Cuernavaca, Morelos (18 diciembre 2016).- "Uuuhhh. ¿Que cómo dormí? Cinco horas. De las tres a las ocho de la mañana, pero con unos ronquidotes".
Cuauhtémoc Blanco luce agobiado tras las primeras doce horas del ayuno que inició en la capital de Morelos iluminada por una luna casi llena.
Pasada la medianoche del viernes, el ex futbolista había irrumpido en el atrio de la Catedral, donde el Obispo Ramón Castro Castro le sugirió hallar acomodo para iniciar una huelga de hambre en protesta por el juicio político que le abrió el Congreso estatal.
"El Obispo me brindó su casa. Es un lugar muy seguro. Aquí creo que no se meten los malos, ¿verdad?, porque Diosito los avienta pa'fuera", comenta envuelto en una chamarra negra deportiva y sosteniendo un vaso con ponche "sin piquete".
-¿Qué va a pasar si el Tribunal avala el juicio político?
-Afirmo que no lo van a hacer. Confío en las instituciones. Toda la gente sabe que es una injusticia lo que están haciendo estos personajes (El Gobernador Graco Ramírez y compañía).
-¿Qué mensaje le da al pueblo?
-Que nos unamos. Que estén con nosotros. Voy a seguir luchando por la gente. No me voy a dejar. Y si me siguen madreando, me voy a seguir defendiendo.
Doce horas después, el ex futbolista descansa sentado en una silla de plástico.
Simpatizantes suyos han instalado una mesa para recabar "firmas de apoyo al Alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco".
Blanco dice que en las primeras horas ayuno ha extrañado a su familia.
"Mi mujer me dijo que no le gustaba, pero que me apoyaba".
Por el atrio desfilan niños y niñas ataviados para hacer su primera comunión, sin percatarse de que Alcalde de Cuernavaca acampa a unos cuantos pasos.
"Esto es una guerra. Saben que estoy haciendo las cosas bien y como que eso les está doliendo", dice.
-¿Quién está ganado la guerra?
-La justicia divina
-¿Cree?
-Sí. Y nos va a ir bien.
-Pero se sabe que usted falsificó los documentos de su residencia.
-No, no falsifiqué. Tuvo dos demandas el INE y dijo que no; que todos los papeles estaban en regla.
Al medio día irrumpe un grupo de agentes de la Policía vial para externar su respaldo al Alcalde.
Al poco rato, el director de la Policía municipal, Orlando Julián, aparece y exige a sus subordinados que se retiren.
"Ustedes están haciendo política", les reprocha.
Pero los oficiales omiten las amenazas de su superior.
De la mano de su esposa, ataviado en una guayabera blanca, desfila por la Catedral el ex Gobernador panista Sergio Estrada Cagijal.
"Tienes mi respaldo", le dice a Blanco, quien es auscultado por paramédicos de la Cruz Roja.
"Está en condiciones normales. Está en un ayuno. Debe consumir mucho líquido. La falta de alimento la puede tolerar unos días más", dice uno de los paramédicos.
Cuando arriba su esposa, Natalia Rezende, el ex futbolista se despabila.
"Me está yendo mejor que en campaña", presume.