Los alrededor de mil habitantes de esta comunidad perteneciente al municipio de Tlaquiltenango, en el estado de Morelos, a una altura de 810 metros sobre el nivel del mar, ven cómo día con día su economía se derrumba. Muchos de plano optaron por irse a trabajar y a vivir a Jojutla "porque aquí ya no hay nada: no se pueden sacar las cosechas ni el yeso de la mina.
Los habitantes han recurrido a la Presidencia municipal, donde la respuesta siempre es la misma: no hay recursos y si quieren que se les arregle, vayan a buscar al Gobierno del Estado. En esta instancia, les recibieron un oficio solicitando la atención, pero la Secretaría de Obras Públicas aún analiza el caso.
Los legisladores tampoco han atendido las demandas de los habitantes. El senador Fidel Demédicis les dice que no tiene tiempo en su agenda para hacer una visita; la diputada perredista Hortencia Figueroa fue los primeros días a llevar unas despensas y unos colchones, pero no se volvió a parar por ahí. Y de los otros, ni hablar. La gente ni siquiera los conoce.
Pánfilo Almanza Romero, una persona adulta mayor, se acerca a preguntar si los reporteros son "la autoridad" que va a ver lo del puente. Tras responder que no e identificarnos, dice que algunos funcionarios aparecen de cuando en cuando a revisar, pero sin resolver, por lo que ahora tienen que atravesar la barranca por un vado que está más adelante.
FUE A LA UNA DE LA MAÑANA CUANDO EL AGUA LLEGÓ A NUESTRAS CASAS
Karen Adulfo Miranda, joven madre de tres pequeños, recuerda que estaban dormidos cuando creció la barranca.
"Era como la una de la mañana, fue algo que no esperábamos y menos que creciera tan grande, al grado de llevarse el puente e inundar las casas, hasta una altura de 40 centímetros, más o menos", y mientras lo narra señala la marca que aún permanece en las paredes de su casa, ubicada a escasos 200 metros del cauce.
"Fue muy feo; perdimos cosas materiales, pero afortunadamente no pasó de ahí. Nadie ha venido a ayudarnos; sólo Enrique Alonso y Hortencia Figueroa, que nos apoyaron con despensas y colchones, una vez y ya, nadie más":
Señala que "hasta ahorita no le han dado solución al problema, porque en el Ayuntamiento dicen que supuestamente están en pleito con el gobernador y por eso no bajan los recursos, aunque ya estén aprobados".
Por el momento, refiere, "pasamos por el vadito, pero ya se está destruyendo. A diario tenemos la necesidad de cruzar la barranca para ir a la escuela a llevar a los niños, al médico o a comprar cosas...".
URGE SOLUCIÓN INMEDIATA: AYUDANTE MUNICIPAL
Valentín Maldonado Contreras dice que tuvo que irse a trabajar a Jojutla "porque aquí ya no hay nada, y menos ahora que no se puede pasar. Todavía los "verdes" alcanzan a cruzar por el vado, pero ya también se está destruyendo, pero como es una vuelta larga, se pierde más tiempo.
Alfredo López Ocampo es el Ayudante municipal de Coaxitlan, quien afirma que no hay seguimiento por parte del municipio de Tlaquiltenango, Morelos, donde el presidente dice que tiene problemas con el gobernador del estado.
Afirma enfático que "nosotros no tenemos nada que ver con sus problemas personales o políticos. Dependemos del municipio, pero si el municipio no nos ampara, no nos apoya, tenemos que recurrir al Gobierno del Estado para pedirle que nos ayude, que voltee a vernos. Por eso ya llevamos un escrito a la Secretaría de Obras Públicas, pero aún están analizando la petición".
Menciona que en Coaxitlan viven alrededor de mil personas, las cuales en su mayoría se dedican a trabajar en el campo, a la siembra de maíz y sorgo. Otros pocos, muchos de ellos de fuera de la comunidad, trabajan en las minas de yeso, con lo cual se sostiene la economía de la zona.
Por eso la falta del puente ha afectado a toda la comunidad, pero también a los pueblos vecinos. Ha sido un problema grande, que no esperábamos...
Coaxitlan parece un pueblo fantasma. Nadie transita por sus calles. De pronto aparecen cinco o seis vacas arriadas por unos jóvenes. A lo lejos se escuchan el llanto y las risas de algunos niños, procedentes de alguna de las casas.
Andamos el camino para llegar al vado que actualmente utilizan para pasar. En ese momento cruzan dos carros y una camioneta. Tienen que pasar despacio y con mucho cuidado, porque la mitad del camino ya está destrozada. Llega un "verde" y apenas logra librar el hoyanco que ya se formó en el centro del vado...
"Este es el pequeño vado por el cual atravesamos la barranca, siempre y cuando no llueva, porque si cae agua es imposible pasar, porque crece la corriente... El puente es necesario para salir del pueblo a la escuela, a la clínica, al mercado, a todo...", comenta el Ayudante municipal.
En Coaxitlan hay una tienda Diconsa, a un lado del kiosco, pero como todo en la comunidad, también está cerrada. "Es lo que le digo: como no hay paso, no hay movimiento de trabajo, no hay dinero, nadie compra. Sin puente la gente no viene a las fuentes de trabajo".
Alfredo López Ocampo hace otra vez un llamado, casi una súplica: A las autoridades municipales y estatales les pedimos una solución inmediata. Si la autoridad municipal no nos da seguimiento porque no accedemos a su petición de salir a manifestarnos con un bloqueo de la autopista, que sea el Gobierno del Estado quien nos apoye con este puente, porque de él depende la vida de toda la comunidad".
ESTRUCTURA ECONÓMICA
En Coaxitlán hay un total de 113 hogares, de los cuales 53 tienen piso de tierra y unos 10 consisten de una sola habitación; 72 tienen instalaciones sanitarias y 109 cuentan con acceso a la luz eléctrica.
La estructura económica permite a 28 viviendas tener una lavadora y a 101, una televisión. Ninguna tiene computadora. La escolaridad media es de cuatro años.