Entre gritos de ¡fuera, fuera!
de algunos profesores que arrojaban cerca de él playeras y gorras que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) les ordenó utilizar, el gobernador panista Francisco Domínguez Servién abandonó ayer el templete desde el cual presenciaba el desfile conmemorativo del Día del Trabajo.
La ceremonia terminó de manera intempestiva. Representantes de la Confederación de Trabajadores de México indicaron que no podían permitir agresiones
y el mandatario, acompañado por integrantes de su gabinete, caminó por el andador 5 de Mayo, en el centro histórico de la capital de Querétaro, mientras los inconformes lo seguían diciéndole ¡son nuestros derechos, Pancho!
y ¡cobarde!
Desde que se inició, a las 8 horas de ayer, el desfile estuvo marcado por abucheos, gritos, consignas y la quema de gorras y playeras. Concluyó a las 11 horas, aunque estaba previsto que finalizara a las 13:30.
En la parada participaron disidentes del SNTE y de la organización Francisco Villa. El Sindicato de Trabajadores Académicos de la Escuela Normal del Estado de Querétaro, que emplazó a huelga por la reforma de pensiones que propuso el Ejecutivo estatal y que aprobaron los diputados en diciembre pasado, llevó un féretro.
El principal reclamo fue por el despido de profesores de educación básica y media superior que no presentaron o no acreditaron la evaluación, y en contra de la reforma educativa.