para el cual, dice, “ya hay quienes están corriendo de manera muy anticipada”. También abordó su relación con el PRI, que, afirma, es un partido que “está vivo” , aunque aclara que no se observa todavía con nitidez y claridad quién podría ser el candidato presidencial. ¿Cuál es la decisión que más le ha costado tomar como Presidente? No hay una sola. Todos los días hay decisiones de trascendencia, no todos los días de la misma dimensión, pero creo que te enfrentas a momentos en los que las decisiones sí tienen una enorme trascendencia. Hubo uno que ha sido de enorme polémica, reciente. ¿La reunión con Trump? Abordemos el tema de Trump. Fue muy polémica y yo asumo que tomé una decisión. Quizá hoy sería distinta, creo que tomé una decisión muy acelerada. Si hoy hiciera una ponderación de lo ocurrido con la visita de Trump, fue quizá una decisión tomada de manera acelerada, aunque creo que era importante para México. He dado muchas veces la explicación de por qué busqué un encuentro con ambos candidatos (a la Presidencia de EU) y no era más que cuidar a los mexicanos y los intereses de México. Con lo que yo me encontré fue con la respuesta de sí (de parte de Trump), y era tómala o déjala. O sea, cuando hago una invitación a ambos candidatos y en mi sorpresa uno de ellos contesta ‘sí acepto el encuentro y además voy a México’ —hay que considerar que en ese momento, a la luz de lo que hoy estamos viviendo ya cerca de la elección, es un contexto distinto, una elección que todavía se veía muy cerrada—, dije, a ver, lo que estoy buscando es un encuentro, y además cuando el posicionamiento que tiene el candidato republicano no me parece el correcto, y creo que es necesario que tenga un mejor contexto de la relevancia que hay en la relación entre México y Estados Unidos, y la respuesta es ‘sí acepto el encuentro y además voy a México’, creo que ahí a lo mejor fue una decisión acelerada. Pero, usted después de eso, ¿cómo lo vive?, ¿qué dice?, ¿me equivoqué? El hubiera no existe, y asumo la responsabilidad de la decisión y el costo que esto representó para el Presidente, para mi gobierno, pero creo que el propósito era y sigue siendo el correcto. A final de cuentas, México tendrá que construir con quien resulte electa o electo presidente de Estados Unidos una relación como la que hemos tenido con el presidente Obama; de respeto mutuo, de colaboración y de cooperación para objetivos y atención de temas que nos son comunes. Presidente, sobre el tema de las reformas que se lograron pasar. Sin duda van a cambiar mucho el sentido de México. Pero se han visto opacadas por muchísimos escándalos mediáticos: Ayotzinapa, la Casa Blanca... Lo único que me ocupa y de verdad lo que genuinamente es mi interés, es tener un desempeño que ayude a que tengamos una mejor nación, y sé que está en el Presidente de la República tomar definiciones y decisiones que sin duda impactan y trascienden al futuro que México tenga. Me siento muy orgulloso de las reformas que hemos logrado, porque sin duda, no van a cambiar a México, ya lo están cambiando. Muchas de las reformas, hoy, en su instrumentación están construyendo una nueva realidad para México. Está una reforma educativa que en su implementación enfrenta resistencias. Pero donde ya se está instrumentando ha generado espacios de oportunidad para nuevos maestros; está dando espacios mucho más dignos a los profesores que gracias a sus méritos están logrando mejoras en su escalafón y además un mejor ingreso; está mejorando la infraestructura educativa —no se ha agotado este proyecto de Escuelas al Cien—, pero estamos trabajando para ese propósito. Ya vemos beneficios de la reforma en telecomunicaciones. Lo que pasa es que luego pareciera que nadie le da la justa relevancia, pero hoy hay más usuarios de Internet porque hay un acceso mucho más gratuito y más fácil gracias a esa reforma. Los servicios de telefonía celular y convencional han disminuido y han bajado de precio notablemente. ¿Y los energéticos? La tarifa de luz eléctrica, que fue uno de mis compromisos, ha bajado y hemos logrado reducir los costos. Y hay