Alejandra Barrales llega a toda prisa al lobby del hotel donde será la entrevista. Sonríe. Alista las velas del pastel de cumpleaños 28 del PRD, cumplidos el pasado viernes 5 de mayo. La senadora cierra la puerta a una alianza electoral con la derecha en 2018: “Difícilmente podría encontrar coincidencias. Nuestra alianza natural es con la izquierda”, dice.
La entrevista se da antes de que Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, llame a PRD, PT y Movimiento Ciudadano a unirse a su partido para las elecciones en el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz o de lo contrario, su partido irá solo en 2018.
Barrales afirma que la crisis del PRD no es exclusiva, pues los demás partidos tienen sus padecimientos. Admite que el caso de Eva Cadena (Morena), pillada guardando fajos de billetes, le pega a la izquierda por el flanco de la corrupción “y a toda la clase política”. Asegura que el sol azteca es joven y hoy dejó de ser “de una sola persona”.
¿Llegan tristes a 28 años?
—No. Hay ánimo en la militancia. La mejor forma de celebrar es trabajando por recuperar la confianza de la ciudadanía, eso es primordial.
Más de 50 liderazgos importantes en estos 28 años de vida se fueron: Cuauhtémoc Cárdenas, López Obrador… ¿Por qué esta sangría?
—Estamos viviendo un reacomodo de fuerzas políticas de cara a 2018. Lo importante es retomar todos esos millones de militantes que hacen al PRD la mejor alternativa. Para nosotros nunca ha sido importante la cantidad.
Entre 1997 y 1998, el académico del CIDE José Antonio Crespo publicó el libro ¿Tiene futuro el PRI?... ¿Tiene futuro el PRD?
—Tenemos PRD para rato. En este país existen causas que sólo enarbola el PRD. Por ejemplo, en el Estado de México el único partido que defiende los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual es el PRD. Los partidos políticos no hemos logrado cambiar; la crisis no es exclusiva del PRD. Hoy no hay uno solo en el país exento de esta falta de credibilidad.
La izquierda no esta exenta del problema de la corrupción....
— Nadie puede estar exento; la diferencia es que el PRD ha denunciado cuando ha habido contubernio de algunos militantes en algún delito.
Ángel Aguirre sigue tranquilo con su vida y el caso de los 43 normalistas sin resolverse...
—Gracias al PRD es que hoy hay gente en la cárcel: el ex alcalde José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, así como otras personas. Nosotros colaboramos en todo. Lo que tiene que ver con el ex gobernador, no conocemos que haya nada; se especulan cosas, pero ahí está la autoridad.
¿El PRD no solapa la corrupción?
—No, de ninguna manera.
¿Cómo le pega a la izquierda el caso de Eva Cadena recibiendo dinero, como reveló EL UNIVERSAL?
—Ese tipo de actuaciones son lamentables y vergonzosas. Le pegan a toda la clase política. Se fortalece la falta de credibilidad y entendemos la indignación de la ciudadanía que agarra parejo y generaliza los señalamientos. Por eso conviene que se investiguen y se sancionen este tipo de actividades.
¿Y su departamento en Miami?
—De ninguna manera es un acto en el que se haya presumido siquiera que pudiera ser ilegal. He demostrado que fue un tema que se intentó manejar de manera dolosa.
Llamó la atención que una dirigente de izquierda se comprara un departamento en Miami…
—Lo que se intentó fue, efectivamente, llamar la atención de manera dolosa.
¿Cómo ve al PRD rumbo a 2018?
—Acabamos de dar una muestra clara aquí en el Zócalo de la Ciudad de México. De cara a 2018 vemos la enorme oportunidad de influir en lo que debieran ser los procesos electorales e incidir en el cambio de rumbo que le urge al país. No todos los partidos tienen una militancia real, lo que sostiene al PRD no es un nombre o una persona.
¿Quiere decir que ya abandonaron ese modelo de partido en el que tenían a su líder moral?
—Durante mucho tiempo fueron los nombres de una persona, un dirigente o un liderazgo, pero hoy estamos llamados a demostrar que somos un partido de militantes.
Preguntarle por perfiles rumbo a 2018 pareciera ocioso; yo la vincularía con Miguel Ángel Mancera...
—Abiertamente se ha manifestado el interés de varios liderazgos, como el de Mancera; el de Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, o Graco Ramírez, de Morelos.
Eso es bueno para el partido, quiere decir que hay dirigentes. Hemos incluso platicado con los aspirantes que debemos impulsar primero un proyecto, diseñar una visión de país, decirle a México qué nos estamos imaginando cuando hablamos de educación, de política, qué queremos para las mujeres, que sumemos a todas las fuerzas políticas de oposición en este país y después entremos a la definición de quién es el candidato ideal para este movimiento.
