iFoto/ Héctor Raúl González La investigadora Cecilia Delgado Molina.
El gobierno estatal teme actos violentos si se mantiene el castigo eclesial; el obispo señala que está dispuesto a un arreglo
Tepalcingo, Morelos.- Un conflicto religioso en Morelos ha provocado por primera vez la suspensión de los sacramentos en el municipio de Tepalcingo, en la víspera de la Feria del Señor de Tepalcingo, considerada la segunda más importante en todo el país.
El tercer viernes de cuaresma se realiza desde hace más de 300 años esta feria en el municipio ubicado en los límites con Puebla.
En ella se dan cita miles de peregrinos provenientes de varios estados de la república, principalmente del Estado de México, Guerrero, Hidalgo y Tlaxcala.
Sin embargo, este año una disputa entre los mayordomos encargados de organizar la feria y los sacerdotes de la Diócesis de Cuernavaca asentados en Tepalcingo, ha provocado un conflicto que para el gobierno de Morelos se reduce al manejo de las limosnas y recursos generados por esa celebración centenaria.
Ante la decisión de la diócesis, el gobierno de Morelos prevé actos violentos en Tepalcingo, por lo que solicitó de manera urgente la intervención de la Secretaría de Gobernación para garantizar la seguridad de los pobladores, peregrinos y asistentes a la feria, quienes este año se encontrarán con un santuario y capillas sin celebración de sacramentos.
“A pesar de la voluntad que hay para transitar en bien de Morelos, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, rompió los acuerdos con la comunidad por intereses económicos. Por ello, desde esta sede, desde el gobierno del estado, lo convocamos y lo invitamos a reflexionar sobre la decisión tomada. De lo contrario, será responsable de los actos violentos que se puedan desarrollar, afectando a los lugareños al romper con las tradiciones de más de 80 años”.
“Hacemos un llamado a la Secretaría de Gobernación para que intervenga de manera inmediata en la solución del conflicto”, dijo Matías Quiroz Medina, secretario de Gobierno de Morelos.
En un video subido a sus redes sociales, el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, dijo que un acuerdo firmado por el apoderado legal de la diócesis, los mayordomos y el gobierno del estado incumplieron su parte, por lo que tomó la decisión de suspender la celebración de sacramentos en Tepalcingo y mover la sede parroquial para garantizar la seguridad de los sacerdotes católicos de la región.
“Hubo varios encuentros y se llegó a un acuerdo y dije ‘ay bendito sea Dios, vamos a llegar a un acuerdo’. Y en ese acuerdo, firmado por parte del apoderado legal de la diócesis y de los miembros del comité o de los mayordomos, en ese acuerdo se había decidido que se regresaba el santuario, se regresaban las capillas y se permitía el libre trabajo pastoral de los sacerdotes, libre trabajo pastoral, como tiene que ser. Y también en la cuestión económica, 50% iba a quedar para ellos, 50% para la Diócesis, pero siempre con la claridad y la transparencia de ambas partes”.
“Se puso una fecha, una comida en donde se iba a entregar las llaves y ya todo por gracia de Dios pensábamos podía retomarse: hubo el encuentro, hubo muchos insultos a los sacerdotes, a su servidor. Eso a mí no me importa tanto, pero no se cumplió el acuerdo, no se regresaron las llaves, no se regresó la Casa del Peregrino, no se regresaron las capillas y no hubo el acuerdo de también la cuestión pastoral, o sea, nosotros somos los que tenemos la responsabilidad y la diócesis quien debe llevar todo”, dijo el obispo en el video.
Ante el incumplimiento del acuerdo, por seguridad de los sacerdotes de la región, la diócesis determinó suspender los sacramentos.
