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Repunta narco terror

Morelos, santuario de cárteles

Jorge Espíndola Hernández

Morelos ha sido noticia nacional e internacional por la ola de balaceras y estallidos de granadas, enfrentamientos entre grupos armados con fusiles de asalto y amas automáticas, así como las flotillas de autobuses turísticos incendiados, por negarse sus dueños a pagar la cuota exigida por los mafiosos como derecho de piso.

 

Morelos volvió a ser refugio de grandes delincuentes, aunque el secretario de gobierno del estado Matías Quiroz Medina diga lo contrario, ante la evidencia del brutal y encarnizado reacomodo de los carteles del crimen organizado que operan en la entidad, sin control alguno.

 

La delincuencia organizada opera a todo vapor en la entidad, con sus ejércitos de sicarios, halcones, vendedores de droga, secuestradores, casas de seguridad, como si en Morelos no existiera la policía, ni el ejército, ni el gobernador y mucho menos el alcalde de cada ciudad.

 

Por eso suena falso el deslinde del Comisionado Estatal de Seguridad, Alberto Capella Ibarra, que puso al descubierto la red de complicidades de jefes, mandos y tropas del Mando Único involucrados hasta el cuello en la protección de grupos de la delincuencia organizada que opera en el estado, ¿si lo sabe, por qué no los detiene y consigna?

 

El narco terror ha regresado en toda su intensidad, ante el pánico colectivo de la ciudadanía, que no sabe qué hacer, quién acudir, y se pregunta de dónde llegan tantos delincuentes y quién se los permite parte del cobro de derecho de piso, y el pleito por el control de la Plaza Tlahuica.

 

El arribo de Donald Trump al gobierno de Washington también repercute en la violencia narca, porque habrá persecución de capos y muchos perderán sus territorio e influencias aquí y allá, por eso se percibe en todo el país un aumento de la violencia armada de parte de los carteles, quieren arrebatarse la plaza, unos y otros, todos están aquí representados de una u otra forma.

 

La guerra entre bandas rivales del crimen se ha desatado durante los primeros días de este año 2017

 

El crudo invierno delictivo afecta a la entidad, crecen las ejecuciones por ajustes de cuentas entre carteles y grupos delictivos que se disputan el control del territorio Tlahuica, la sociedad civil vive con miedo y desesperación.

 

En la entidad que vio nacer a Emi­liano Zapata, hoy abiertamente operan todos los carteles de la mafia y los gru­pos delictivos de los distintos colores y apellidos; marcas y distintivos, bajo la protección de elementos de la Poli­cía del Mando Único, como lo reveló el cachanilla, Alberto Capella, comisionado estatal de Seguridad Pública, durante la celebración del Día del Policía, el pasado martes.

 

Además de mencionar todos y cada uno de los diversos crímenes y hechos delictivo que colocan nuevamente a Morelos en la nota roja de la prensa nacional, ponen evidencia el reajuste entre los grupos delincuenciales que operan con permiso en la entidad, en donde según el gobernador Graco Ramírez, no pasa nada, estamos “ en el Morelos seguro”.

 

Las evidencias de este lamentable repunte de la delincuencia, contradicen al maestro Matías Quiroz Medina, encargado de la política interna de estas tierras zapatistas, en donde hasta el nom­bre del Caudillo Revolucionario, Emiliano Zapata Salazar ha sido secuestrando con fines perversos de autoridades y gobernantes que han saqueado impunemente a esta entidad, sumida en el atraso y la miseria.

 

Los últimos acontecimientos violentos, hablan de la incapacidad de las dis­tintas autoridades de gobierno para fre­nar la crisis de inseguridad y la muestra son las constantes balaceras y violentos enfrentamientos con armas de fuego, registrados en los distintos puntos car­dinales de la entidad.

 

En los últimos días solo se habla del hallazgo de cuerpos humanos des­membrados y esparcidos en bolsas de plástico negras en distintos municipios y céntricas colonias de la capital del estado, con sendos mensajes que lle­van dedicatoria al estilo y sello de las diversas mafias que han encontrado en Morelos su principal refugio y centro de operación.

 

Parece una convención de narcos auspiciada por el gobierno del Estado, aquí andan células de Los Rojos, Ardillos, Viagras, Templarios, Guerreros Unidos, así como los del Pacífico, también los del Golfo y de la Familia Michoacana; lo mismo que de las empresas del Mayo, Beltrán Leyva y Guzmán Loera,

 

Todos tienen su terrenito para traba­jar impunemente la diversidad de negocios del crimen.

 

Ante este crudo invierno delictivo, lo peor del caso es la total indiferencia del gobernador del estado Graco Ramírez, quien se ha convertido en una especie de “candil de la calle y oscuridad de su casa” , con eso de que anda más preocu­pado en tratar de resolver problemas de los mandatarios estatales de la fron­tera norte con Estados Unidos, una vez que asuma la presidencia del país más poderoso del mundo el célebre empre­sario millonario Donald Trump.

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