Suave. Rechaza confrontación con el Presidente, la SHCP o la actual coyuntura de volatilidad. Será una transición tersa, pues dejará el cargo el 1 de julio, “cuando hayan amainado las presiones”. Los mercados reaccionaron con fuerza, luego vino la calma.
Con sentimientos encontrados, el Gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, anunció que a partir del 1 de julio de 2017 dejará su cargo para ser gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), donde continuará con la visión de que los bancos centrales en el mundo busquen una “satisfacción conjunta de la economía mundial”.
Fue la mañana del jueves 1 de diciembre del 2016, cuando los mercados financieros y los mismos empleados del Banco de México se enteraron que el titular del organismo dejaría el cargo.
Las reacciones fueron inmediatas, tanto en el mercado cambiario que reportó una apreciación del dólar de 20 centavos como en las voces de analistas, líderes de opinión, hasta redes sociales. El Banco de México citó a conferencia de prensa al medio día.
En su edificio principal, ubicado en la avenida 5 de mayo, del Centro Histórico de la Ciudad de México, Agustín Carstens, dijo “con sentimientos encontrados he tomado esta decisión, por una parte, una gran alegría y honor por el reconocimiento que supone para mí y para el Banco de México y para nuestro país. De ninguna manera se debe de leer mi salida a una reacción de mi parte a una situación coyuntural o algún supuesto desencuentro con la Secretaría de Hacienda o el gobierno federal, no hay nada de eso”, subrayó en rueda de prensa.
Respecto a la renuncia al cargo de gobernador del Banxico que presentó este jueves al presidente Enrique Peña Nieto, acotó que los tiempos para tomar este decisión “no los marco yo”.
Comentó que tras una meditación “minuciosa” de la invitación formal que le hizo el BIS para ser gerente general del mismo, decidió renunciar al Banco de México para incorporarse a su nuevo cargo a partir del 1 de octubre del 2017, por lo que aún le restan siete meses al frente del banco central mexicano para continuar con las políticas responsables ante la trayectoria de la inflación y el cuidado del poder adquisitivo de los mexicanos.
Explicó que esos siete meses, servirán para que la transición de cargo hacia un nuevo gobernador se dé de manera ordenada y responsable, con el objetivo de evitar “sobresaltos” en la política económica y monetaria que hasta ahora ha seguido el Banxico.
Carstens fue cuestionado ante la posibilidad de que su salida en medio de un escenario de volatilidad externa e incertidumbre ante las políticas económicas que implementará el presidente electo en Estados Unidos, Donald Trump, se traduzca como el efecto de cuando “un capitán abandona el barco en medio de una tormenta”.
A lo que respondió: “Para empezar todavía voy a estar aquí por siete meses más y espero que la tormenta no dure tanto. Aquí estaré trabajando en total entrega con la Junta de Gobierno, con el personal del banco, en coordinación con la Secretaría de Hacienda y con los diferentes órganos con los que interactuamos para proteger el poder adquisitivo de los mexicanos”.
Sobre el encarecimiento del dólar que se reportó tras el anuncio de su renuncia al Banxico, dijo que esa volatilidad está dentro de los episodios de normalidad por la coyuntura externa en la que está inmersa la economía mexicana, pues calificó de exagerado pensar que el movimiento cambiario se atribuya a su decisión.
Tres gobernadores con autonomía
El Banco de México (Banxico) ha tenido desde su autonomía, en 1994, a tres gobernadores. Entre 1982 y 1998, el primero que vivió la transición de pasar de director a gobernador del banco central fue Miguel Mancera Aguayo, economista y político que enfrentó dos de las peores crisis de la economía mexicana, con efectos en la inflación.
En 1998, Guillermo Ortiz Martínez ocupó el cargo y estrenó la nueva Ley del Banco de México. En 2010, Agustín Carstens comenzó su cargo de gobernador de Banxico, luego de dejar su función como secretario de Hacienda y Crédito Público.
Meade,Werner y Videgaray, candidatos
Ante la renuncia de Agustín Carstens en el cargo de Gobernador del Banco de México (Banxico), analistas financieros ya ‘pusieron sobre la mesa’ los nombres de los posibles sucesores al puesto, siendo uno de los candidatos más fuertes, José Antonio Meade, actual Secretario de Hacienda y Crédito Público.
Para los analistas de Citibanamex, Alejandro Werner, actualmente director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), también es un candidato fuerte y en el ámbito político no sde descarta a Luis Vidagaray. Al in terior del Banxico se dice que el subgobernador Manuel Ramos-Francia, tiene posibilidades.
¿Cómo elegirán al sucesor?
La elección del nuevo Gobernador del Banco de México será a propuesta del Presidente de la República y serán los senadores quienes den la aprobación a la propuesta del presidencial, como lo marca la Ley del Banco de México, quien también señala que de no tener un candidato definido antes de que el actual Gobernador, Agustín Carstens, deje el cargo, se tendrá que designar al subgobernador que tenga la mayor antigüedad.
El nuevo gobernador de Banxico tendrá que ser ciudadano mexicano por nacimiento y no tener otra nacionalidad; no tener más de 65 años cumplidos en la fecha de inicio de su mandato; debe de contar con reconocida competencia en materia monetaria y una trayectoria de al menos cinco años en cargos de alto nivel en el sistema financiero o en dependencias.
¿Qué es el BIS?
El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) es el banco de los bancos centrales a nivel global y es la institución financiera más antigua del mundo al fundarse en 1930, con sede en Basilea, Suiza.
El BIS está conformado por 60 bancos centrales, incluyendo al Banco de México (Banxico), que en conjunto representan alrededor del 95 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
El organismo busca asistir a los bancos centrales en la promoción de la estabilidad financiera y monetaria global, además de que es negociador de acuerdos que fomenten una estabilidad financiera en todos los países.