El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y las autoridades de Morelos se encuentran envueltos en un cruce de acusaciones después de que el primero se reuniera con políticos opositores y señalara al gobierno por cobrar comisiones en las obras públicas.
La escalada en los señalamientos entre ambas partes ha sido tal que la Arquidiócesis mexicana salió hoy públicamente a defender al obispo, alegando que está sufriendo “una verdadera persecución”.
La semana pasada, Castro convocó a opositores a la administración del gobernador de Morelos, Graco Ramírez —perteneciente al Partido de la Revolución Democrática (PRD)—, para buscar una vía “contra la impunidad” que, afirmó, castiga el estado.
Trabajos en la catedral. Además, al hablar sobre las obras de la catedral de Cuernavaca al término de una misa dominical, el obispo señaló que el gobierno cobra a las empresas entre un 30 y un 40% de comisiones de manera ilegal, pero que nadie denuncia porque la gente tiene miedo de que haya represalias.
Por esto, las autoridades de Morelos acusan al obispo de haber violado el artículo 130 de la Constitución, que establece la separación entre Iglesia y Estado.
En este artículo también se concreta que “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.
El secretario de Gobierno de Morelos, Matías Quiroz, pidió al obispo que se aleje de la política. “Me parece que se debe tener serenidad en lo que se vierte e informa a la sociedad”, valoró en declaraciones a la prensa.
Aseguró que las autoridades del estado valoran el siguiente paso a dar respecto a la actuación del religioso y si acudirán a la Secretaría de Gobernación.
El portavoz de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, dijo ayer a Radio Fórmula que “incluso ha habido situaciones que preocupan al Episcopado en cuanto a la seguridad personal de monseñor Castro”.
No hay violación al artículo 130 —defendió— porque éste “claramente habla de situaciones donde se tienen procesos electorales”.
Castro sufre “una campaña de calumnias y difamaciones”, aseguró.
La declaración pública de Quiroz no ha sido la única respuesta que se ha desencadenado contra el obispo.
Paralelamente, han salido a la luz varias noticias que señalan al Obispado de Cuernavaca de hacer gastos extravagantes y cobrar cuotas abusivas, a las que el gobernador ha sacado jugo en su argumentación contra el religioso.
En una entrevista radiofónica, Ramírez dijo que circulan informaciones que señalan que Castro ordenó construir una cancha de tenis en un seminario por su afición a ese deporte —lo que el obispo rebatió diciendo que se terminó hace dos años— y que hay dudas sobre qué hizo con 75 millones de pesos que le destinaron para arreglos en la catedral.
Asimismo, la prensa local hizo eco de que un grupo de mayordomos —quienes se encargan de la administración de las iglesias— del municipio de Tepalcingo afirmaron que en algunas festividades religiosas el Obispado recaudaba hasta ocho millones de pesos porque exigía numerosos cobros.