Miles de negocios y decenas de escuelas en las principales ciudades de Estados Unidos cerraron ayer por la protesta del “Día sin inmigrantes”, un espontáneo boicot contra las políticas migratorias del presidente Donald Trump, y para demostrarle que, sin el trabajo inmigrante, el país quedaría paralizado.
Se desconoce quién o qué organización hizo el llamado que se viralizó con el transcurso de los días por las redes sociales con la consigna “no ir a trabajar, no abrir nuestros negocios, no comprar en tiendas o por internet, no comer en restaurantes, no comprar gasolina, no ir a clases, no mandar a nuestros hijos a la escuela”. Pero en ciudades de todo el país, desde Austin hasta Seattle, respondieron al llamado.
En Tucson, Arizona, muchos pequeños comercios amanecieron con carteles que anunciaban su cierre en atención a la campaña nacional, bajo la cual muchos padres de familias inmigrantes no enviaron a sus hijos a la escuela. “Todos los días contribuimos con nuestro trabajo a este país, pagamos impuestos, generamos empleos, creo que el presidente Trump no está tomando esto en cuenta”, dijo Manuela Ramos, dueña de una restaurante que cerró en apoyo a sus empleados inmigrantes.
En Charlotte, principal ciudad de Carolina del Norte, unos 250 comercios cerraron en el “Día Sin inmigrantes” y al menos 8 mil personas marcharon, en rechazo rechazaron a las redadas de la pasada semana por agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), que se saldaron con el arresto de 84 indocumentados.
Manhatitlán, desierta. En Nueva York, líderes del movimiento santuario señalaron que un centenar de iglesias en esta ciudad abrieron sus puertas para acoger a indocumentados que necesiten de un refugio ante la amenaza de la deportación. En la Calle 116 Este, conocida popularmente como Manhatitlán, por el alto número de negocios mexicanos, el cierre era total.
La solidaridad se extendió también a negocios cuyos dueños no son inmigrantes. El Blue Ribbon Sushi colgó ayer el letrero de cerrado y adjuntó el siguiente mensaje: “Estamos al 100% con nuestros empleados, tanto si son inmigrantes como si han nacido en EU, estén cara al público o en la parte de atrás. Cuando unos trabajadores que no han perdido un día de trabajo en casi 25 años vienen a ti y te piden un día libre para manifestarse contra la injusticia, la respuesta es fácil”.
En Washington DC, unas 200 personas se manifestaron frente a la Casa Blanca y defendieron que el trabajo de los inmigrantes son necesarios para la “prosperidad del país. “He traído a mi hija para que aprenda que hay que luchar para que se nos respete”, señaló una dominicana que quiere mantener su nombre en el anonimato.
En Los Ángeles, las escuelas tuvieron que pedir a sus alumnos y profesores a no ausentarse masivamente, ya que podría paralizar todo el sistema público de enseñanza.
Mientras, en Austin, Texas, Paul Castillo, gerente de una taquería resumía la jornada de protesta así: “Es una manera de demostrar que como latinos tenemos un poder económico muy importante dentro de la comunidad y que no lo pueden dejar de lado simplemente por iniciativas o leyes que no tienen ni pies ni cabeza”.
Mexicano recién casado afronta deportación por cruce imprudente de calle
Victoria Del Valle busca cómo ayudar a su esposo a salir del centro de detención de inmigrantes de Georgia en el que se encuentra desde hace una semana, tras ser detenido un día después de su matrimonio.
Pese a que las autoridades migratorias han repetido que las redadas se enfocan en personas con antecedentes criminales, según la mujer el único delito de su flamante marido, Fredy Del Valle, ha sido cruzar imprudentemente una calle.
“Lo detuvieron solo por cruzar la calle en un lugar donde no se podía cruzar. No tenía antecedentes, ni ningún delito”, dijo la esposa de Del Valle, quien fue arrestado por agentes de Inmigración el 14 de febrero, Día de San Valentín.
“Esta situación nos tiene muy atemorizados. Ya no quiero salir de mi casa, ni abrir cuando alguien toca la puerta”, aseveró la mujer de origen mexicano y que tiene más de 20 años de residencia en EU.
La inmigrante señaló que gracias a la intervención del Consulado de México en esta ciudad tiene constancia que hasta el momento Fredy Del Valle no ha sido deportado.
Donald dice que “ama a los dreamers”, pero sigue sin decir qué hará con ellos
Donald Trump reconoció ayer que la derogación del programa aprobado por el ex mandatario Barack Obama para frenar la deportación de jóvenes indocumentados es “uno de los temas más difíciles” con los se enfrenta y aseguró que lo encarará “con corazón”.
El presidente no ofreció más detalles en referencia al Programa de Acción Diferida (DACA) de 2012 que ha permitido frenar la deportación de 750 mil jóvenes indocumentados, conocidos como dreamers, y cuya derogación prometió durante la campaña electoral.
“La situación del DACA es muy dura porque amo a esos chicos, algunos de esos son totalmente increíbles. Tengo hijos y nietos”, agregó Trump, quien, sin embargo, se resiste a definir el futuro de los hijos de inmigrantes indocumentados.
El DACA, firmado por Obama en 2012 permitía a los jóvenes frenar su deportación, obtener un permiso de trabajo y una licencia de manejo, aunque establecía que para seguir gozando de estos beneficios los jóvenes debían renovar el permiso cada dos años.