A casi una década del inicio de la llamada guerra contra el crimen organizado en México, una lucha planteada por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa que incluyó a elementos de las Fuerzas Armadas (tanto de la Secretaría de la Defensa Nacional, como de la Marina Armada) desplazados en todo el país para enfrentar a los integrantes de las diversas organizaciones criminales como Los Beltrán Leyva, Los Zetas, Golfo, Pacífico, Juárez, Tijuana, Los Valencia y La Familia Michoacana, ya se disputaban las zonas fronterizas y los puertos marítimos.
Una guerra que hasta el momento ha generado decomisos que sobrepasan las 13 mil granadas de fragmentación, las 150 mil armas de fuego de grueso calibre, incluyendo rifles semiautomáticos R-15, AK-47, ametralladoras Barret calibre 50, lanzacohetes y lanzagranadas.
Sin faltar los decomisos o destrucción de droga, que equivalen a más de 83 mil 204 toneladas de cocaína, 17 mil 526 toneladas de mariguana, 174 mil 578 hectáreas de cannabis erradicadas y 308 mil personas detenidas por tráfico de drogas.
De acuerdo con los Informes de Rendición de Cuentas de la Administración Pública Federal 2006-2012 de la Secretaría de la Defensa Nacional, Marina-Armada de México y los cuatro informes de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en el rubro de México en Paz, señalan que la lucha contra el crimen organizado en México ha dejado hasta el momento dos mil millones de bienes asegurados al crimen organizado entre drogas, armas, vehículos, inmuebles, dinero en efectivo nacional y extranjero.
La Ciudad de México, Michoacán, Sonora, Puebla y Campeche reúnen 80% de estos aseguramientos. El punto más alto se reportó en 2007, durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón, 290 millones de bienes quedaron bajo el resguardo de las autoridades.
El inicio de una guerra
El 11 de diciembre de 2006, se inició formalmente la lucha contra las organizaciones criminales en el estado de Michoacán, la estrategia que fue planteada por el equipo de asesores del gabinete de seguridad fue la instalación de retenes, puntos de revisión en carreteras, desmantelamiento de focos de venta de drogas, así como ejecución de cateos y órdenes de aprehensión.
Entre los objetivos del despliegue fue la de cumplimentar 300 órdenes de aprehensión contra integrantes de los cárteles de Los Valencia, Pacífico y Los Zetas.
El comando central se ubicó en el cuartel general de la 43 zona militar, en Apatzingán, donde 4 mil 260 elementos del Ejército mexicano, apoyados de aeronaves, vehículos y unidades caninas iniciarían las primeras acciones de apoyo a las autoridades civiles.
La denominada Operación Michoacán fue apoyada por mil 54 elementos de Marina-Armada de México con barcos y helicópteros, con el fin de “sellar las costas de Michoacán al tráfico de drogas”.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP-Federal) aportó junto con la Agencia Federal de Investigación (AFI) mil 640 elementos, mientras que la Procuraduría General de la República asignó a 50 agentes del Ministerio Público para ejecutar órdenes de cateo y aprehensión.
Los resultados durante las primeras semanas de diciembre de 2006 fue el decomiso de 19.7 toneladas de seudoefedrina, procedente de China; 13 presuntos narcotraficantes detenidos; mil 100 cartuchos, tres armas aseguradas y se ubicaron y destruyeron mil 100 plantíos de mariguana.