Parece que la única equidad que hay en México entre hombres y mujeres es una mala noticia, una pésima noticia: 48.8 por ciento de los delitos que se cometen se perpetra contra ellas.
En 2015 hubo 29.3 millones de delitos en el país y de ellos 14.2 millones (ese 48.8 por ciento citado) los sufrieron mujeres.
Y peor: en 1.1 millones de estos crímenes se reportó algún tipo de agresión física, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2016, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En México, cada año una de cada cuatro mujeres mayores de 18 años sufre algún tipo de delito, que en su mayoría son extorsiones, robos en vía y transporte públicos y fraude.
Pero la violencia contra las mujeres no solo se ha circunscrito a robos y extorsiones: los asesinatos también las perjudican. La Organización de las Naciones Unidas reporta que durante el año pasado hubo 2 mil 289 defunciones femeninas con “presunción de homicidio”. Seis asesinatos por día, en promedio.
Sobre este tema, la ONU señaló en el informe “La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2014”, que el gobierno federal no tiene un sistema integral de información que permita conocer el número de casos de distintos tipos de violencia contra mujeres, entre los que debería estar el apartado de feminicidios.
Según el organismo, en 2.9 millones de los crímenes contra mujeres los agresores usaron algún tipo de arma; es decir, en dos de cada 10 delitos fueron sometidas con alguna pistola o cuchillo.
La violencia también está en la casa. En México, la última encuesta del Inegi sobre la dinámica de las relaciones en los hogares, publicada en 2011, reveló que 47 por ciento de las mujeres ha sido violentada en su relación de pareja. Y ello afecta todos los estratos sociales: 35 por ciento de las denunciantes cuenta con niveles educativos de preparatoria o licenciatura.
De las que declararon haber padecido algún acto violento por parte de su pareja, 91 por ciento sufrió violencia emocional, 52 por ciento denunció manipulación económica, 29 por ciento algún tipo de agresión física y 16 por ciento fue atacada sexualmente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza que la violencia contra la mujer puede terminar en suicidio y homicidio; sin embargo, otras consecuencias que deben ser atendidas con políticas integrales son embarazos no deseados, abortos provocados e infecciones de transmisión sexual.
Sobre este tema, el organismo señala que las mujeres que han sufrido maltratos físicos o abusos sexuales tienen mayor probabilidad de padecer infecciones de transmisión sexual o abortos, pero en este país solo 7 por ciento de las víctimas con algún incidente de violencia de pareja recibió atención médica o psicológica.
Otro dato alarmante es la impunidad producto del machismo: tres de cada 10 mujeres que acuden ante los ministerios públicos para denunciar a su cónyuge afirman que las autoridades “no les hicieron caso”.
SITUACIÓN LABORAL
El Inegi señala que en el ámbito laboral 48 por ciento de las personas ocupadas son mujeres. Esto revela una paridad con respecto a los hombres, pero desaparece cuando se trata de salarios: las mujeres ganan 18 por ciento menos.
A pesar de los esfuerzos por llegar a una homologación de sueldos, la brecha ha crecido en los últimos años. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reporta que en 2004 la diferencia de ingresos era de 16 por ciento. Diez años después las mujeres ganan 2 por ciento menos que los hombres.
Con este resultado, México se ubicó por arriba del promedio de la OCDE, cuya brecha salarial por género fue de 15 por ciento en 2014 y ligeramente debajo de 19 por ciento de los países emergentes.
En los sectores económicos, las mujeres han ganado terreno. Actualmente las mexicanas concentran 11 por ciento de los empleos en construcción, 34.5 por ciento en industria manufacturera y 51.3 por ciento en comercio.
Otro aspecto a mejorar en el sector laboral es el tema de las horas trabajadas. El Inegi señala que por cada 10 horas de trabajo remunerado o no remunerado de las mujeres, los hombres laboran 8.3 horas. En conclusión: trabajan más y ganan menos.
En la actualidad todas las entidades cuentan con leyes de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia; sin embargo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CHDH) destaca, en un informe publicado en 2016, que todavía existe un uso indistinto de los términos clave, por lo que urge a que los legisladores se comprometan con la temática.
Entre 2010 y 2015, los hogares con jefatura femenina pasaron de 6.9 millones a 9.2, es decir, aumentaron 33.9 por ciento. La Ciudad de México, Guerrero, Morelos, Sonora y Sinaloa son las entidades con mayor porcentaje de viviendas con una mujer al frente.
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