La tasa de desempleo en México llegó a su menor nivel en más de una década, pero a costa de una precarización de los trabajos. Hoy, más empleados ganan poco y cada vez menos personas perciben salarios elevados.
Lejos queda el tercer trimestre de 2006, cuando 5.3 millones de personas tenían este nivel salarial. Es decir, hace 11 años casi el doble de personas ganaban cinco o más salarios.
En contraste, 14.3 millones de personas ganaron entre uno y hasta dos salarios mínimos, lo que representa entre 2 mil 400 y 4 mil 800 pesos al mes, ubicándose como la mayor cantidad histórica de ocupados en el país con esta retribución.
Esta realidad laboral se da en un entorno de bajo desempleo en México.
De acuerdo con el Inegi, 1.8 millones de personas estaban desocupadas en el primer trimestre del año, la tasa más baja desde el segundo trimestre de 2006, con base en cifras ajustadas por estacionalidad.
Precarización laboral. Los resultados de la encuesta del Inegi revelan que la recuperación del mercado laboral mexicano se da en función de la precarización de los salarios, es decir, se crean nuevos puestos de trabajo, aunque regularmente son plazas de menor ingreso a las que existían, explicó el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz.
“Parte del empleo que se está generando ronda en el rango de uno a tres salarios mínimos. Esto nos habla que las nuevas oportunidades de empleo que se abren son a menor salario y con un ligero repunte en la parte informal de la economía”, destacó.
El analista económico Jonathan Heath explicó que los registros del Inegi tienen un segmento de población que no especifica su salario, el cual ha venido en aumento y donde es probable que haya personas que ganen más de cinco salarios, aunque no quieren revelar su ingreso.
Aun así, si se suman las personas que ganan más de cinco salarios mínimos con los que no especifican su ingreso apenas representan 17% de la población ocupada, una proporción inferior frente a 42% que están en el estrato de ocupados con menos de uno o dos salarios mínimos, detalló.
“Por un lado, nos dicen que la tasa de desempleo está prácticamente en mínimos históricos y que nunca se habían generado tantos trabajos ante el Seguro Social. Pero por el otro, estamos viendo que nunca había estado tan mal pagado como hoy en día, entonces sí se están creando las plazas, pero exageradamente mal remuneradas”, recalcó Heath.
De la Cruz dijo que la situación laboral es parte del problema estructural que enfrenta la economía mexicana. “Al problema del desempleo y los altos niveles de informalidad se suma el bajo crecimiento, lo que está implicando una baja generación de valor agregado y, por lo tanto, reclama mano de obra menor calificada”.
Desafíos. Jonathan Heath comentó que en este entorno hay un problema en el corto plazo, “y es cómo la inflación, que ha aumentado mucho en el primer trimestre y aparentemente continuará al alza en lo que resta del año, va a hacer que el ingreso real disminuya todavía más de lo que hemos observado últimamente”.
En ese contexto, el analista económico prevé que el empleo todavía sea más precario.
Mientras el crecimiento económico del país siga bajo y no se generen nuevos diferenciales productos de mayor valor agregado, como innovación, va a ser complicado que mejore la situación del mercado laboral, concluyó De la Cruz.