¿Qué? ¿Adónde me llevan? ¿Voy al Altiplano?, preguntó Joaquín El Chapo Guzmán antes de abordar el helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana que lo trasladó al aeropuerto de Ciudad Juárez, donde despegó el avión en el que fue extraditado a Estados Unidos.
Las autoridades no respondieron; cuando lo sacaron de su celda portaba uniforme y chamarra reglamentarios, caminó con las manos esposadas hasta donde aterrizó la aeronave del Ejército.
El movimiento fue sorpresivo. El líder del cártel de Sinaloa y capo más importante del mundo ignoraba que las puertas del Centro Federal de Readaptación Social 9 se abrieron para enviarlo a Nueva York.
La extradición se concretó un día antes del inicio de la era Donald Trump como presidente de Estados Unidos, quien ha dicho que tratará con dureza a los narcotraficantes.
Funcionarios del gabinete de seguridad nacional dijeron a MILENIO que el capo creyó que iba de vuelta al penal federal del Altiplano, en el Estado de México.
La defensa de El Chapo no dejó de insistir en que regresara a la cárcel de la que escapó la noche del 11 de julio de 2015, en lo que representó su segunda fuga de un penal de máxima seguridad.
En el Aeropuerto Internacional de Ciudad Juárez, Guzmán Loera abordó un avión de la Fuerza Aérea Mexicana que lo trasladó al Aeropuerto Internacional de Long Island MacArthur en Islip, Nueva York, donde fue recibido por agentes de la DEA.
La Procuraduría General de la República (PGR) lo entregó porque el quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México confirmó el fallo de un juez federal que rechazó otorgar un amparo contra la extradición.
Así acabó una espera de 17 años para los estadunidenses, que ahora lo juzgarán por delincuencia organizada, lavado de dinero, delitos contra la salud, posesión de armas de fuego y homicidio en los estados de California y Texas.
En entrevista con Azucena Uresti en MILENIO Televisión, el abogado José Refugio Rodríguez dijo que se activó un inusual “código negro” en el Cefereso 9 que le impidió hablar con su cliente aun cuando estaba en la lista de visitas.
“Me di cuenta de que algo estaba pasando, pensé que Joaquín podría ser cambiado de un Cefereso a otro”, puntualizó.
El defensor calificó de “vergüenza” para el Poder Judicial de la Federación el aval que dio para la extradición y señaló que el Estado mexicano “jugó muy bien sus cartas”, aunque violentado sus derechos y el debido proceso.
JUSTICIA EXPEDITA
El Chapo pretendía alargar su estancia en México, pero el pasado miércoles la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) acabó con sus esperanzas, porque ni uno de los cinco ministros quiso hacer suya la petición de atraer los amparos.
Ayer, el quinto Tribunal Colegiado volvió al estudio del asunto de los amparos de El Chapo, situación que no es común, porque cuando se hacen peticiones a la Corte y ésta se pronuncia, los casos tardan días o semanas para ser abordados por los tribunales.
Los magistrados confirmaron el fallo de Jesús Chávez Hernández, juez decimotercero de distrito de amparo en materia penal en la Ciudad de México, quien el 20 de octubre de 2016 negó el amparo y concedió la extradición del capo.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que el narcotraficante agotó todos los recurso legales a los que tenía derecho. Alberto Díaz Beltrán, subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, descartó que la extradición tuviera alguna relación con la toma de protesta a Trump como presidente este viernes.
“Hoy fue resuelto y nosotros tenemos que hacer la entrega inmediata”, explicó el funcionario federal en conferencia; abundó que en caso contrario hubieran incurrido en “responsabilidad de incumplimiento”.
LA CAÍDA
El 19 de enero de 2001, Guzmán se fugó del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco; enfrentaba una sentencia de 10 años por delitos contra la salud; nunca se le pudo acusar de ser responsable de la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, quien el 24 de mayo de 1993 quedó atrapado en un tiroteo entre gatilleros en el estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
Sin embargo, 13 años después de ser el hombre más buscado en el mundo y por quien se ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos y de 5 millones de dólares en México y Estados Unidos, respectivamente, Guzmán Loera fue recapturado el 22 de febrero de 2014 por elementos de la Secretaría de Marina en el Hotel Suites Miramar, en Mazatlán, Sinaloa.
En la habitación que se ocultaba estaba su esposa Emma Coronel Aispuro con sus dos hijas, además de otra mujer. Emma es sobrina del capo Nacho Coronel Villarreal, abatido por el Ejército en Zapopan, Jalisco, en julio de 2010.
A partir de su internamiento en el penal de máxima seguridad del Altiplano, la PGR consignó diversos expedientes, iniciando 10 procesos penales, de los cuales en ninguno tiene sentencia.
LA SEGUNDA FUGA
El 11 de julio de 2015, El Chapo volvió a escapar, pero ahora del Altiplano, a través de un túnel de más de mil 500 metros de longitud que se construyó en nueve meses.
La construcción comenzó en un inmueble en obra negra que contaba con una bodega, en la colonia Santa Juanita, municipio de Almoloya de Juárez. El túnel se inició en la bodega y lograron conectarlo con la coladera donde estaba la regadera que usaba El Chapo en su celda, en el área de tratamientos especiales, pasillo número dos, estancia número 20.
Las personas que ayudaron a escapar a Guzmán erigieron un camino de terracería con grava y arena que usaron de la misma excavación; el camino conectaba de manera directa con la autopista Atlacomulco-Guadalajara; el capo abordó una aeronave que lo llevó a Sinaloa.
El 21 de octubre de 2015, la entonces titular de la PGR, Arely Gómez, informó que el principal operador y organizador de la huida fue el abogado Óscar Manuel Gómez Núñez, acción en la que participó un cuñado del capo y siete personas más.
Presuntamente Manuel Gómez aprovechó su profesión para ser enlace con los responsables de la construcción del túnel e incluso quien pagó a los trabajadores.
VUELVE A CAER
El 8 de enero de 2016, en el kilómetro 3.5 de la carretera México 15, Los Mochis-Navojoa, El Chapo fue recapturado por agentes de la Policía Federal, a quienes ofreció “empresas, casas y negocios”. Dio su palabra de que si lo dejaban ir junto con su lugarteniente Orso Iván Gastélum, El Cholo, “se olvidarían de trabajar para toda su vida”.
El Chapo huía de personal de élite de la Marina, que a las cuatro de la mañana de ese mismo día lo localizó en una casa en Jiquilpan y Río Quelite, en el Fraccionamiento Las Palmas, de Los Mochis, donde se suscitó un enfrentamiento.
El capo escapó a través de un pasadizo en un clóset que conectaba con el drenaje y salió por una alcantarilla; robaron dos carros y a diez kilómetros de llegar a Che Ríos, Guzmán y su lugarteniente fueron vistos por los patrulleros, donde les marcaron alto. Los trasladaron al Motel Doux en espera de refuerzos.
CLAVES
“¡AH, MI AMIGO!”
En la entrevista que le hizo el actor Sean Penn, el capo mexicano dijo sobre Donald Trump: “¡Ah! ¡Mi amigo!”, con una sonrisa irónica.
La reacción se debió a que el estadunidense le preguntó si era cierto que ofrecía 100 millones de dólares por la cabeza del republicano.
El encuentro, publicado por la revista Rolling Stone, fue mediado por la actriz Kate del Castillo en octubre de 2015, cuando El Chapo era prófugo.