Con la ausencia del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, porque de acuerdo con los gobernadores del PRD, Graco Ramírez, de Morelos; Silvano Aureoles, de Michoacán, y Arturo Núñez, de Tabasco, “no se ha afiliado al partido”, crearon ayer junto con el aliancista (PAN-PRD) Carlos Joaquín González, de Quintana Roo, un frente para plantear su agenda rumbo a 2018.
De acuerdo con Graco Ramírez, Mancera no fue invitado al pronunciamiento y remarcó la convocatoria de gobernadores emanados del PRD, de lo cual se dijeron orgullosos.
En una primera invitación a la prensa estaba incluido el nombre de Mancera, pero al final el gobernador de Morelos aclaró: “Este es un acuerdo que tomamos nosotros, si hubo una mala información de alguien [sobre la primera invitación] lo lamento mucho, pero no estaba invitado el jefe de Gobierno; es una posición de nosotros cuatro, el texto lo discutimos nosotros cuatro y nos sentimos muy orgullosos de pertenecer y ser parte del proyecto político del PRD. En esa lógica estamos impulsando el trabajo del partido”.
“Nosotros estamos muy comprometidos con el PRD, no buscamos espacios diferentes a los que tenemos en el partido”, reiteró.
Cercanos a los gobernadores señalaron que la postura surge porque algunos grupos en el PRD interpretan que Mancera ya estaría ungido como el candidato presidencial en 2018, lo cual no comparten. Detallaron que buscan esquemas de equilibrio.
De acuerdo con los equipos de los gobernadores tienen una definición: el candidato del PRD debe ser alguien afiliado al PRD.
Mancera en varios foros ha dicho que él no está afiliado al partido.
Lo que pasa, agregó Arturo Núñez, es que “partimos del supuesto de que era un pronunciamiento de los gobernadores que militamos y Miguel Ángel no se ha adherido. Carlos Joaquín decidió acompañarnos”.
Enfatizaron la necesidad del relevo de Alejandra Barrales el próximo año, para que en agosto inicie el proceso de organización de elección interna —como está planteado en estatutos— y asuma en octubre una nueva dirigencia, con lo que las decisiones para las elecciones presidenciales de 2018 recaerían en otra persona.
Aureoles recordó que el acuerdo de las corrientes del PRD al elegir a Barrales fue sólo para que concluyera la gestión que dejaron inconclusa Carlos Navarrete y Agustín Basave.
Dijo que la renovación interna “no tiene dedicatoria para nadie, no es mensaje para nadie”, y apuntó que los firmantes están por construir una alianza amplia “con las fuerzas progresistas y democráticas del país y si en este tema hay coincidencia, bienvenido el jefe de Gobierno”.
Cuestionado sobre una eventual prórroga de Barrales, dado que el proceso interno sería muy cercano al inicio del proceso electoral presidencial de 2018 —en último trimestre de 2017—, Núñez indicó que no es momento para plantear esa posibilidad.
Establecieron que con el fin de que en las elecciones internas haya “plena garantía de transparencia y equidad”, el proceso debe estar a cargo del Instituto Nacional Electoral (INE), mediante voto en urnas y renovar tanto la presidencia y la Secretaría General del PRD, como los congresos y consejos nacional y de las entidades.
Respecto a la política de alianzas y la definición de las candidaturas, plantearon como “indispensable” que en el próximo año en el PRD haya “piso parejo y reglas claras para las decisiones internas”.
El pronunciamiento incluyó un llamado a trabajar unidos para hacer frente a las decisiones antiinmigrantes que tome el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.