El ex presidente de Cuba, padre de la Revolución Cubana y uno de los protagonistas del siglo XX, Fidel Castro, murió anoche a los 90 años, confirmó su hermano, Raúl Castro, presidente del país caribeño desde que su hermano le entregó el poder el 31 de julio de 2006, por una enfermedad que fue declarada desde entonces secreto de Estado.
Sin dar mayores detalles, en un breve mensaje televisado en Cubavisión Noticias, el presidente Raúl Castro anunció emocionado que este viernes, a las 22:29 horas, murió Fidel.
“Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz”, indicó Raúl Castro visiblemente emocionado.
Agregó, visiblemente conmocionado, que sus restos serán cremados este sábado “atendiendo su voluntad expresa” y que en las próximas horas se ofrecerá al pueblo “información detallada sobre la organización del homenaje póstumo que se le tributará”.
Las últimas imágenes de Fidel Castro son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang; y la última vez que se le vio en un acto público fue el pasado 13 de agosto, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana.
En esa ocasión se vio a Castro con un aspecto frágil, vestido con un chándal blanco y flanqueado por su hermano Raúl y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Desde su cumpleaños ha recibido también en su domicilio a otros mandatarios como el presidente de Irán, Hasán Rohaní; el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; o los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; de China, Li Keqiang, y Argelia, Abdelmalek Sellal.
En abril, en el XVII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro también reapareció y pronunció un discurso que sonó a despedida y en el que reafirmó la fortaleza de las ideas de los comunistas.
“A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos”, afirmó Castro en esa ocasión.
Castro fue una de las figuras más influyentes de la Guerra Fría y desafió a una decena de presidentes de Estados Unidos luego de instaurar un gobierno comunista en la isla, apenas a 150 kilómetros de Florida.
En marzo pasado, días después de la histórica visita de Barack Obama a la isla, publicó una columna en la que mostraba sus reticencias ante el acercamiento del presidente de Estados Unidos al Gobierno cubano. “No necesitamos que el imperio nos regale nada”, fue su frase más significativa, su rechazo final, poco antes de morir, al país con el que se peleó durante décadas, su enemigo irreconciliable.
Como relata la web del diario “El País”, la muerte de Castro supondrá una enorme sacudida emocional en Cuba, tanto para sus partidarios como para sus detractores, por el peso abrumador que ha tenido su figura en la vida cubana durante generaciones y generaciones. Políticamente, es el símbolo del fin de una era, aunque eso no signifique que quepa esperar pronto cambios sustanciales en el sistema cubano. Queda como último sostén de los líderes de la Revolución su hermano Raúl Castro.
Mensaje de Peña Nieto. Momentos después de que conocerse la noticia, el presidente Enrique Peña Nieto lamentó el fallecimiento del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
En su cuenta de Twitter, @EPN, Peña Nieto escribió: “Lamento el fallecimiento de Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución cubana y referente emblemático del siglo XX”.
Minutos después, agregó otro mensaje en la red social: “Fidel Castro fue un amigo de México, promotor de una relación bilateral basada en el respeto, el diálogo y la solidaridad”. Al cierre de esta edición especial, el portal Granma no había recogido la noticia que inundaba a la 1 de la madrugada de este sábado todos los medios del mundo.
“Directo al infierno”. Las primeras reacciones del exilio en Miami fueron de euforia. “El diablo se fue del infierno, llegó el tiranosaurio”. “Ahora me puedo morir en paz”.