que decir que las tarifas eléctricas se van a mover; en cierta época del año van a subir, en otra van a bajar, pero para el 99 por ciento de los hogares las tarifas eléctricas han bajado. Me ocupa realmente incidir en una transformación positiva para México, creo que hemos logrado reformas trascendentales, el mundo las reconoce, los expertos, los países, y tan las reconocen que han decidido invertir en México. Hoy hemos traído inversiones productivas que están generando plantas, empleos, porque ven un futuro muy promisorio para el país a partir de las reformas. Mejoramos nuestra condición de competitividad precisamente por las reformas, sin dejar de reconocer que tenemos rezagos, y temas que debemos combatir y seguir abatiendo, fortalecer nuestras instituciones, combatir todavía con mayor eficacia la pobreza, la desigualdad. Hemos hecho esfuerzos importantes que sí están impactando en atención a estos problemas que México viene arrastrando desde hace ya varias décadas. Y, también, como todo gobierno que está bajo el gran escrutinio y la gran atención mediática y de toda la gente, no hemos estado exentos de temas que francamente han sido polémicos; unos, me parece con toda honestidad, sacados de contexto; son cuestionamientos que no resultan justos. Usted puede lidiar con sus oponentes políticos de frente, pero hay campañas durísimas en redes sociales, ya no sólo en el plano político, sino en el personal. Los éxitos me importa que sean para México, no para mí, y son reformas que están ayudando a México. Si no ayudan al Presidente ya no me importa, pero están ayudando a México, que es lo importante. Si a final de cuentas han eclipsado el ejercicio de la tarea del Presidente, por otros temas, lo asumo. Entiendo que en el quehacer público siempre vas a enfrentar señalamientos. En el tema Ayot-zinapa, por ejemplo, yo lamento mucho que se pretenda decir que el gobierno, que el Presidente de la República, tenga alguna responsabilidad en hechos muy lamentables. También es un asunto de comunicación, porque ese es un tema de narcotráfico, de un grupo contra otro, donde sí estaba involucrado el alcalde de Iguala. Eso fue auténticamente. Y hay más de 130 personas detenidas. ¿Por qué no lo han explicado así? Lo hemos explicado y se ha dicho “n” veces. Ha habido todas las explicaciones habidas a los padres de familia que pasan por esta pena y por este dolor. El tema no es explicar, el tema es el estigma que queda, y este señalamiento francamente descontextualizado. Lo más triste de toda esta historia de los 43 jóvenes desaparecidos son estos líderes que ni siquiera son los padres de familia y que están tratando de cambiarles la historia: esos padres de familia son los que más están sufriendo. Yo creo que son las principales víctimas, porque ha habido quienes queriendo representarles me parece que se niegan o se resisten a entender los elementos que aportan las investigaciones. A final de cuentas, y quiero ser muy enfático, es que la Procuraduría tendrá que agotar todas sus líneas de investigación, dar esta información a los padres, ejercer las acciones que en alcance a las atribuciones de carácter legal que tiene la Procuraduría, tenga que emprender ante el Poder Judicial y quedará en el Poder Judicial imponer los castigos que la ley determine a partir de los elementos que se aporten de la averiguación que ha realizado la Procuraduría. ¿Es el tema que más le ha dolido? Es un tema que sin duda me ha dolido. Me ha dolido por lo que representa en pena y dolor para los padres de familia y de lamentar por este intento de cambiar, —ya distintas agrupaciones han querido desinformar— manipular los hechos. No ha habido lugar —casi siempre que voy a alguna gira al exterior— donde yo encuentre un grupo de jóvenes, que yo no sé si lo hacen de forma genuina o alguien los mueve, donde lo único que encuentro en ellos, a distancia siempre, es gritarme asesino. ¿Eso le afecta? Te voy a decir por qué no me afecta. Porque entiendo que en esta responsabilidad eres parte del ejercicio de la política y la política es una actividad un poco polémica y dura, donde