EXCÉLSIOR: Peña llama al PRI a no tapar la corrupción; admite el costo de reformas

El presidente Enrique Peña Nieto llamó a su partido y a sus militantes a no ser omisos ante quienes traicionan a ese instituto con actos de corrupción y a no dejarse contagiar por derrotistas rumbo a las elecciones de 2017 y 2018.

Al participar en el VI Consejo Político Nacional del PRI, a cuyos integrantes les tomó protesta, Peña Nieto urgió a cerrar filas para ganar los comicios de 2018.

Advirtió que la elección de 2016 dejó una “gran” lección: “Nos recuerda que los gobiernos deben dar resultados”.

Al respecto enfatizó que quienes llegaron a un puesto público a través del PRI y quebrantaron la ley, traicionaron a los electores y a los militantes, en consecuencia, no merecen militar en el tricolor.

En su discurso, el Presidente también destacó las reformas puestas en marcha por su gobierno.

“Con decisión, recuperamos la rectoría del Estado en la educación, enfrentamos los monopolios, renovamos nuestro sector energético y fortalecimos las finanzas públicas. Sí, fue costoso hacerlo, pero México tenía que cambiar”, añadió.

También, recordó a los priistas que está vigente lo que decía Jesús Reyes Heroles: “Primero el plan y después el hombre. Y lo reafirmo, primero el plan, primero el proyecto, y después los nombres”.

No se dejen contagiar por derrotistas: Peña

El Presidente de la República afirma que el Revolucionario Institucional ganará en 2018 para no regresar a modelos caducos.

El presidente Enrique Peña Nieto instó a los priistas a no ser omisos ante quienes traicionan al partido con actos de corrupción, sancionar las ilegalidades y la complicidad, desmentir pactos electorales y no dejarse contagiar por derrotistas rumbo a las elecciones de 2017 y 2018.

Durante el VI Consejo Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a cuyos integrantes tomó protesta, Peña Nieto urgió a cerrar filas para ganar los comicios presidenciales de 2018, aunque pidió dejar los destapes anticipados a otros partidos, al igual que la polarización de la sociedad.

Ante ello, el mandatario federal pidió a todos los priistas unidad y trabajo político, no rendirse y convencer al electorado de que el Revolucionario Institucional es el mejor partido.

“Recordemos, para quienes son de memoria corta, que allá en el año 2000 nos condenaban ya a desaparecer, pero aquí estamos, sirviendo a México desde la máxima responsabilidad. No se dejen contagiar por los derrotistas ni por quienes viven con dudas, esos mismos que en el pasado ya se han equivocado”, declaró.

“Y menos por aquellas voces que intentan confundir y engañar, por supuestos pactos sobre batallas electorales que habremos de librar, nada más falso que eso”, recalcó.

Ayer se renovó el Consejo Político Nacional del PRI. En total, 731 políticos serán parte de ese órgano deliberativo responsable de la planeación, decisión y evaluación de ese partido, entre ellos Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda. También los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Economía, Ildefonso Guajardo, y Luis Miranda, de Desarrollo Social, entre otros.

Además de exgobernadores como José Murat, de Oaxaca, y Humberto Moreira, de Coahuila, y el líder  ferrocarrilero Víctor Flores.

Peña Nieto llamó a los militantes a dejar la comodidad del escritorio y convencer a los votantes con trabajo de calle, al explicar que en 2018 no sólo está en juego la Presidencia de la República, sino el desarrollo del país.

“El PRI ganará para que los siguientes años sigan siendo de construcción y no de destrucción. El PRI ganará para no regresar a modelos obsoletos y caducos. El PRI ganará para mantener la certidumbre y la estabilidad de México. El PRI ganará para no retornar al estancamiento (…) En 2018 estará en juego todo lo que hemos construido. Dejemos en claro que no se trata de ganar sólo una elección, no se trata de ganar por ganar”, dijo.

En ese sentido, advirtió que la elección de 2016 dejó al PRI una “gran” lección: “Nos recuerdan que los gobiernos deben dar resultados”.

Al respecto, Peña Nieto enfatizó que quienes llegaron a un puesto público a través del PRI y quebrantaron la ley, traicionaron a los electores y a los militantes, en consecuencia no merecen militar en el tricolor.

Sin mencionar los casos recientes de exgobernadores investigados por la PGR, dijo que cualquiera que traicione al PRI debe enfrentar a la justicia.

Además, hizo un llamado a no dejar que estos casos manchen a todo ese partido, pues le pareció injusto que por uno paguen todos.

Reiteró que es un Presidente orgullosamente priista y dijo estar convencido de que el PRI es el mejor partido de México, el único que incluye a la diversidad de la ciudadanía.

