Construida para brindar agua a los cultivos de la zona, la presa “Linda Vista”, ubicada en el municipio de Ocuituco, no debió usarse para la producción de peces si no tenía esa capacidad, algo que finalmente quedó demostrado con la muerte de cientos de éstos hace unas semanas.
“La parte fundamental es que (la presa) no debió utilizarse para un uso diferente sin tener el permiso, y si se usó, hay que tener conciencia de que durante la temporada de estiaje no va a tener agua y lo que se haya sembrado, en cuanto a acuacultura, no va a subsistir, y esto tendría que tenerlo claro quién sea que haya ‘sembrado’ los peces ahí, porque el agua de esa presa está almacenada para riego”, sentencia Juan Carlos Valencia Vargas, secretario ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua (Ceagua).
De hecho la presa “Linda Vista”, cuyo nombre ya no refleja la apariencia que tiene, tampoco tiene ya la capacidad de brindar agua para los cultivos cercanos, debido a su avanzado deterioro.
“Es una presa muy pequeña, que ya se encuentra en condiciones de azolve muy marcado… Es muy vieja, azolvada y deteriorada, que ya no presenta una capacidad de almacenamiento suficiente para satisfacer las necesidades de riego en esa zona”, explica el funcionario estatal.
Siembra de peces ¿Ilegal?
Al hablar sobre la situación actual de la presa “Linda Vista”, administrada por el Ejido de Ocuituco, Juan Carlos Valencia planteó la posibilidad de que la siembra de peces se haya realizado de manera ilegal, sin el permiso de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y sin la elaboración de un programa de operación que evitara poner en riesgo el uso del agua para fines agrícolas.
Juan Carlos Valencia Vargas, titular de la Ceagua.
“La siembra de peces puede ser legal, siempre y cuando no se desvirtúe el uso original de la presa, que es el agrícola, y tiene la prioridad, porque se diseñó para el riego. En cuanto haya necesidad de agua para riego, se tomará el agua, independientemente de si hay o no peces. Si se usó para otra situación distinta, habrá que revisar si fue de manera legal, porque tenía que haber un permiso, y en su caso, tiene que haber un programa de operación para que no afecte ni a unos ni a otros”, detalló.
Ante la realidad visible, el uso dado a esta estructura demostró poner en riesgo no sólo su capacidad de riego, sino también la vida de los peces que fueron sembrados allí, un aspecto que, de acuerdo con la declaración del secretario ejecutivo de la Ceagua, debió tenerse en cuenta desde el principio, dada su pequeña capacidad.
“En presas tan pequeñas como ésta, es muy difícil que ambas actividades puedan convivir: se pueden sembrar peces durante alguna temporada, la de lluvias, pero a final de cuentas, durante la temporada de estiaje, es prácticamente seguro que se va a vaciar la presa y los peces no tendrán dónde subsistir”, dijo.