se está en el centro de la atención, del ataque, del combate, generar polémica. No me sorprende nada de esto que te señalo y que lamento. El tema de la Casa Blanca es otro tanto, porque creo que fue un asunto que se ha acreditado que… ¿Deterioró la relación de usted con su esposa? No la deterioró con mi esposa, al contrario, creo que nos unió aún más y lamento mucho que un tema que puedo decir, totalmente legal, hubiese marcado o sido un estigma apuntado sobre la gestión del gobierno y por eso fue que ofrecí una disculpa. No la ofrecí tanto por los hechos en sí, y que no tienen nada de ilegales. Pareciera que muchos que señalan el tema, nunca se han metido a la página que está ahí en Función Pública, donde se exhibe todo lo que ocurrió sobre el tema. Pero, como no se ocupan de eso, sino más bien en insistir en el asunto, yo pedí una disculpa, porque creo que eso sí afectó y sí lastimó la credibilidad y la fuerza del Gobierno de la República. Pero te repito: yo creo que ningún gobierno está exento de eventos que pueden ser lastimosos, que pueden ser muy lamentables. Presidente, ¿cómo va a estar el 2017 para el Estado de México? ¿Y cómo viene el proceso electoral del 2018? Lo único que te puedo decir es que la tarea del gobierno es garantizar que, tanto en el 2017 como en el 2018, haya condiciones óptimas de orden y de paz para que se lleven a cabo elecciones de forma pacífica y ordenada. ¿Quién va de candidato del PRI para 2017 en el Estado de México? Esa es una definición del partido, y si me dices, ‘oye, el Presidente interviene en las definiciones de partido’; sí participa, sí participa, porque además soy miembro activo de mi partido, estoy involucrado en los temas de mi partido, como lo están todos quienes tenemos esta responsabilidad. ¿Y por quién se inclina? Yo creo que todavía no ha llegado ni el momento, ni el tiempo. Llegará, yo creo que esto tendrá que ver con tiempos y circunstancias. Al 2018 ya tiene que empezar a definir candidato. No, yo creo que más bien ya hay quienes están corriendo de manera muy anticipada. Y creo que hoy en el PRI no se observa todavía, con toda nitidez y claridad, quién va a ser el candidato. Pero, cuando usted iba a ser candidato presidencial se supo desde mucho tiempo atrás… Ni yo sé. Creo que el PRI tendrá que buscar dentro de sus filas, dentro de sus actores, dentro de los cuadros que tiene a dos candidatos. Más bien, a cuatro candidatos, porque hay tres elecciones de gobernador el próximo año y la del 2018, todos que sean muy competitivos. Primero, que realmente tengan un proyecto para sus estados y para la nación. Un proyecto que vaya acorde con los principios y el proyecto de nación que el PRI ha venido impulsando y construyendo. Pero ¿qué siente? A ver, yo siento que mi partido, del que además me siento orgulloso militante, que ha reconocido sus derrotas y ha celebrado sus victorias, está vivo. Presidente... ¿Qué quieres?, ¿que te dé un nombre? No tengo un nombre, más bien piensa en un perfil, o piensa en perfiles que realmente sean competitivos y que espero, deseo, que encuentren la preferencia de la mayoría de la sociedad mexicana. ESTRATEGIAS Presidente, usted es un hombre de estrategia, ha dicho que uno de sus principales personajes favoritos es Napoleón, y siempre jugó ajedrez, ¿cómo maneja la estrategia? A ver, yo creo que todos a final de cuentas hacemos estrategia en nuestro diario actuar y en nuestras vidas, y cuando estás en la actividad política yo creo que sí te demanda el pensar qué hacer, cómo hacer los movimientos, los ajustes que, a veces, haces en el gabinete, con qué propósito, qué impulso le quieres dar a ciertas áreas de la administración. Yo diría que no es un juego de estrategia, una cosa es la afición que puedo yo tener por el ajedrez, que, por cierto, hace buen rato que no lo juego. Pero, la política sí es una estrategia. La política, sí, yo creo que también te demanda hacer movimientos estratégicos y el hecho de estar en esta responsabilidad y haber tenido otras, a final de cuentas, para también lograr estas responsabilidades, te desempeñaste, antes de estar