Cd. de México (27 noviembre 2016).- Además de permanecer seis años preso por tener el mismo nombre que un presunto asesino, Sebastián Merino Mejía fue extorsionado por la Sección 22 de la CNTE.Preso entre 2010 y este año, al mixteco le cambiaron 8 veces de juez y pasó por 9 abogados, hasta que renunció a la defensa y redactó con su puño y letra el amparo que lo sacó de prisión.
El sistema judicial de Oaxaca no fue el único obstáculo. La víctima del homicidio era un profesor de la Coordinadora, misma que presionó con su activismo y luego trató de extorsionarlo.
O pagaba 129 mil pesos por tres testimonios de maestros que lo exculparían o estaría preso más años que Mandela, le dijeron. La oferta fue rechazada.
Sebastián rechazó la oferta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. En la cárcel sólo vivía de tejer bolsas con hilo de hamaca.
Conforme a las constancias, los testigos de los hechos declararon que el verdadero implicado fue síndico municipal y policía estatal. Pero el hombre que estaba en la cárcel nunca desempeñó tales tareas.
El hijo de un sujeto con el mismo nombre además hizo el servicio social en el mismo juzgado donde se llevaba a cabo el proceso contra el acusado sustituto, asegura este último.
La suerte de Sebastián, sin embargo, la pudo haber sufrido más de uno, pues durante el tiempo en que estuvo en prisión descubrió que había otras 4 personas con el mismo nombre en el pueblo de San Pedro Jicayán, Oaxaca, de donde es originario.
"Sebastián es un verdadero héroe, él solo enfrentó todas estas dificultades y cuando nosotros entramos a defenderlo, él ya había presentado el amparo que lo ayudó a salir, sin ayuda de abogado", dice Ricardo Zínser Cruz, a quien designó la Barra Mexicana de Abogados para atender en forma gratuita la etapa final del litigio.