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Obispos. Las corrientes internas frente a la sucesión

En la Iglesia católica hay sectores que se involucran en los problemas sociales y también existen líneas que son tradicionales, según expertos
Norberto Rivera está próximo a cumplir 75 años. Según el Derecho Canónico, los obispos y cardenales deberán presentar su renuncia al cumplir esa edad. (ARCHIVO EL UNIVERSAL)
 

 

A más de cinco meses de que Norberto Rivera Carrera, quien encabeza la Arquidiócesis de México, cumpla 75 años, el arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes, se perfila como un potencial candidato para sucederlo en la Ciudad de México.

Especialistas advierten que la modificación no está garantizada, debido a que depende de múltiples factores y a que figuran otros personajes como posibles sustitutos, así como las diferentes fuerzas al interior de la Iglesia católica. El Derecho Canónico establece que los obispos y cardenales deberán presentar su renuncia al Papa al cumplir 75 años. En el caso de Rivera Carrera eso ocurrirá el 6 de junio de este año.

Para Elio Masferrer, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, existen cuatro líneas en el episcopado del país: la primera es la que proclama la Doctrina Social de la Iglesia al acercarse a temas como la pobreza, la defensa de los migrantes y la violencia, en la que relacionó a obispos como Carlos Garfias Merlos, el recién nombrado arzobispo de Morelia, quien se había desempeñado como arzobispo de Acapulco.

Según el analista, Garfias Merlos mantiene un compromiso social y político de apoyo a grupos sociales. Recordó que junto con el nuncio apostólico anterior, Christophe Pierre, ofició una misa en Ayotzinapa por la desaparición de los 43 normalistas, además de que tiene organizaciones en las diócesis de Guerrero para las víctimas. En esta línea, el investigador ubicó a Ruy Rendón Leal, obispo de la diócesis de Hermosillo, Sonora, quien fue encargado de la diócesis de Matamoros, donde encabezó varias marchas en favor de los migrantes.

Un segundo sector es el de la Teología de la Prosperidad, que inclina su preferencia hacia los ricos y que surgió durante los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Comentó que se trata de un grupo “sumamente conservador. Muchos le deben el puesto a Marcial Maciel y a los Legionarios de Cristo”. En este sector identifica a figuras como Norberto Rivera; Onésimo Cepeda, ex obispo de Ecatepec, y Emilio Carlos Berlie, arzobispo emérito de Yucatán.

La tercera corriente se vincula a una iglesia más tradicional y es encabezada por los “nietos de los cristeros” como Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y actual presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), y Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara. “Está vinculado a la vieja línea de Iglesia católica en México, más tradicionalista, no le gusta el Concilio Vaticano II, de los que están fascinados con el movimiento en defensa de la familia y que van a estar en cuestiones de moral sexual y familiar”, dijo.

Un cuarto grupo se conforma por religiosos que están interesados en aplicar la línea pastoral del papa Francisco; sin embargo, para el historiador esta línea es minoritaria al interior del episcopado. “Aunque están de acuerdo con Bergoglio, en muchos casos son conservadores y titubean bastante en aplicar su línea, en ese contexto esta la línea más progresista de la Teología de la Liberación y va a terminar aliándose con la corriente que propone una profundización de la Doctrina Social”, explicó.

En este grupo el investigador identificó a Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, obispo de Ecatepec, quien estuvo en la diócesis de Chilapa, en Guerrero, y es misionero del Espíritu Santo. Agrupó en este sector al obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, por el trato que tiene con los grupos indígenas.

“Esta otra línea está más comprometida con la de Francisco, pero no es necesariamente la Teología de la Liberación, sino que provienen de congregaciones religiosas. Conforman alrededor de 10% o 15% del episcopado”.

Advirtió que podrían generarse “tensiones” entre las diferentes corrientes que existen por el establecimiento del Programa Pastoral, el cual busca superar las coyunturas y tener un alcance hasta 2031, cuya elaboración será abordada en la 102 Asamblea Plenaria de la CEM.

“La corriente tradicionalista no abarca a todos, pero sí es un sector  importante que en un momento dado podría hacer alianzas con la línea de la Teología de la Prosperidad, los hijos de Maciel, y podrían derrotar con la mano en la cintura a los que están vinculados con la Doctrina Social; sin embargo, ahí es cuando las votaciones en la Iglesia católica no son dos más cuatro, ahí entra el nuncio que viene con línea de arriba y que se dan los movimientos sociales, el diálogo interreligioso y el ecuménico”, destacó.

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Hacia una transición

Para Jorge Traslosheros, experto del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, la Iglesia católica atraviesa por una “transición” que se enmarca en las transformaciones de la sociedad en los últimos 40 años, al pasar de una actitud “principesca” por parte de los obispos, la cual criticó el papa Francisco en su visita a México, a una más participativa e involucrada en los problemas sociales, al acompañar a los laicos en la construcción de la ciudadanía.