en esta tarea, también con cierta estrategia para poder tener oportunidad. A final de cuentas yo creo que todos en lo que hagamos, tanto en la vida pública, como en la vida privada, siempre te ajustas a un actuar que te permita cumplir con objetivos y fines. Y siguió una estrategia, sin duda, para llegar a ocupar Los Pinos. Mira, la verdad es una: en la responsabilidad que tenía en el pasado, que fue haber sido gobernador del Estado de México, te lo digo hoy de manera muy genuina, me propuse ser un buen gobernador de mi estado, cumplir con lo que me había comprometido llevar a cabo, tuve por lema “te lo firmo y te lo cumplo” y ésa fue mi meta. Si eso me daba para poder llegar a otra responsabilidad, y más ésta que es la más importante: ser el Presidente de México, qué bueno, pero nunca se convirtió en mi obsesión. Nunca puse por delante el qué hacer o cómo llegar a esta responsabilidad abandonando lo que para mí era más importante, que era cumplirles a los mexiquenses. Y me lo preguntaron muchísimas veces, me decían, oiga, no le creemos, pero es así, de verdad, de forma genuina: si cumplir mi responsabilidad y mi deber y lo que me he propuesto hacer, que es hacer un buen gobierno para mi estado, me lleva a lo otro, qué bueno, pero lo otro (la Presidencia de la República) no es mi obsesión. ¿Cómo trabaja el Presidente de México? Dicen los que lo conocen que usted es un hombre solitario; que le gusta escuchar a pocas personas, que su equipo es muy, muy cerrado. Tiene a su asistente, a Tere Morales, de toda la vida y a su secretario particular, Jorge Corona, también. Pero que no le gusta que le digan muchos. Son pocos los que se acercan y a los que escucha el Presidente. Más bien, yo creo que es todo lo contrario, yo creo que éstas son de las grandes desinformaciones que hay. Más bien escucho a muchos, escucho a muchas voces, las pondero y tomo una decisión. Para ciertos asuntos, evidentemente, no todas las decisiones son tomadas a partir de socializarlas con todos. Hay temas que tienen que ver con un área de responsabilidad, con información, a lo mejor, reservada y, bueno, pues, es en ese círculo donde tomas una decisión. Pero escucho mucho. Siempre he venido escuchando a quienes me acompañan en la tarea de gobernar, desde que fui gobernador del estado y no tenía por qué ser distinto ahora que soy Presidente de la República. Más bien hoy sí entiendo muy bien la dimensión y alcance que tienen las decisiones que tiene el Presidente que sí son distintas de las de un gobernador. Pero, precisamente, queriendo asumir buenas decisiones, es que escucho, como opinión. LA VIDA EN LOS PINOS Gente que lo conoce dice que es muy diferente el Enrique Peña gobernador al Enrique Peña Presidente. La responsabilidad sí es muy diferente, pero se parece. ¿Pero, usted como persona? Era mucho más abierto, mucho más dicharachero. Yo creo que eso no cambia. La esencia y como es uno, a final de cuentas, no cambia, más bien, los espacios. ¿Se sentía más cómodo de gobernador? Ser Presidente de la República yo creo que es el privilegio y la posición que cualquier político puede aspirar y la de mayor relevancia, la de mayor trascendencia y en donde más puedes influir realmente, en tu quehacer político, para que a tu país le vaya bien. Es la tarea de mayor peso, de mayor responsabilidad, de mayor carga, más compleja, pero, que, sin duda, representa el mayor privilegio y el mayor honor que un político puede tener en la carrera política. Y también fue un gran orgullo haber sido gobernador de mi estado, porque ésa es la posición en la que soñé. Y sí hay una brecha, en mi óptica, abismal, entre el desempeño de una tarea y ya cuando asumes la responsabilidad de ser Presidente de la República. Ambos cargos, la verdad, reflejan y afectan mucho el entorno familiar. ¿No le ha costado a sus hijos ser hijos del Presidente?, porque por ahí me cuentan sus allegados que, en un plano, siente culpa: ‘estoy dejando a estos chavos adolescentes, sin poder vivir su momento, tienen que tener control de las redes sociales, que para los millennials es como lo peor que les puede