Peña Nieto dio un mensaje de 33 minutos ante políticos como los coordinadores del PRI en la Cámara de Diputados, César Camacho, y en el Senado, Emilio Gamboa; ante secretarios como Claudia Ruiz Massieu, de Relaciones Exteriores; Aurelio Nuño, de Educación Pública; de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, y de Salud, José Narro.

José Antonio Meade, secretario de Hacienda, negó haberse adherido a las filas del PRI, y dijo sólo haber acudido por “pura buena onda”.

Tras pedir a la militancia que “agarre los toros por los cuernos” durante los procesos electorales, el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Ochoa, garantizó que la selección de candidatos para los comicios de 2017 será justa y cuidará a la militancia.

En el VI Consejo Político Nacional del PRI, Ochoa Reza enfatizó que los candidatos a gobernador del Estado de México, Coahuila y Nayarit serán los cuadros más honorables y con arraigo en su comunidad.

“Los priistas tenemos que tomar el toro por los cuernos. El éxito depende de todos nosotros”.

“Hoy construimos también las bases para ganar las mayorías parlamentarias, y las nueve gubernaturas en 2018, pero, sobre todo, hoy unidos, construimos el camino para que el PRI gane de nuevo la Presidencia de la República en el 2018”, exclamó.

Precisó que el PRI tiene siete puntos que promoverá: el combate a la corrupción y a la impunidad, el aumento al salario, eliminar la violencia política de género, Estado de derecho, desarrollo para el campo, salud para la población y el uso de energías renovables.

Además, anunció cuatro acciones ante la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos. Entre ellas destacó que convocará a las fuerzas políticas, económicas y sociales de todo el país a diseñar, instrumentar y operar una estrategia de unidad nacional.

También resaltó que el PRI organizará reuniones estatales y municipales para apoyar las medidas del gobierno federal que protejan los derechos de los connacionales, que el partido intensificará su relación con organizaciones políticas de mexicanos que viven en el exterior para construir una agenda común y que promoverá la diplomacia parlamentaria para que legisladores mexicanos se reúnan con sus pares en Estados Unidos.

Les recuerda que primero el plan, luego los nombres

El mandatario federal hizo referencia a Jesús Reyes Heroles, como parte de un discurso dirigido a quienes ya piensan en sucederlo bajo las siglas del tricolor.

Cuando el presidente Enrique Peña Nieto pisó ayer de sopetón y hasta el fondo el pedal del freno y al mismo tiempo jaló el freno de mano, parecieron oírse los rechinidos de los rayones de llanta sobre la pista de los aspirantes priistas que ya están en carrera por la sucesión presidencial de 2018.

“Aquí vienen hoy, a ser referencia, o bien, se hacen válidas y vigentes las palabras de quien alguna vez fuera dirigente nacional de nuestro partido, hace prácticamente 40 años, (Jesús) Reyes Heroles, quien decía: ‘Primero el plan y después el hombre’. Y lo reafirmo, primero el plan, primero el programa, primero el proyecto, y después los nombres”.

Enrique Peña Nieto estaba relajado; sus gestos en el escenario de la sede nacional del PRI, a lo hora de poner quietos a los suyos que quieren sucederlo en Los Pinos, eran como los de un niño haciendo una travesura.

“Dejemos para otros partidos las promociones anticipadas”, dijo, dando por hecho lo que se ve hasta en la sopa todos los días en torno al PAN, con Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle; en Morena, con Andrés Manuel López Obrador, y en el PRD con Miguel Ángel Mancera.

El Presidente disfrutó que los priistas lo apapacharan, que lo vitorearan, que disputaran a manotazos las cientos de selfies, también que alguna mujer se acercara para besarlo en la mejilla, o cuando él buscó a un grupo de priistas con capacidades distintas para que les tomaran fotos juntos.

Y como siempre que va a la sede del PRI, puso en aprietos al Estado Mayor Presidencial. Abrió las vallas metálicas para meterse entre la gente y con destreza casi de los acróbatas del Cirque du Soleil subió entre los tubos de la gradería para saludar y saludar, mientras los militares la hacían de red de contención, lo sujetaban de la cintura, los brazos y las piernas, por aquello de que perdiera el equilibrio.

Desde su llegada a la sede del PRI, para la sesión solemne de instalación del VI Consejo Político Nacional de ese partido, a las 11:15 de la mañana y durante media hora, Peña Nieto, como Usain Bolt, corrió de un lado al otro, exacerbando a la muchedumbre, que arengaba el primer apellido del mandatario para llamar su atención y que fuera a saludarlos.

A las 11:45, pidió que le dieran su chamarra color rojo para subirse al templete, saludó desde ahí para inmediatamente bajar y acomodarse entre Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI, y la secretaria de ese partido, Carolina Monroy, y entonces reanudar los trabajos del Consejo Político Nacional, que minutos antes había interrumpido el senador Ernesto Gándara para recibir al Presidente.