“Cuando no se cumplió y hubo muchas amenazas, y eso es lo que a mí me preocupa, a los sacerdotes. Vimos no hay condiciones de paz para que regresen los sacerdotes, eso no quiere decir que el santuario se cierre, el santuario sigue abierto para todo mundo y para los peregrinos que ahora han de venir. Entonces yo no veo ningún peligro de que algo suceda, el santuario está abierto, se manejo que yo quería sacar al Cristo Nazareno, no; y que yo rompí el acuerdo porque quiero el cien por ciento de las limosnas, no; el acuerdo está ahí, cumplamos el acuerdo y yo feliz de la vida, feliz”, dijo el obispo.
Cecilia Delgado Molina, socióloga de la religión, quien actualmente conduce una investigación sobre el campo religioso en Morelos desde la Universidad de Bielefeld en Alemania, dijo que el conflicto en Tepalcingo no se reduce a un asunto económico sino de poder entre los mayordomos y la Diócesis de Cuernavaca.
“El conflicto que estamos viendo en Tepalcingo es un conflicto histórico de larga data. Yo tengo datos de hace 30 años y estoy segura que deben de existir más antiguos con altas y bajas, así que reducirlo a pensar que se trata de un conflicto exclusivamente económico, lo que hace es que no podamos entender frente a qué estamos”.
“Se trata de un conflicto entre los mayordomos, que es un sistema de cargos tradicionales que gestiona la feria, lo que nosotros llamamos agentes paraeclesiales, que también gestionan lo sagrado y que disputan con los sacerdotes católicos y con las autoridades eclesiásticas bienes simbólicos y económicos. Se trata de quien controla los recursos, sí, pero sobre todo se trata de quién manda en el santuario”, dijo la especialista en entrevista.
Los mayordomos de Tepalcingo pretenden decir qué y cómo se realizan los trabajos en torno a la feria, dejando a los sacerdotes el papel de sólo celebrar la misa, añadió la investigadora.
“Por supuesto que los mayordomos están convencidos de que esta es una actividad que merecen, que ellos tienen ganada, dado que es la gente de la comunidad que permanece ahí y que tiene complejos sistemas de rotación de estos sistemas de cargos. Mientras que los sacerdotes son cambiados regularmente en base a los criterios de la propia Diócesis”.
“Por su lado, los sacerdotes asignados gestionan la relación con las mayordomías, mejor o peor, muchas veces por su propia incomprensión de estos sistemas de cargos tradicionales o por insensibilidad con las tradiciones de la religiosidad popular y cuando ha sido peor el manejo que los sacerdotes en turno tienen, el conflicto escala, como lo ha hecho en esta ocasión”, dijo Delgado Molina.
Este año, agregó, al conflicto entre sacerdotes y mayordomos en Tepalcingo se suman otros factores, como la participación del gobierno del estado y la apertura de frentes legales para resolver la disputa.
La suspensión de los sacramentos no es medida común que tomen las diócesis en México, dijo, y en este caso obedece a una búsqueda de la Diócesis de Cuernavaca de mostrar autoridad en el conflicto
“No es una decisión común, la suspensión de culto es una medida simbólica que la iglesia ha reservado para momentos de mucho conflicto. El más importante para la historia de nuestro país, sería lo que dio origen a lo que conocemos como la Guerra Cristera”.
“En mi opinión es una decisión que busca mostrar autoridad, apostando a que el descontento de la gente, el efecto en las peregrinaciones, en las colectas, obligue a los mayordomos a mover los términos de la negociación. Y digamos que desde el punto de vista de la iglesia y desde el punto de vista de la gestión de estos bienes simbólicos y de lo que es el papel de la iglesia, pues la iglesia está en su derecho de tomar esta decisión; pero es una apuesta fuerte que podrían salir perdiendo, habría que pensar en los casos, por ejemplo, de Atlatlahucan, donde en medio de un conflicto religioso perdió la iglesia católica el santuario o en el caso de San Juan Chamula, Chiapas”, expresó.
Para la experta en temas religiosos de Morelos, el conflicto en Tepalcingo no se resolverá ni por la vía jurídica ni por la imposición del gobierno del estado, sino por un diálogo entre las partes involucradas.