Explicó que la Iglesia católica no sigue la misma lógica que un partido político, al ser más complejas las clasificaciones entre los obispos, las cuales van más allá de conservadores contra liberales, puesto que un mismo obispo puede defender causas como la protección a los migrantes, la lucha contra la corrupción y la defensa a la vida desde su concepción.

“Si tratamos de analizar la situación desde la política, la Iglesia católica no cabe en la geometría política porque pelea desde la protección a los migrantes, que podría decirse que es de izquierda, hasta la defensa a la vida, la cual encajaría en la derecha. Pero son los mismos grupos. ¿Dónde los metes? El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, es derecha o de izquierda, ha movido a la sociedad para que el gobierno de Morelos garantice seguridad, pero al mismo tiempo defiende la familia natural”, detalló.

Traslosheros identificó dos corrientes a partir de las actitudes que manifiestan en sus líneas pastorales, la conformada por los “príncipes” cercanos al poder político, pero alejados del pueblo, representado por el cardenal Norberto Rivera o por Juan Sandoval Íñiguez. El otro grupo en el que identifica, principalmente, a Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, y a Ramón Castro, obispo de Cuernavaca, quienes se han involucrado en temas como la inseguridad por la que atraviesan sus estados.

“Hay un liderazgo creciente en el tipo de obispos como Carlos Aguiar Retes, quien tiene una pastoral permanente en Tlalnepantla, y de Suárez Inda, quien alienta a los sacerdotes  y obispos a dar la batalla por la seguridad; lo mismo ocurre con los obispos de Guerrero, que se han involucrado en estos temas. Son los obispos más visibles”, dijo.

 

Posturas encontradas

Bernardo Barranco, analista en temas religiosos, consideró que hay posturas encontradas entre los religiosos, lo cual quedó evidenciado tras la visita del papa Francisco a México. “El episcopado es uno de los más conservadores en América Latina, están muy casados con los temas de agenda moral: aborto, matrimonios igualitarios, eutanasia y de homosexualidad. La agenda es muy conservadora”.

Subrayó que la agenda que propone Francisco es sociopastoral, en la que les pide a los obispos: “No se obsesionen con esa agenda moral, que no caigan en actitudes de chantaje, de condena, de confrontación con la sociedad, más bien una actitud de pastores, no de príncipes, y que vean por esta agenda social, los pobres, derechos humanos y de justicia social”. Destacó que los obispos mexicanos parecen no estar muy entusiasmados con la agenda del papa Francisco; sin embargo, en coyunturas como la del matrimonio igualitario, se unen. “El Presidente, con la iniciativa de los matrimonios igualitarios, los une en su contra, gran parte de los obispos cuestionan estos proyectos”.

Para Barranco existe un sector del episcopado muy conservador renuente a seguir la perspectiva de Bergoglio y permanece con su “agenda moral ultraconservadora, que sigue con el viejo estilo de vínculos privilegiados con los grandes sectores de poder y hay una negociación de cercanía con el poder donde se sienten cómodos. Hay otros sectores que apuestan por una línea más abierta, más pastoral, de mayor cercanía con la gente, como el obispo de Saltillo, Raúl Vera; el de Cuernavaca, Ramón Castro; de Monterrey, Rogelio Cabrera, y del sur con la extrema situación de pobreza en Guerrero y Chiapas, más cercanos a la gente, a los derechos humanos, pero son una minoría, con un acento más social de derechos humanos y que no tiene grandes ecos”. 

 

Aguiar Retes, el caballo en el tablero 

Jorge Traslosheros consideró que con la designación de cardenal de Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, el Papa puso “el caballo en el tablero” rumbo a la sucesión en la Arquidiócesis de México, puesto que se trata de “un hombre cercano al papa Francisco. El Pontífice mandó un mensaje respecto al perfil que busca, de obispos más involucrados en problemas nacionales”.

Bernardo Barranco comentó que el nombramiento de Aguiar Retes no garantiza su sucesión en “automático” al arzobispado de México, pero representa una “poderosa señal de que el tablero se enruta en este sentido. Es un candidato natural lógico, pero no hay una certeza, no hay una regla de oro”.

Destacó que este tipo de nombramientos no se efectúan por votación como si se tratara de un partido político, sino que se trata de un juego de “pesos y contrapesos”, donde se llevan a cabo consultas, algunas realizadas por el nuncio apostólico y otras por el papa Francisco. Incluso, el representante diplomático del Vaticano podría presentar una terna.

Para Barranco existen otros nombres que también podrían perfilarse a suceder a Rivera Carrera, como son el actual presidente de la CEM, Francisco Robles Ortega, o el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera; aunque Jorge Mario Bergoglio podría decidirse por un obispo de una diócesis pequeña, como ocurrió en el caso de Norberto Rivera, cuando fue nombrado como Arzobispo Primado de México.

“El Papa podría hacer enroques, podría traer al cardenal Robles de Guadalajara a México y enviar a Aguiar a Guadalajara o nombrar al arzobispo de Monterrey, las variables son múltiples, lo importante es que el nombramiento coloca a Aguiar Retes como un candidato potente, una ficha importante que ha movido el papa Francisco”, subrayó.

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Nacional
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