Inicio del camino
San Miguel Anenecuilco, perteneciente al municipio de Ayala, está considerado como el principio de la Ruta Zapata, trayecto que incluye seis municipios, pero Tlaltizapán, Cuautla y Chinameca, destacan por ser sitios emblemáticos y fundamentales para acercarse al General Emiliano Zapata, pues en esa región pasó toda su vida hasta que lo encontró la muerte.
Aunque algunos creen –todavía- que no murió y viajó a Arabia: “Tenía un compadre árabe que lo sacó del país cuando lo perseguía el mal gobierno”, señala don Pedro González, un anciano de edad indeterminada, quien de niño –afirma- veía pasar a caballo a Zapata.
El Caudillo nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco. Ahí, aún están de pie las paredes de adobe del hogar donde creció. La construcción, protegida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, atrae anualmente a más de cinco mil visitantes.
A un costado se construyó el Museo Casa Zapata, inaugurado en 2006 para conmemorar el 127 aniversario del natalicio del Caudillo del Sur. En su interior destacan documentos firmados por su padre y su abuelo, en los que se pueden leer las denuncias que hicieron en contra de los abusos que sufrían los campesinos.
También hay fotos en sepia en las que se observa a Zapata cuando niño, así como con sus compañeros de lucha y familiares. Destaca la célebre imagen con Francisco Villa en Palacio Nacional de 1914, cuando los ejércitos de ambos generales arribaron a la capital del país.
Además, el recinto tiene pantallas y sonido multimedia, donde se narran historias no solo de la época de la Revolución y la vida del prócer de la patria, sino también de los pobladores de Anenecuilco; en medio, una esfera reproduce pinturas de distintos artistas sobre su visión particular del Caudillo del Sur. Incluso hay una sala en la que se proyectan documentales sobre su vida.
En esta población, cada año -en medio de una verbena popular con música y corridos de la Revolución-, se realiza una cabalgata para conmemorar el nacimiento del héroe nacional.
Años de Lucha
Dicen que a Zapata siempre le gustó Tlaltizapán; allí estableció su cuartel general (de 1914 a 1918) y también mandó a construir un mausoleo dentro de la iglesia y ex convento de San Miguel Arcángel, en donde deseaba ser enterrado junto con sus generales. En él reposan los restos de sus compañeros de batalla, mas no los suyos. En más de nueve décadas nadie ha cumplido su última voluntad. Así vivió y así murió: con promesas incumplidas.
El otrora cuartel, hoy Museo de la Revolución Sur: Cuartel General de Zapata, resguarda documentos de gran valor histórico (como el acta de defunción de Zapata) y múltiples fotografías (no faltan las emblemáticas con su carabina en mano y la banda tricolor en el pecho), además de la ropa que usaba cuando fue asesinado: los orificios hechos por las balas y la sangre seca, así lo certifican.
También están sus sinfonolas, utensilios de cocina, rifles, balas, billetes, monedas y sombreros, así como salas para exposiciones temporales.
Muy cerca está el Cerro de Santa María, en donde –cuenta la leyenda- Zapata enterró barras y monedas de oro; nunca han hallado nada, pero los domingos algunas personas suelen ir en la búsqueda de ese mítico tesoro.
Escenario de traición
De la ex Hacienda de Chinameca, construida entre finales del siglo XIX y principios del XX, aún quedan algunos cuartos, oficinas, bodegas, la enorme chimenea y la capilla con su torre.
Desde hace cinco años alberga al Museo del Agrarismo; su acervo incluye fotografías entre mapas, planos, cartas y fotografías, reproducciones de códices, ordenanzas, cédulas y mercedes reales, amparos y documentos relacionados con la muerte del General, ya que en este lugar fue asesinado la tarde del 10 de abril de 1919.
Cuenta la historia que al no poder derrotar a Zapata, el entonces presidente de México, Venustiano Carranza, y su general Pablo González, urdieron el plan de emboscarlo utilizando al capitán Jesús Guajardo. Hay quienes aseguran que Zapata presentía la traición, pero fue al encuentro de su destino, pues –dicen- ya estaba cansado de luchar y no poder cumplir su promesa de "Tierra y Libertad". Además, ya no podía controlar a sus tropas por falta de dinero y provisiones, por eso prefirió morir de pie.
Frente al antiguo portón, justo donde se consumó el crimen, se levantó una escultura ecuestre de Zapata, considerado como uno de los mejores domadores de caballo del estado.
Fin de la marcha
Consumado el crimen, el cuerpo sin vida de Zapata fue exhibido durante dos días en el palacio municipal de Cuautla. Y justo en esta ciudad, frente a la Iglesia del Señor del Pueblo -donde contrajo nupcias con su primera esposa, doña Josefa Espejo en 1904, la única mujer que llevó al altar; a las demás se las robó o las enamoró-, descansan sus restos. Ahí está ahora la Plazuela Revolución del Sur.
En los años 70 pretendieron trasladar su cadáver hacia el Monumento a la Revolución de la Ciudad de México. Pero sus hijos Ana y Mateo Zapata, armados con escopetas lo impidieron: “Si se llevan al jefe, le van a hacer compañía", amenazaron. A la fecha no han movido la tumba.
Los artistas plásticos Ernesto y Eduardo Tamariz, junto con Artemio Silva, construyeron en 1987 una estatua de 10 metros de alto del Caudillo del Sur.
Esta ciudad también posee la famosa Máquina de Vapor de vía angosta número 279; construida en Filadelfia a finales del siglo XIX para Ferrocarriles Nacionales de México, fue puesta en funciones en 1904 y durante la Revolución, usada para reclutar seguidores de la causa zapatista. El hoy Museo Vivencial 279 también fue el punto de encuentro entre Emiliano Zapata y Francisco I. Madero en 1911.
La Máquina de Vapor 279 detuvo su marcha por un largo periodo, al paso de los años fue acondicionada como tren escénico en recorridos a Yecapixtla, pero no duró mucho; después de estar inactiva, hoy es posible abordarla, escuchar su silbato y remontarnos a la época de Zapata, esa que se niega a morir.
Para conocer más al caudillo
Museo Casa Zapata
Av. Emiliano Zapata s/n, col. Centro,
San Miguel Anenecuilco, Ayala, Morelos.
Tels. (735) 308 8901 / 318 6200
Museo de la Revolución del Sur
Av. Vicente Guerrero 2, Centro
Tlaltizapán, Morelos
Tels. (734) 341 51 26
museorevoluciondelsur@hotmail.com
Museo del Agrarismo Ex Hacienda de Chinameca
Lázaro Cárdenas s/n, Centro
Ciudad Ayala, Ayala, Morelos
Tels. (735) 170 0083
Museo Vivencial 279
Mariano Escoto S/N, col. Cuautla
Cuautla, Morelos
Tel. (735) 308 0333