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Después de 20 años se reúne con sus hijos migrantes

 

 

Francisco Sánchez Cortés, de 69 años, originario de Ixtlilco el Grande, municipio de Tepalcingo, pasó 20 años sin ver a cinco de sus hijos, quienes emigraron a los Estados Unidos en busca del “sueño americano” debido a la falta de oportunidades y trabajo en su tierra natal.

Incluso, tuvo que enfrentar la muerte de una de sus hijas, a quien, por la distancia, no alcanzó a ver en sus últimos días de vida.

Francisco narró la preocupación que vivió en 1997, cuando el mayor de sus descendientes decidió viajar sin documentos al vecino país.

Durante 45 días no supo nada de él, sólo que iba a pagar cerca de dos mil dólares a una persona para que le ayudara a cruzar la frontera; “antes era fácil, ahora ya no”, expresó.

“Pensé lo peor, que algo le hubiera pasado en el desierto o en el río. Cuando se comunicó con nosotros, en ese entonces por carta, nos contó que fue difícil, que caminó mucho, se le clavaron las espinas en los pies y se encontró hasta con serpientes”, explicó.

Antes de irse a otro país, don Francisco contó que sus hijos estudiaron hasta la secundaría, después trabajaron en el campo, pero se enteraron de la experiencia de los vecinos, quienes lograron llegar.

Fue así como decidieron dejar el lugar donde nacieron, primero fue su hijo mayor, Francisco, luego partieron sus tres mujeres y un varón, los cuales, afortunadamente, fueron recibidos por algunos conocidos que les ofrecieron techo en sus primeros días de estancia.

En 2012 se enteró que una de sus hijas, Lorena, padecía cáncer, por lo que consiguió que le dieran un permiso de cinco días para visitarla; sin embargo, la distancia no le permitió acompañarla en sus últimos momentos, cuando llegó estaba agonizante y no logró ver a su padre.

La comunicación con ellos era cada mes a través de cartas, actualmente lo hacen cada semana o 15 días por vía telefónica, y de esta manera, con el paso de los años, es que han escuchado cómo es que han formado sus familias, hasta ahora 20 nietos. Uno de sus hijos se dedica a la construcción, otro es pintor.

Para el señor Francisco era imposible reencontrarse con su familia después de tanto tiempo; no obstante, el pasado mes de junio de 2016 fue parte del grupo de 15 adultos mayores apoyados por el programa “Corazón de Plata Uniendo Familias Morelenses”, subsidiado por la coordinación de la Comisión de Migración del Congreso local, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) de Morelos y el club de migrantes “Tepalcingo Unido”, conformado por connacionales de este municipio, quienes les ayudaron a tramitar su visa y pasaporte, además de que pagaron los gastos del viaje para que fueran recibidos por sus familias.

A un paso de llegar con sus hijos, don Francisco relató que fue detenido en el aeropuerto a causa de que existía una persona con su mismo nombre, por lo que fue el último del grupo en reunirse con su familia, “llegamos a Garland, Texas, los reconocí, fui el último porque me detuvieron y tuve miedo de que no me dejaran pasar, todos se fueron. Lo primero que hice fue abrazarlos y lloramos”.

Su permanencia en Estados Unidos fue de tres semanas, visitó tiendas y parques con sus nietos e hijos, después de esta experiencia, dijo que buscará que su esposa, Domitila Cepeda Rodríguez, por lo que, en cuanto tenga sus documentos, viajará para poder encontrarse con ella.

Para don Francisco Sánchez, visitar a su familia tras 20 años sin verlos fue “una experiencia inolvidable”. Afirmó que se siente feliz y tranquilo de que exista la posibilidad de volver a reunirse con ellos ahora que tiene sus papeles; de manera que se dijo profundamente agradecido con los impulsores de este programa, uno de ellos, Lorena Cortes Marín, presidenta del club “Tepalcingo Unido”, y felicitó a la Sedeso por “ayudar a cumplir sueños que se creyeron imposibles.”

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