CIUDAD DE MÉXICO.- En su primera entrevista como presidente electo, Donald Trump aclaró que no ha cambiado de opinión y que además de un muro, que podría ser valla en algunas zonas, sí planea deportar a unos tres millones de inmigrantes indocumentados “con historial criminal”.
Así, con esas palabras, el republicano aclaró: “Vamos a ir por los criminales y los que tengan un pasado delictivo, miembros de pandillas, narcotraficantes. A mucha de esta gente, unos dos o incluso tres millones, la vamos a sacar del país o la vamos a encarcelar”.
La promesa hecha en su campaña incluía también la construcción de un muro en la frontera con México, el cual seguirá en pie según dijo durante el programa 60 Minutes, de la cadena CBS.
Transmitida la noche de ayer, en esta ocasión aclaró: “Cuando la frontera esté segura y todo esté normalizado”, definirá qué hacer con el resto de la población que no cuenta con documentación.
NO HAY CONDICIONES
Sin embargo, especialistas señalaron que no existen las condiciones logísticas para efectuar esa medida en el corto plazo.
Según Raúl Benítez Manaut, académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM, la medida tiene una finalidad política, discursiva, de temor, “más allá de que se pueda ejecutar en el corto plazo”, aseguró.
“Estados Unidos no tiene la capacidad logística y jurídica tampoco, porque no tienen cómo juzgar a tres millones de personas. O sea, los atrapan y sería cosa de que los tienen que mandar inmediatamente a la frontera, porque no los pueden encarcelar sólo por ser indocumentados”, aseguró a El Financiero.
Señaló que EU no tiene las cárceles para retener a tantas personas, pues no cuenta con la infraestructura que soporte una medida tan agresiva.
“Tienen que capturarlos, llevarlos, darles de comer y luego enviarlos a los puntos fronterizos que tienen acordados para las deportaciones cuando los envían a México, logísticamente es muy difícil, a menos que lo hagan lentamente, no de forma masiva”, agregó.
Al respecto, la académica e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas, Kimberly Nolan, señaló que otra necesidad para conseguir deportar a tantos indocumentados, es la creación de un grupo encargado capturarlos, “esto significa entrar las escuelas, tiendas, lugares de trabajo, para ir a buscar indocumentados para luego procesarlos. Según la ley, no puedes entrar a buscarlos… tendría que cambiar la ley para conseguirlo”.
De acuerdo con un estudio el Center for American Progress se necesitarían 114 mil millones de dólares para concretar las deportaciones masivas; es decir, un promedio de 10 mil 70 dólares por estadounidense.
Los especialistas destacaron que la deportación masiva también lleva consecuencias políticas y sociales para los estadounidenses.
Nolan explicó que afectarían a los estadounidenses con padres indocumentados, pues al ser estos expulsados, se dividen las familias.
Benítez Manaut señala que muchos estadounidenses cometerían el delito de contratar indocumentados, por lo cual también se afecta a los ciudadanos en calidad de empleadores.