¿Les comió el mandado AMLO?
—Me parece que se da la posibilidad de reafirmar un liderazgo, de confirmar que quien tenga esta aspiración tiene también el tamaño, la sencillez de buscar el consenso para convencer a diferentes fuerzas políticas, no a un solo membrete, confirma que hay voluntad para anteponer el interés de México y dejar de lado el tema de las siglas.
¿Ve condenado al PRD a un cuarto lugar en 2018?
—Todo lo contrario. El PRD puede ser decisor en 2018.
Es decir, sería con una alianza. ¿Para dónde voltea, derecha o izquierda? ¿PAN o Morena?
—Me atrevería a afirmar que ninguna fuerza por sí sola en 2018 va a logar ganar la Presidencia. Hablo del PRI, del PAN, de todas las fuerzas políticas. Difícilmente van a ganar la Presidencia solas. Si alguien piensa realmente en transformar este país, jamás podría hacerlo solo. Se trata de abrir los ojos e ir más allá de lo convencional.
Tenemos que pensar en cómo podemos cambiar este modelo de tal forma que no sólo se pueda ganar la Presidencia, sino que una vez que se gane, se pueda garantizar gobernabilidad. Debemos acompañarlo con todo un proyecto económico y político. No podemos darnos el lujo de que llegue un presidente y se convierta en dique que anteponga el interés político, por eso está tan descompuesto este país.
¿Izquierda o derecha?
—Pensar en izquierda o en derecha es un asunto que en este momento difícilmente cambiaría las cosas. No lo digo solamente pensando en términos electorales, lo digo pensando en las familias, en las mujeres que en casa se están tronando los dedos para mandar a sus hijos a la escuela y no se detienen a ver si quien les va a resolver es de derecha o de izquierda.
La gente lo que quiere es tranquilidad para andar en la calle, que sus hijas vayan y vengan a la escuela vivas, seguras; que cuando van en el transporte no los asalten. Eso va más allá de derechas o de izquierdas, eso es a lo que hoy me refiero cuando hablo de que los partidos tenemos que pensar de manera diferente, sin abandonar ni nuestra ideología ni nuestra esencia, pero hoy la situación obliga a ver con todas esas fuerzas políticas cuáles son nuestras coincidencias.
Difícilmente yo podría encontrar muchas coincidencias con la derecha, por ejemplo, si hablamos de temas de mujeres o la diversidad sexual; pero si hablamos de los problemas que hoy le importan mayoritariamente a la gente y hablamos de seguridad, hablamos de injusticia y de corrupción, seguramente vamos a encontrar coincidencias. Ese es el planteamiento que nosotros creemos que hoy se debe de hacer, sin claudicar a nuestra esencia.
Me dice que en algunos aspectos es difícil tener coincidencias con la derecha, ¿electoralmente lo vería más difícil?
—Nuestra alianza natural, por supuesto, es con la izquierda, sin duda.
Hablando de diferencias con la izquierda, Delfina Gómez (Morena), en el Estado de México, planteó que Juan Zepeda (PRD) decline a favor de ella…
—Juan Zepeda y yo confirmamos que nosotros no estamos contemplando ninguna declinación. Intentamos en su momento una alianza con la izquierda y, después, abiertamente con Acción Nacional, con el ánimo de garantizar la alternancia. Hoy ya llevamos un camino andado en este proceso, nuestro candidato ha sido una revelación y ese desempeño nos obliga a rechazar esa posibilidad.
¿Ni siquiera con Josefina?
—Nosotros sólo pensaríamos en una alianza siempre y cuando Juan Zepeda la encabece.
¿Qué futuro ve para el PRD? ¿Las corrientes son el enemigo eterno?
—Por eso digo que va a haber PRD para rato, hay causas que sólo enarbola el PRD y que le urge al país que se sigan defendiendo. Eso explica una parte importante de por qué vamos a seguir existiendo, por qué vamos a seguir siendo opción para mucha gente.
Pero la otra parte que también señalaría, y lo digo convencida porque conozco a este partido desde hace muchos años, es que el tema de las expresiones no tiene que ser ni bueno ni malo, simplemente hay que reconocer que ese es el PRD y lo importante, el reto que tenemos, es cómo convertimos esa pluralidad en una fortaleza. Hoy eso es lo que hacemos.
El PRD es como un millenial, que no lo entienden y él no se acaba de adaptar a la situación.
—El PRD es un partido joven con toda la energía, toda la expectativa y todo el futuro que los jóvenes pueden aportar. Lo peor que le puede pasar a, no solamente a un partido político, a un país, a un ser humano, es resignarse y el PRD no se va a resignar a tener un país como el que hoy estamos teniendo.