Estados Unidos entró ayer oficialmente en guerra contra Siria con su primer ataque directo contra el régimen de Bachar al Asad, desde que hace seis años estalló la guerra civil.
El ataque se produjo desde un buque de guerra estadunidense en el Mediterráneo oriental, desde el que fueron lanzados (ya de madrugada en Oriente Medio) 60 misiles crucero Tomhawk contra un aeródromo militar de las fuerzas armadas sirias.
Hasta ayer Estados Unidos había liderado en los últimos tres años una coalición internacional para combatir al Estado Islámico en Siria, pero nunca se atrevió a atacar al régimen de Damasco, apoyado militarmente por Rusia.
Trump, que ayer recibió al presidente de China, Xi Jinping, confirmó en persona haber ordenado el ataque militar contra el “aeródromo en Siria desde el que se lanzó el ataque químico” y llamó “a todas las naciones civilizadas” a buscar el fin de la “matanza y el derramamiento de sangre” que vive ese país.
“Muerte lenta”. “El martes, el dictador sirio Bachar Al Asad lanzó un horrible ataque químico contra civiles inocentes. Usando un agente nervioso mortal, Asad ahogó las vidas de hombres, mujeres y niños indefensos. Fue una muerte lenta y brutal para muchos, incluso para bebés preciosos, en este bárbaro ataque”, apuntó el mandatario en una breve comparecencia.
“Esta noche ordené un ataque militar contra la base aérea de Homs, desde donde se lanzó el ataque químico”, confirmó el presidente, en alusión al bombardeo que dejó este martes más de ochenta fallecidos en el norte de Siria.
“Vital para la seguridad nacional”. Trump aseguró que es “de vital interés de seguridad nacional” que Estados Unidos “prevenga y persuada de la propagación y el uso de armas químicas mortales”.
“No hay duda de que Siria ha usado armas químicas y ha violado sus obligaciones internacionales bajo la Convención de Armas Químicas y ha ignorado la urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU”, aseveró desde su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.
“Todos los intentos de cambiar el comportamiento de Asad han fallado y fallaron de manera estrepitosa. Como resultado, la crisis de refugiados se está agravando y la región continúa desestabilizándose, amenazando a Estados Unidos y a sus aliados”, añadió.
No como Obama. Un día después de vetar Rusia una resolución de condena a Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU, Trump decidió tomar la drástica medida de forma unilateral contra el gobierno sirio, al que acusó directamente del uso de armas químicas contra su propio pueblo.
“Creo que lo que pasó en Siria es una desgracia para la humanidad. Lo que Al Asad hizo es terrible. Lo que pasó en Siria es un crimen verdaderamente atroz y no debería haber ocurrido, y no debería permitirse que suceda”, declaró el mandatario a los periodistas el a bordo del Air Force One.
Trump cumple así su promesa de no actuar como su antecesor, Barack Obama, al que en campaña llamó “débil” por no intervenir militarmente tras el ataque químico de hace cuatro años contra Guta, otro bastión de la oposición, en el que murieron asfixiados mil 300 civiles.
Reacción rusa. Minutos antes de la ofensiva estadunidense, Rusia advirtió a Estados Unidos de las “consecuencias negativas” que tendría una acción militar en Siria en respuesta al ataque químico.
“Hay que pensar en las consecuencias negativas. Toda la responsabilidad, si hay una acción militar, estará sobre los hombros de aquellos que la inicien”, dijo a los periodistas el embajador ruso ante la ONU, Vladimir Safronkov.