El análisis de la Sedesol revela que por el simple estereotipo, las paisanas no pueden aspirar a mejorar ingresos ◗ El 24.5% de ellas son jefas de la familia, lo que las hace vulnerables
Las migrantes mexicanas en Estados Unidos ganan en promedio 30 por ciento menos en comparación con las nativas de tipo anglosajón, de acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
La cifra es parte de un análisis sobre salarios y remesas realizado por la Dirección del Programa 3x1 para migrantes, el cual busca brindar a partir de este año mayores beneficios a las mujeres, en especial a aquellas con deseos de regresar a sus comunidades de origen.
“Por el simple estereotipo, la mayoría de las mexicanas no pueden aspirar a sueldos altos ni a trabajos mejor remunerados”, señaló Edith Ávila Romo, directora del programa, el de mayor tradición en el país en torno al tema de la migración.
El 49 por ciento de los connacionales en la Unión Americana es mujer. De este porcentaje, la mitad son jefas de familia y deben solventar en soledad las necesidades de sus hijos y el pago de servicios en el hogar.
“Si analizamos la estadística de cuántas familias radicadas en Estados Unidos están en situación de pobreza, predominan las encabezadas por mujeres de ascendencia mexicana. Si emigró sola con sus hijos, o tuvo hijos allá y no tiene pareja, es muy probable que forme parte de ese registro de jefas de familia pobres”, describió Ávila.
La mitad de los hogares con una jefa de familia mexicana vive en pobreza.
“Lo que ganan las mujeres no les alcanza, y sus hijos se encuentran en una situación vulnerable. Son hogares pobres con familias extendidas, sin el respaldo de un hombre o con parejas inestables, que van variando”.
En promedio, las familias de origen mexicano en EU tienen entre 3 y 4 hijos.
Los datos se derivan de estudios sobre el perfil sociodemográfico de quienes envían remesas a nuestro país, realizados por entidades bancarias como Banorte y Bancomer.
Los nombres masculinos más frecuentes en envío de remesas y de recepción son Juan, Luis, José y Manuel.
Y en mujeres: María, Carmen, Rosa, Juana y Guadalupe.
“Si es una Carmen de Oaxaca, pero no de la capital, sino de un municipio apartado regido por usos y costumbres y bienes comunales, muy probablemente no le están dejando ejercer su derecho sobre la tierra y por pobreza se moverá… Y un destino será Estados Unidos, donde llegará indocumentada y deberá tomar trabajos invisibles, con menos pago: de ayudanta de cocina o en labor rural”.
En México, las mujeres juegan un papel trascendental en la supervisión de proyectos auspiciados por programas como el 3x1.
“El 66 por ciento de quienes se quedaron en los pueblos y se convierten en vigilantes de las obras, son mujeres: andan como cuchillitos de palo con las comprobaciones, mandan fotos y le dan seguimiento a los proyectos”, dijo la funcionaria.