El secretario de Seguridad Nacional reconoce que en muchos tramos se levantarán vallas o se vigilarán con drones. Alardea por el descenso de llegada de migrantes
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, reconoció ayer, en una comparecencia en el Senado, que “es improbable que construyamos un muro, una barrera física, de un mar a otro radiante mar”, en la frontera con México, parafraseando la canción patriota estadunidense “America the Beautiful”.
Kelly cedió ante las presiones de la demócrata Claire McCaskill, quien aseguró que nadie en el Senado se cree que se pueda construir el muro que prometió el presidente Donald Trump tal y como el mandatario prometió: de costa a costa y de puro concreto.
El secretario de Seguridad Nacional admitió que un muro de cemento a lo largo de los más de 3,000 kilómetros de frontera con México es irrealizable: “Estamos mirando en todo tipo de variaciones. Yo iré a él y le diré: aquí tiene sentido un muro; aquí, vallado de alta tecnología; aquí es mejor tecnología”, como por ejemplo, drones, indicó Kelly. De este modo, no descartó que en algunas partes no haya muro alguno y la seguridad fronteriza dependa de un refuerzo de medidas de vigilancia.
Además, Kelly también reconoció que existen puntos donde la construcción no será posible por la orografía, como en el cañón del Río Bravo, o porque existen zonas administrativas especiales que no lo permitirán, como las reservas indias.
DISUASIÓN. Aún sin haber empezado la construcción –el plazo para presentar proyectos de licitación cerró la medianoche del miércoles—, Kelly argumentó que el muro ya ha provocado un significativo descenso de llegada de migrantes a EU.
“Hemos visto una increíble caída de migrantes desde Centroamérica, especialmente de familias con menores”, comentó el responsable de Seguridad Nacional, que, eso sí, añadió que “esto no durará a no ser que levantemos una barrera física, un muro”.
Lo cierto es que los datos de la Patrulla Fronteriza indican que en el recién finalizado mes de marzo registraron 17 mil detenciones de personas indocumentadas en la frontera, lo que representa un mínimo récord y consolida un quinto mes de descensos. En diciembre, tras la elección de Trump como presidente en noviembre, la cifra fue de 58,748 personas.
Kelly celebró este descenso, pero aseguró que se debe en parte a informaciones de los medios, “en muchos casos poco rigurosas”, sobre las recientes redadas de las autoridades de inmigración y el boca a a boca sobre el peligro de hacer el tránsito hacia Estados Unidos con la ayuda de mafias.
Finalmente, Kelly rechazó la posibilidad de separar de sus hijos a indocumentados detenidos en la frontera, como medida de disuasión, opción que funcionarios aseguraron hace un mes que se estaba estudiando.