Tras su fracaso contra el Obamacare, la Casa Blanca buscará gravar importaciones; es un arancel disfrazado, dicen senadores mexicanos
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WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.
El gobierno de Estados Unidos alista la imposición de un impuesto fronterizo. El anuncio ocurrió luego de que el presidente Donald Trump perdió la batalla por la reforma al sistema de salud implementado por Barack Obama.
Ayer, en entrevista con la cadena Fox, el jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, dijo que la Casa Blanca impulsará un impuesto fronterizo como parte de su reforma fiscal.
Explicó que el gravamen busca “igualar el terreno de juego entre nuestro país y otros países en el mundo”.
Priebus prevé que la reforma fiscal sea apoyada esta vez por legisladores demócratas.
Expertos pronostican que otros países reaccionarían a ese gravamen con la imposición de sus propias tarifas a productos estadunidenses, afectando sus exportaciones.
Consultados sobre el plan de la Casa Blanca, el presidente y el secretario de la Comisión de Hacienda del Senado, Francisco Yunes y Jorge Luis Lavalle, respectivamente, afirmaron que el impuesto fronterizo afectará a los propios consumidores de EU.
“Es un arancel disfrazado, que si bien frena exportaciones, también afecta el poder adquisitivo de los estadunidenses”, dijo Francisco Yunes.
La lógica y el sentido común hacen prever que “Trump también fracasará en esta reforma”, expuso Lavalle.
El vicecoordinador del PRD en la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, calificó de “ocurrencia” la propuesta.
En Estados Unidos, los productores agrícolas, quienes apoyaron a Trump durante la campaña presidencial, están presionando a su gobierno para que evite una guerra comercial con México.
Trump perdió la batalla por el Obamacare por no contar con el apoyo de los congresistas aglutinados en el Freedom Caucus, a quienes ayer atacó en Twitter.
Reviven impuesto fronterizo
Reince Priebus dijo esperar el apoyo de los dos partidos para aprobar este plan dentro del nuevo paquete fiscal.
Reince Priebus, jefe de gabinete del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó que la Casa Blanca impulsará un impuesto fronterizo como parte de su proyecto de reforma fiscal, pese a la controversia surgida en torno a su implementación.
En una entrevista transmitida ayer por el canal Fox, Priebus aseguró que el impuesto fronterizo es una manera de “igualar el terreno de juego entre nuestro país y otros países en el mundo”.
Esa propuesta fue ideada por el gobierno de Trump como una manera de compensar la baja en ingresos derivada de los recortes fiscales contenidos en una eventual reforma tributaria.
Expertos han señalado que otros países reaccionarían a ese gravamen con la imposición de sus propias tarifas a productos estadunidenses, lo que afectaría las exportaciones de este país.
Asimismo, un impuesto a productos importados finalmente sería asumido por el consumidor final en Estados Unidos, de acuerdo con análisis del sector del comercio minorista.
No obstante, Priebus sostuvo ayer que este impuesto sería parte de un paquete para reducir la carga fiscal a los estadunidenses, incluso a la clase media, lo que podría ayudar a que la reforma sumara el apoyo de legisladores demócratas.
La reforma tendría apoyo de ambos partidos si “podemos proporcionar uno de los mayores recortes de impuestos a la clase media en la historia de este país”, expresó el funcionario.
Ultraderecha tiene dudas
Pero el republicano Mark Meadows, líder del llamado Cónclave de la Libertad, que reúne a los republicanos más conservadores y recalcitrantes en el Congreso de Estados Unidos, determinó que su grupo aún no ha tomado “ninguna posición oficial sobre el impuesto al ajuste fronterizo”.
En una entrevista transmitida ayer por el canal ABC, Meadows pronosticó que el impuesto fronterizo será el centro del debate de la reforma fiscal propuesta por Trump.
“Mientras examinamos la reforma tributaria, el gran debate será sobre ese impuesto al ajuste fronterizo. Pero ahora estamos en el modo de recolección de información”, declaró Meadows.
El gobierno de Donald Trump promueve la aplicación de un impuesto de 20 por ciento a todos los productos manufacturados en el extranjero para, entre otras cosas, financiar el muro que planea construir en la frontera con México.
El primer borrador presupuestario que Trump envió al Congreso pedía una partida inicial de dos mil 600 millones de dólares para el muro.
Un informe interno preparado por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, calculó que un muro a lo largo de toda la frontera costaría unos 21 mil millones de dólares.
Trump ha dicho que el costo sería de unos 12 mil millones. No está claro cuánto dinero aprobará el Congreso.
El plan desataría una guerra comercial
GARNER.– Los productores del corazón agrícola de Estados Unidos que ayudaron a Donald Trump a llegar a la Casa Blanca están presionando a su gobierno para que evite una guerra comercial con México, pues temen que las represalias puedan afectar los más de tres mil millones de dólares en exportaciones estadunidenses.
El valor de las exportaciones en riesgo se basa en un análisis de una lista de impuestos que México empleó en una disputa sobre el tránsito de camiones hace seis años y que las autoridades mexicanas han dicho que podría servir de modelo si Trump fija nuevas barreras a sus productos.
Los productos de carne de cerdo encabezan esa lista y los aranceles, si se restablecen, se aplicarían a más de 800 millones de dólares en exportaciones anuales de carne porcina, según datos del Global Trade Atlas de IHS Markit. “Vamos a ser los primeros en recibir el golpe”, dijo John Weber, presidente del Consejo Nacional de Productores de Carne de Cerdo.
Esto afectaría principalmente a productores de Iowa, donde los cerdos superan a las personas en una proporción de siete a uno.
Además, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, dijo el mes pasado que los aranceles podrían recaer también en Wisconsin, centro de la producción de queso del vecino del norte, y señaló a Texas por su “destacado” superávit comercial con México.
En los tres estados, Trump ganó las elecciones presidenciales de noviembre pasado.
El senador republicano, John McCain, denunció que el impuesto a las importaciones “destruiría la economía de Arizona”.
“Imponer nuevas barreras y aplicar aranceles punitivos a nuestros vecinos más cercanos (...) costaría a Arizona miles de millones de dólares y miles de empleos, empujando a nuestro estado a una recesión”, dijo en el diario The Arizona Republic.