Tras 5 años desaparecidos, los hermanos Andrés y Mauricio Reyes fueron localizados entre los cuerpos inhumados clandestinamente en Tetelcingo
En total, 117 cadáveres, entre estos los de un bebé, un feto y un menor, fueron encontrados en las fosas clandestinas ubicadas en Tetelcingo, Morelos. Foto: Cuartoscuro
Tras cinco años de su desaparición, los hermanos Andrés y Mauricio Reyes López, oriundos de Chiapas, fueron localizados entre los cadáveres inhumados clandestinamente en Tetelcingo, Morelos.
El padre de los occisos, Marcos Reyes Velazco, narró que Andrés y Mauricio salieron de su hogar, ubicado en Jitotol, Chiapas, el 20 de julio de 2012, y que cinco días después se comunicaron para decir que habían ido a comprar ropa, pero uno, en Puebla y otro, en Oaxaca.
Reyes Velazco dedujo que sus hijos podrían haber sido retenidos por alguna autoridad, debido a la última comunicación que mantuvo con ellos, en la que uno pidió que ya no le llamara.
Que no estuviera llamando, porque a uno ya lo tenían amarrado y que ya no hablara yo, ya como a los 15 minutos, mi hijo me dijo que ya no hablara yo, que él iba a comunicarse. Estuvieron detenidos como cuando los agarran soldados, algo así”, recordó.
Al perder contacto con ellos, su familia interpuso las denuncias correspondientes en las unidades especializadas en combate al secuestro, en Chiapas, Oaxaca, Puebla y, finalmente, en Morelos, donde les tomaron las muestras biológicas que llevaron a la identificación de los hermanos.
Marcos Reyes indicó que los presuntos secuestradores se comunicaron con él para exigirle cierta cantidad de dinero, que no reveló, y liberar a sus hijos, no obstante, el intercambio nunca se consumó.
No pagamos, que sí hubo algunas llamadas de que querían un dinero. Me andaban pidiendo dinero que lo iban a recibir en Oaxaca, se juntó, pero no, no se hizo nada”, señaló.
Los cuerpos de Andrés y Mauricio fueron hallados el 26 de julio de 2012 en la carretera local San Marcos, a la altura del rancho El Cazahuate, en Jantetelco, Morelos, de donde fueron inhumados por la Fiscalía estatal, en 2014.
En total, 117 cadáveres, entre estos los de un bebé, un feto y un menor, fueron encontrados en las dos fosas clandestinas ubicadas en Tetelcingo, Morelos.
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