El legislador le cedió directamente la palabra a Ochoa, quien llamó a la unidad nacional, a defender a los mexicanos que están en Estados Unidos y a la construcción de la agenda México 2040 y que va a empezar a integrarse en 2017.

Entonces llegó el turno de Peña Nieto, quien dijo que volvió a vivir la emoción de cinco años atrás cuando estuvo ahí para inscribirse como candidato priista a la Presidencia de México.

Sí, su actitud hiperactiva, su discurso sobre lo que él siente ser priista —“Quiero decirles que no sólo quiero a mi partido, lo amo entrañablemente, porque estoy convencido que es el mejor partido de México”—  y hasta sus improvisaciones eran las de un candidato en campaña.

Aunque en la mayor parte del discurso de 33 minutos no se alejó su retórica gubernamental, destacó cuando les puso el freno a los que se adelantan a los procesos.

Peña Nieto se acompasó con su tocayo Ochoa Reza, al decir que México necesita una agenda para el futuro, “y el PRI, como lo ha hecho en diversos momentos de nuestra historia, será quien la lleve a cabo”. Ése fue el momento en que el discurso presidencial, en todo caso, despegó.

“México demanda unidad nacional. La unidad nacional es lo más valioso que tenemos los mexicanos. Es lo que nos ha permitido hacerles frente a los retos e impulsar grandes cambios. El PRI es un partido con historia, un partido que construye el presente y un partido que diseña el futuro.

“Es el partido con la visión y la capacidad para hacer realidad las propuestas. Por eso tenemos que prepararnos para ganar la Presidencia en el 2018”, dijo Peña Nieto, y en cascada llegó el aplauso de todos, desde los priistas de pedigrí, los de la primera fila: Aurelio Nuño, José Antonio Meade, quien llegó con una chamarra café y luego se la quitó para dejar ver su camisa blanca con logo del PRI, y eso que no es priista; Manlio Fabio Beltrones, Claudia Ruiz Massieu, Humberto Roque, Emilio Gamboa Patrón, Enrique de la Madrid y muchos más, se pusieron de pie.

“En unidad, con las mejores propuestas, con candidatos arrojados y valientes, y con la mejor militancia, vamos por el triunfo en el año 2017 –en las elecciones de Coahuila, Estado de México, Nayarit y Veracruz–  y en el año 2018. Sí, vamos por el triunfo. Vamos por el triunfo”, arengó eufórico Peña Nieto, quien bien sabía el mensaje que enviaba, por lo que subrayó:

“Allá afuera habrá quienes cuestionen mi optimismo, nuestro optimismo y nuestra seguridad en el triunfo del PRI. Pero cómo no habré de ser optimista, si conozco a mi partido y he visto cómo se crece ante la adversidad. Cómo no ser optimista, si he librado batallas al lado de nuestra militancia guerrera, que nunca se da por vencida”.

Parecía que el discurso presidencial llegaba su fin cuando Peña Nieto decía:

“Seamos claros, amigas y amigos del priismo. Les hablo a los aquí presentes y espero que muchos priistas allá afuera me escuchen: rendirse va en contra de nuestro código militante y, sobre todo, del enorme compromiso que el PRI tiene con México. Es tiempo….” 

Y entonces los de la primera fila se levantaron para aplaudirle a su líder. Sin embargo, firme, Peña Nieto los sentó. “Siéntense señores, les ruego sólo dos minutos más. Éste es el tiempo de demostrar de qué está hecho el PRI…. Con decisión, recuperamos la rectoría del Estado en la educación, enfrentamos los monopolios, renovamos nuestro sector energético y fortalecimos las finanzas públicas.

“Sí, fue costoso hacerlo, pero México tenía que cambiar. Ahí están los resultados por los que hemos luchado. La pregunta ahora es si vamos a defender lo alcanzado. Estoy convencido de que sí, porque en 2018 estará en juego todo lo que hemos construido”.

Ya para entonces, el presidente Peña Nieto no leía, improvisaba.

Estaba metido en el papel de un activista político, de un candidato.

“Dejemos en claro que no se trata de ganar sólo una elección. No se trata de ganar por ganar. Lo que está en juego no sólo es la Presidencia de la República. Lo que está en juego es el futuro de México. Construir un país lleva décadas, derrumbarlo toma unos cuantos días”.

Luego dijo que el PRI ganará “para que continúe el avance nacional”.

Tan metido estaba Peña Nieto en inyectarles ánimos, seguridad y fortaleza a los priistas, que a la mera hora se le olvidó clausurar la sesión del Consejo Político Nacional de su partido. Se bajó del escenario y fue a su sitio; entonces la avisaron que tenía que volver al atril plateado y, extasiado como había bajado, desparpajado como había estado antes de la clausura, soltó: “Ya no voy a echar más discurso, voy a clausurar…”

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