Tras anunciar que levanta su huelga de hambre de 36 horas, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concediera una suspensión al procedimiento de juicio político en su contra, el presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, insistió en que confía en la justicia divina y advierte que seguirá en la lucha.
“Debemos acabar con esta corrupción. Ya no pudieron los diputados, ahora me hicieron el juicio político y para el otro año seguirán inventando tonterías, babosadas y estupideces, al rato me aventarán un cuadro”, externó el ex futbolista.
En medio de aplausos, el edil capitalino y sus colaboradores recibieron la noticia de que la SCJN otorgó una suspensión ante el procedimiento que se le sigue en el Tribunal Superior de Justicia.
Previamente, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, respaldó al edil.
Rodeado de sus colaboradores y activistas sociales, frente a la Catedral de Cuernavaca, Blanco Bravo se dio cuenta de que en la página de la SCJN, dentro de la lista de notificaciones, sección trámite de controversias constitucionales y de acciones de inconstitucionalidad, se publicó, con fecha 17 de diciembre, el extracto del acuerdo dictado en el incidente de suspensión de la controversia 251/2016, el cual señala que se concede la suspensión solicitada.
Alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco. Foto/Froylán Trujillo
El edil dijo: “estamos hartos de este gobierno que le miente a la gente, nosotros no vamos a permitir que estos personajes nos quieran aplastar, somos más que aquellos que no quieren que avance el municipio”.
Agregó: “siempre que hay elecciones los políticos mienten y cierran las puerta a la ciudadanía, pero tenemos una gran oportunidad de volver a cambiar lo que antes era Cuernavaca, luchando día a día por la ciudad”.
Llamó a la gente que lo apoya a seguir hasta el final, “hasta sacar al gobernador, a Rodrigo Gayosso y a los diputados, juntos podemos hacer muchísimas cosas, porque lo más importante es el pueblo y con él esta bola de corruptos no van a jugar”.
Después de levantar la huelga de hambre acudió al atrio de la Catedral para recibir muestras de apoyo de personas que con mantas y porras gritaban: “Tenemos presidente”.
Agradeció que le hayan abierto las puertas de la iglesia porque “soy católico, a la gente buena le va bien y la mala se va al infierno, aquí me siento seguro”, dijo.
Luego acudió a misa con su familia, funcionarios de su gabinete, regidores y seguidores, para después tener una reunión a puerta cerrada con el obispo Ramón Castro Castro. Finalmente se despidió y marchó rodeado de sus simpatizantes.