Clave para localizarlo, la detención ese mes de un hombre con pasaportes falsos del ex mandatario y Karime Macías, además de siete mil 500 dólares
Fue desde el 10 de noviembre, luego de la detención en Tapachula, Chiapas, de Mario Medina Garzón, quien llevaba pasaportes falsos de Javier Duarte y su esposa Karime Macías, cuando las autoridades mexicanas desplegaron una célula de campo en Guatemala, en la que colaboraban activamente elementos de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Cisen, Marina, Sedena y la policía guatemalteca.
En el momento de su detención, Medina Garzón señaló que quienes le entregaron los documentos apócrifos le mencionaron dos puntos de la geografía guatemalteca: El Tucán y Alto Valle.
Con esta evidencia la célula de campo fue enviada a territorio guatemalteco para tratar de ahondar en las investigaciones que los acercaran al paradero de Duarte.
Ya instalados en ese país, los investigadores mexicanos descubrieron que había dos personas, Gustavo Fernández del Campo y Nelson Benito Charchalac, quienes se encargaban de la logística de traslados y hospedajes del ex gobernador de Veracruz en ese país.
Gracias a esto las autoridades lograron dar con varios números telefónicos, entre los que destacaba el de Fernández, quien tiene una propiedad en residencial Alto Valle, en El Socorro, Guatemala.
Así lograron ubicar al menos tres domicilios en Guatemala y poco a poco se cerró el cerco también sobre Charchalac, quien realizaba continuos viajes a la zona de Panajachel, hospedándose en diversos hoteles, entre los que destaca el Riviera de Atitlán, por lo que se implementó una red de vigilancia en ese inmueble, en el que, como después se confirmó, se encontraban Duarte y su esposa Karime.
De acuerdo con las investigaciones, el ex priista ingresó en noviembre de 2016 a ese país y contaba con todo un equipo que desde la Ciudad de México y en territorio guatemalteco le facilitaron el acceso a recursos económicos, inmuebles, vehículos y vuelos privados para evadir a la justicia.
Otro de los indicios que permitieron ubicar a Duarte fue que durante esta metódica investigación se descubrió que varios colaboradores del ex gobernador tenían contacto frecuente con un piloto salvadoreño, Juan Francisco Mejía, relacionado con la empresa de servicios aéreos The Guisse, que opera en la frontera con México.
Con todos estos elementos, finalmente el pasado miércoles 12 de abril por la mañana, la Agencia General de Investigación Criminal, encabezada por Omar García Harfuch, recibe la información de que había altas probabilidades de que Duarte se encontraba en el Hotel Rivera de Atitlán.
Al día siguiente, García Harfuch se traslada a la capital guatemalteca, donde permanece haciendo labor de inteligencia y a la espera de la confirmación del paradero del ex gobernador de Veracruz.
Fue hasta las tres de la mañana del sábado que se traslada por vía terrestre desde Ciudad de Guatemala hasta la localidad de Atitlán, y en plena carretera se reúne con agentes de la Policía Nacional guatemalteca adscritos a la Interpol para intercambiar información.
Luego de este encuentro, con los datos de la policía local, el director de la AIC finalmente tenía los datos que se necesitaban para determinar que Duarte estaba en ese lugar.
Sin embargo, no pudo actuar de inmediato pues la legislación guatemalteca establece que, aun cuando exista una ficha roja de búsqueda, no se puede detener a nadie si no hay una orden de aprehensión girada por un juez, por lo que Omar García tuvo que pedir apoyo jurídico a la PGR para realizar los trámites correspondientes.
Así que el equipo, aun cuando estaba listo para detener a Duarte tuvo que esperar 12 horas hasta que finalmente fue liberada la orden.
Así fue como, luego de una intensa vigilancia, en el hotel Rivera de Atitlán, el pasado 15 de abril finalmente se detuvo al hombre más buscado en los últimos meses por la justicia mexicana.
La esposa, sin cargos
En una conferencia de prensa, que se llevó a cabo la tarde de este domingo en Ciudad de Guatemala, Omar García Harfuch, titular de la Agencia de Investigación Criminal, y Alberto Elías Beltrán, subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la República, dijeron que la aprehensión de Duarte no cierra la investigación en su contra ni de sus cómplices por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero).
Sin embargo, informaron que contra la familia de Duarte no tienen ninguna orden de detención provisional dentro del proceso de investigación que se está llevando, y recalcaron que la esposa, Karime Macías, no es investigada por la justicia mexicana.
A pesar de que se han restituido 400 millones de pesos al gobierno de Veracruz y se han asegurado diversos activos, los funcionarios mexicanos manifestaron que se busca desmantelar en su totalidad la red de prestanombres y empresas fachada que urdió el ex gobernador, por lo que se ha solicitado la colaboración de países como Estados Unidos y España para identificar otros bienes y dinero desviados durante la pasada administración estatal.