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El ex gobernador de Morelos Marco Antonio Adame asegura que se equivocan aquellos panistas que creen que el Consejo Nacional debe tener dueño, porque de pensar así se estaría deformando su función y por ende dañaría al Partido Acción Nacional (PAN).
Tras calificar al Consejo Nacional como la “conciencia que orienta la acción política” del partido, el ex senador y consejero nacional añade que quienes aspiran a cargos de alta relevancia como la Presidencia de la República deben tener en cuenta que dicho órgano partidista no puede ni debe estar sujeto a deseos o apoyos personales, de hacerlo se estaría destruyendo al PAN.
En entrevista con El UNIVERSAL, explica que aquellos que desean ser consejeros nacionales deben considerar antes de pensar en dar su apoyo o en sus preferencias partidistas, ya que tienen que considerar que conformar el consejo los obliga a poner por encima de todo la unidad de Acción Nacional, de no ser así, que mejor no sean parte de sus filas.
Agrega que la deformación del consejo se da cuando se piensa y actúa en función de un liderazgo o grupo, ya que este órgano no puede estar sujeto a consideraciones que no vayan más allá de la unidad, de la competencia en la camaradería, para lograr un objeto político.
¿Qué espera de la renovación mañana del Consejo Nacional?
—En un partido democrático que apuesta a la legalidad, por la vía institucional, renovar sus órganos de gobierno es medular, porque en ellos se expresa y concreta la institucionalidad del partido.
Hemos dicho siempre que el PAN es un partido de origen y vida democrática, que su propuesta al país es sólida y tiene futuro, porque lucha todos los días para que la democracia se viva al interior, y para que eso suceda se necesita que los órganos de gobierno estén debidamente integrados de forma y fondo para que cumpla con sus funciones.
Dos cosas son importantes, la integración de los órganos de gobierno, siendo el consejo uno de los más importantes, y que ejerza a cabalidad sus funciones para que sea garante de la institucionalidad y de la vida democrática del partido.
¿Sin embargo, hay una lucha de grupos para integrar el consejo?
—Estamos hablando de un partido político donde hay aspiraciones que son legítimas, hay derechos y prerrogativas que los militantes tienen, derivadas de la membresía y cuando cumplen los requisitos tienen derecho a aspirar y se debe dar en la competencia democrática y ahí se viven a plenitud apetitos, deseos, pasiones, y es lo más normal en la medida que se dé el cauce institucional.
Pero debe ser una competencia en la camaradería, en la competencia que sirve para lograr un objetivo político y electoral, pero que una vez que terminan las contiendas, los órganos deben tener legitimidad. No debe espantar que haya expresiones francas o abiertas.
¿Perjudica al PAN que el Consejo Nacional se incline más hacia un liderazgo que a otro?
—Es que eso sería una deformación del Consejo, éste está llamado a velar por la institución del partido, no para quedar sujeto a otras consideraciones o características distintas a lo que tiene que hacer, que es velar por la unidad y la misión del partido, pero el consejo no puede quedar sujeto a ninguna situación que no sea velar por la vida institucional del partido.
¿Cuál es la tarea que desempeña un consejero nacional?
—Su obligación es velar por el partido, ser institucional antes de pensar en él mismo o en dar su apoyo a alguien, independientemente de sus preferencias partidistas, se debe por definición y por la naturaleza del consejo atender la unidad del partido. Cualquier otra posición sería aberrante, una deformación y dañaría al partido. Por eso el consejo debe ceñirse desde su integración a lo que estatutariamente tiene definido para cumplir con la misión que tiene dentro del PAN.
¿El Consejo Nacional es autónomo o de grupos?
—El consejo se debe al PAN, no es de una sola persona ni grupos, cualquiera que piense que esto debe ser así o que debe ser bajo otros lineamientos estaría pervirtiendo la naturaleza de ese órgano, porque éste se justifica en la medida en que cumple con sus funciones estatutarias, en que es el consejo, la conciencia, la expresión de la vida plural de un partido democrático, ahí concurren todas las expresiones, desde su formación.
Los 270 consejeros nacionales que serán renovados vienen desde cada uno de los estados de la República, son expresiones plural y territorial del partido, los consejeros que nombra la Comisión Permanente Nacional están en la lógica de liderazgos nacionales y mecanismos de equilibrio y participación buena en el partido para alcanzar la pluralidad.
También están los 42 miembros extraoficio o vitalicios, que por su trayectoria y años de militancia forman parte de esa conformación y vitalidad del PAN, de esa experiencia acumulada en los distintos momentos del partido, con distintos liderazgos, presidencias.
Tenemos a los 59 exoficio, es decir, una cuarta parte del consejo está conformado por personas de una amplísima trayectoria, porque las responsabilidades que tuvieron o tienen les dan la posibilidad de aportarle al PAN su experiencia y visión, un ángulo o enfoque que ayuda a que las decisiones que toma el consejo sean las más adecuadas dentro del debate.
Pero también los hay, quienes vienen de expresiones nuevas, de liderazgos nuevos, jóvenes, con formación estatales y condiciones que expresan la realidad del PAN y del país, por eso esos consejeros —270 electos por voto, 30 propuestos por la permanente, 59 de ex oficio y los 42 vitalicios— son los que conforman un espacio que debe dar solidez al PAN, esa es su misión.
¿El consejo tiene la obligación de marcar lineamientos?
—Por supuesto, hay orientación, debe buscar los acuerdos, debe llevar al debate para ilustrar al partido y para marcar lineamientos que además están marcados en los estatutos.
¿Es un mito o realidad que quien más consejeros sume puede ser el candidato presidencial?
—El PAN para ganar en los comicios de 2018 debe acreditar su fortaleza institucional, la unidad y la congruencia con su vida democrática interna, y esto supone un consejo plural, fuerte y representativo, supone que desterremos esas ideas, porque sería dañino para el partido cualquier idea o asomo de que el consejo tiene un dueño. El organismo no tiene dueños, el consejo debe ser la conciencia que oriente la acción política del partido y en ese sentido recuperar lo mejor de las aportaciones de cada uno de sus miembros, incluidos quienes aspiren a tener un cargo de alta relevancia como ser Presidente de la República, pero dentro de un contexto de debate, institucional en las instancias correspondientes.
Para el caso del consejo su misión está definida y cualquier interpretación a modo sería aberrante y destructiva para el PAN.