pasar, no poder estar tanto tiempo con ellos’. Mira, tienen medianamente control, porque al final de cuentas, yo les he pedido que sean cuidadosos en lo que escriben, en lo que publican, porque obviamente están muy expuestos a un gran escrutinio y son los hijos del Presidente. Dije, a ver, no se vaya a mal interpretar algo de lo que ustedes eventualmente pongan o digan. Decidieron no hacer mucho público, pero, al final de cuentas, sí medio lo hacen público, tampoco los puedo privar de que vivan su vida muy normal, de que hagan su vida de lo más normal posible. Habría que preguntarles a mis hijos, yo puedo advertir que para algunos ha sido más difícil realmente el asumirse como hijos de una figura pública y tener la presión y el ser observados y el ser, bueno, no acechados, pero, sí, muy seguidos por los ojos de mucho. Está complicado. Hay quienes entiendo, también de la familia, lo han podido sortear de manera mucho más fácil, tratando de hacer una vida muy ordinaria, muy normal, casi tan regular como la sigue y la lleva cualquier otra persona, pero, ahí están mis hijos. Han entendido también muy bien lo que, bueno, eso creo yo, que la responsabilidad que tengo, que asumo, me han comprendido, no me exigen de más, saben que esta tarea demanda tiempo, demanda muchas horas de ocupación y, a veces, les dedico poco tiempo. Pero siempre procuramos algún espacio, entre semana o el fin de semana, que más bien termina siendo el fin de semana, para estar juntos, para procurar ver una película, y, a veces, ya ni para eso, sólo para platicar, comer y platicamos ahí muy abiertamente. Me platicaron una historia que la verdad me emocionó. Espero que sea cierta, porque luego veo muchas cosas que no son ciertas. Por eso quiero que me saqué de las dudas. Que cuando era novio de Angélica, de su esposa, era su cumpleaños y que la quería festejar y que le dijo, tengo que ser testigo en una boda… Sí, eso fue cierto. Y, entonces, inventó una boda falsa y, de repente, se levantó lo de atrás y era una gran fiesta con todos sus amigos. Sí, es correcto. Fue una fiesta sorpresa que le hicimos a mi esposa, Angélica, y con la complicidad de sus hermanos, de mis hermanos y de nuestros hijos, entonces todos inventaron que se tenían que ir fuera, y yo le dije, oye coincidía con que era su cumpleaños no puedo, tengo un compromiso, soy testigo de una boda, acompáñame y ya te celebraré de hoy en ocho, porque yo era gobernador, de hoy en ocho buscamos un espacio para poder dedicarlo a festejarte, acompáñame a la boda de la que soy testigo, me comprometí a ser testigo de una boda. ¿Qué le dijo?, no qué horror o sí, sí voy. Ay, pero no pensaste en mi cumpleaños. Le digo, no, acompáñame. Y ella amablemente me acompañó, todavía éramos novios, somos testigos y estaban ahí, entramos y además llegamos tarde, todo estaba programado para que así fuera. Ya llegamos tarde, iba yo a firmar y está el supuesto juez, que no era juez tampoco, alguien que estaba fingiendo como que estaba casando a una pareja y en eso se corre un telón y ya estaban todos los amigos y, sorpresa, sí, sí fue una fiesta sorpresa. Yo creo que la única vez que he organizado una fiesta sorpresa. ¿Cómo se vuelve la relación después?, ¿se pierden esos detalles ya en la Presidencia, con el corre- corre, con el poco tiempo? Yo creo que, en parte, sí. La Presidencia sí es muy absorbente, la Presidencia te lleva a estar muy pendiente de lo que pasa en todo el país, atender distintos sectores, diferentes actores. Si algo es escaso, yo creo que en la responsabilidad del Presidente, es el tiempo, es tan escaso, hay tanta gente que quisiera ver, tanta gente que me dice, oiga, deme cinco minutos, y no existen las audiencias de cinco minutos, ni siquiera de un minuto, o de 30 segundos. Y de verdad te quedas corto, a veces, de poder atender y ver a los muchos que quieren verte, de verdad, no hay tanto tiempo. Hay que considerar que sales al interior del país, solamente de puros traslados te toman dos horas, tres horas, entre idas y vueltas, el tiempo que dedicas a estar ahí, pues, el tiempo se te fue, el día se te fue. |